En el centro de Rusia hay un río llamado Moskva, nombre de origen incierto. En una parte de dicho río creció la ciudad de Moskva, que en español es Moscú, como capital de Moscovia. En 1480 los gobernantes de Moscovia se sacudieron el yugo mongol y, poco a poco, recuperaron el control de las regiones oeste y sur del territorio (En 1800 toda Rusia volvió a estar unida una vez más)
RUSIA hasta REPÚBLICA RUSA. (…..… hasta 9/1917)
Total de piezas: 565
Al entrar en el siglo XX nos encontramos en Rusia con uno de los países más atrasados de Europa desde todos los puntos de vista. Pero lo más alarmante es su situación política, el zar gobierna de una manera absoluta y no quiere ni oír hablar de constituciones, cualquier intento de oposición es sofocado con la policía o con el ejército zarista. Desde el punto de vista de las nacionalidades Rusia es un inmenso imperio que llega desde Europa hasta el Pacífico y dentro de él conviven un gran número de pueblos distintos muchos de ellos con ansias de independencia.
Muere IVÁN III de Rusia y le sucede su hijo BASILIO III .
En 1503 muere IVÁN III y le sucede su hijo BASILIO III (1503-1533). Durante su reinado, Rusia continuará su lenta consolidación como potencia.
La política de expansión en Rusia, corre a cargo del hijo segundo de Iván, BASILIO III, y del hijo mayor de Basilio, IVÁN IV.
La política de expansión en Rusia, corre a cargo del hijo segundo de Iván, BASILIO III (1505-1533), y del hijo mayor de Basilio, IVÁN IV.
En tiempos de Iván III se remodela y reconstruye la ciudad de Moscú.
En tiempos de Iván III (1440-1505) se remodela y reconstruye la ciudad de Moscú. El soberano dedicó todos sus esfuerzos al Kremlin como si hubiera querido hacer desaparecer siglos de humillaciones y de peligros. Para limitar los efectos de los incendios, rodeó las murallas con un espacio no edificado a modo de cortafuegos de cerca de 200 metros.
En Rusia, a la muerte de BASILIO III, en 1533, le sucede un hijo de tres años que reinará como Iván IV
En Rusia, a la muerte de BASILIO III, en 1533, le sucede un hijo de tres años que reinará como IVAN IV Vasilievich (1533-1584), pero no asumirá realmente el poder hasta 1547.
El soberano IVAN IV Vasilievich se hace coronar con el título de «zar de todas las rusias».
El soberano IVAN IV Vasilievich (1547-1584), apodado «el Terrible» por su crueldad, con 16 años de edad, descendiente de la dinastía Rurikovich, grandes duques de Moscovia desde los tiempos medivales, se hace coronar con el título de «zar (cesar o emperador) de todas las rusias» en la catedral de La Asunción (Moscú) de rito bizantino. Este título ya había sido adoptado en la Edad Media por los soberanos de Bulgaria y por los Khans (o janes) mongoles, pero él afirma solemnemente la continuidad de la monarquia moscovita con la tradición imperial bizantina y con las autoridades ejercientes en Rusia.
IVÁN IV gobernará el imperio con mano de hierro arrebatando a los nobles su poder y quitándoles sus tierras.
IVÁN IV gobernará el imperio con mano de hierro, arrebatará a los nobles -los «boyardos»- su poder y les quitará sus tierras. Una policía sometida directamente a él aterrorizará y matará a muchos boyardos y a quienes se oponen a la política del zar. IVÁN creará un sistema absolutista de gobierno recurriendo a métodos terribles y considerará el imperio como una especie de propiedad privada. En Rusia, al igual que en Bizancio, la Iglesia y el Estado están estrechamente vinculados: la Iglesia necesita un protector y, a cambio, da legitimidad al soberano y a su política. Con la ayuda de Dios y de la Iglesia, el zar conquistará los reinos de los infieles para llevar la fe a sus habitantes. Al mismo tiempo, el clero ruso reconoce la función directriz absoluta del zar: «Por su naturaleza, el zar es semejante a los demás seres humanos, pero en potestad se asemeja a Dios supremo».
