En Cuba, como resultado de los sucesivos desastres, el 8 de Febrero 1878 los organismos constitucionales del Gobierno de Cuba son disueltos y las negociaciones para la paz con España empiezan en Zanjón, Puerto Príncipe. De inmediato, las autoridades españolas ofrecen una amnistía general, liberación de los esclavos que hayan luchado con los rebeldes y la posibilidad de abandonar la isla para los cabecillas que los deseen.

El general MARTÍNEZ CAMPOS negocia con los sublevados de Cuba una paz pactada: la «Paz de Zanjón». Las partes se comprometen a una tregua de quince años. La metrópoli introducirá importantes reformas en el «status» colonial. Se recortan los poderes omnipotentes de los capitanes generales y se permite la creación de partidos políticos en la isla. Pero esta paz durará apenas 18 meses, cuando ocurran nuevos? levantamientos. Está claro que cada vez el sector independiente es más fuerte. Con la «Paz de Zanjón», en 1878, termina la Guerra de los Diez Años entre España y los insurrectos cubanos. Pero el régimen de la Restauración no logrará ofrecer una solución viable al problema cubano. Los partidos que se han formado en la isla reclamarán la autonomía.

El RD de 28 de febrero de 1878, considerado como el primer Concierto Económico, concreta la nueva foralidad. En virtud del concierto, las diputaciones entregan una cantidad determinada para el sostenimiento del Estado y se encargan de la gestión fiscal en sus territorios. El pago anual se denomina cupo y la aportación que se efectúa corresponde a la participación vasca en las competencias no transferidas que desarrolla el Estado como Defensa, relaciones exteriores, Casa Real, etc. El concierto (denominado Convenio en Navarra) estará vigente ininiterrumpidamente en Álava y Navarra. Guipúzcoa y Vizcaya serán privadas de este régimen por Franco y no lo recuperarán hasta la restauración de la democracia. En el preámbulo de ese decreto, CÁNOVAS lo justifica: se trata de respetar una vieja costumbre como premio a la lealtad al trono y patriotismo de los liberales vascongados. Se justifica, pues, esta fórmula más por raíces históricas que por razones económicas. (El concierto que es renovado en cuatro ocasiones, 1887, 1894, 1906 y 1925, seguirá vigente al comienzo de la guerra civil de 1936. En 1981 se restaurará el concierto por veinte años y en el 2002 se prolongará con carácter indefinido.

La pacificación militar -primero en la metrópoli con el fin del conflicto carlista, y luego en los dominios de ultramar- contribuye a estimular el desarrollo económico. A grandes rasgos, el panorama de la España alfonsina presentará un notable aumento de la producción agrícola, la industria siderúrgica experimentará un impulso, especialmente en el País Vasco, y el sector algodonero catalán triplicará su producción en el último cuarto de siglo e intensificará su progreso técnico. La conquista del mercado textil nacional y antillano, unida a la gran expansión del cultivo vinícola y al despegue financiero, conllevará una oleada de prosperidad y buenos negocios, conocida en Catalunya como «Febre d’or» (fiebre de oro). Estos años dorados (1878-86) serán un tiempo de enriquecimiento burgués, reforzado por la endogamia y la tendencia a la concentración capitalista.

Fallece María de las MERCEDES de Orleans, esposa de ALFONSO XII, a los cinco meses de su matrimonio y con sólo 18 años de edad. El diagnóstico es contundente: fiebres tifoideas. La muerte de su esposa hunde al Rey. Se retira al Palacio de El Pardo, donde se niega a recibir a nadie y desde donde viajará con frecuencia a El Escorial para permanecer largas horas ante el sepulcro de la reina difunta. Sobre él ha hecho colocar una lápida adornada por una sencilla inscripción: «María de las Mercedes, de Alfonso la dulcísima esposa.»

Bajo el manto amable de esa pequeña época dorada que significa el reinado de ALFONSO XII existen grandes desigualdades sociales. Ellas se convierten en caldo de cultivo del nuevo ideario (anarquismo) que teñirá de sangre el fin de siglo. El propio monarca resulta víctima de sus atentados. El primero tiene lugar el 25 de septiembre de 1878, a la altura del número 93 de la calle Mayor, cuando el Soberano va a caballo y al frente de un nutrido séquito militar (años Más tarde, Alfonso XIll, su hijo, sufrirá el día de su boda otro ataque en la misma calle). El autor de este intento regicida es Joan Oliva Moncunill, un joven obrero tonelero anarquista nacido en Cabra del Camp (Alt Camp, Tarragona) que dispara dos veces contra el Monarca sin lograr su objetivo. Será fusilado en 1879.

Fallece en Logroño Baldomero Espartero.

Durante el reinado de ALFONSO XII tiene lugar la primera crisis total de Gobierno que origina la sustitución de CÁNOVAS por Arsenio Martínez CAMPOS (8/3/1879-9/12/1879) siempre con los conservadores en el poder.

Como era habitual en España, tras el cambio del Ejecutivo el rey firma el decreto de disolución de las Cortes.

En España, la recién restaurada monarquía precisa afianzarse con un heredero. ALFONSO XII, sin embargo, no parece dispuesto a contraer un nuevo matrimonio. En la Navidad de 1878 ha intentado un acercamiento a su cuñada, Crístina de Orleans, pero ésta fallece pocos meses después víctima de la tisis. Para entonces el Monarca ha encontrado consuelo a su viudez en el recuerdo de la ausente, en continuas aventuras galantes y en los brazos de una antigua conocida: La cantante Elena Sanz. Se ha reencontrado con ella gracias a los buenos oficios de] marqués de Alcañices, en el transcurso de una representación de La Favorita de Donizetti en el Teatro Real. Con ella vivirá un tórrido romance que conocerá su mayor efervescencia entre la primavera de 1879 y el otoño del año siguiente.