El relato de Herberstein, revela testimonios muy valiosos sobre la vida cotidiana de la Rusia del siglo X
El relato de Herberstein, embajador de Alemania ante BASILIO III, Gran Príncipe de Moscú (1505-1533),
revela testimonios muy valiosos sobre las costumbres y la vida cotidiana de la Rusia del siglo XVI. El deslumbramiento que le produjo la suntuosidad de la corte no le impidió darse cuenta de cuán dura era la vida del pueblo llano. A través de una serie de anécdotas trazó un vívido cuadro de las costumbres rusas, tan diferentes de las suyas. Así, contó cómo un padre podía vender a su hijo como siervo. Lo cierto es que a veces los siervos eran emancipados por sus amos, pero no les quedaba más remedio que volver a venderse a otro amo para poder sobrevivir. Los campesinos, que llevaban una vida miserable, ni siquiera descansaban los días de fiesta, pues trabajaban seis días por semana para sus señores y el séptimo para ellos mismos. Herberstein describe también las batallas campales a puñetazos en las que, a modo de deporte, se enzarzaban los jóvenes de un pueblo contra los de otro. Ya por aquel entonces existían decretos contra la embriaguez; el alcohol no estaba en venta libre excepto para los guardias del soberano, quienes, para beberlo, habían de adquirirlo en un barrio especialmente construido para ello.
Herberstein no pudo observar la vida que llevaban las mujeres porque éstas apenas salían a la calle, salvo para ir a la iglesia.
Herberstein no pudo observar la vida que llevaban las mujeres porque éstas apenas salían a la calle, salvo para ir a la iglesia. Vivían en una parte de la casa que les estaba reservada, y en ella se ocupaban de los hijos, de hilar y de coser. Nunca un joven pedía a una muchacha en matrimonio, sino que era el padre de ella quien le declaraba al joven elegido lo siguiente: «Tengo una hija y te quiero a ti como yerno». Los desplazamientos que hacía Herberstein por razón de su cargo le permitían observar minuciosamente todo lo relativo a los viajes: los caballos, los trineos y las casas de postas, que le parecieron «muy bien organizadas». Le intrigaban mucho unas «suelas de madera muy largas (1,20 m) que se colocan en los pies y permiten andar muy rápido», que en realidad eran unos rudimentarios esquis. Observó el país con ojos de economista y registró los recursos y los productos de las regiones por donde viajaba. También habló de los usureros, de las trapacerías de los funcionarios y de la corrupción de los jueces, a la vez que ponía en guardia a sus lectores contra los mercaderes moscovitas, que de tan mala que era su reputación siempre decían que venían de otra ciudad. El relato de Herberstein resulta de lo más interesante porque algunas de las costumbres descritas por él todavía existen en determinados lugares, como la de ofrecer sal y pan en señal de bienvenida al huésped al que se quiere agasajar. En una ciudad rica como Nóvgorod, el puerto fluvial, animado de una gran actividad en los meses de verano, permitía distribuir la producción de los artesanos a todo el país. En el campo de los alrededores, las labores estaban supeditadas a la acumulación de reservas alimenticias con objeto de poder nutrir a toda la comunidad durante el largo inviern
Bajo el zar IVÁN IV el Terrible, los rusos deshacen por fin el reino tártaro del Este, tomando Kazán.
Rusia inicia un período de enorme expansión. Entre 1552 y 1556, bajo el zar IVÁN IV el Terrible, los rusos deshacen por fin el reino tártaro del Este, tomando Kazán, capital tártara durante más de un siglo. Luego siguen río abajo por el Volga en toda su longitud, hasta alcanzar el mar Caspio. Esto no significa que Rusia, después de tres siglos, se haya librado definitivamente de los tártaros. Aún queda un reino tártaro en el Sur, centrado en Crimea y penetrando en Ucrania, que se disputa con Polonia. Los tártaros meridionales no carecen de fuerza, puesto que avanzarán sobre Moscú en 1555 y en 1571. En ambas ocasiones, sin embargo, serán rechazados.

