CORONA DE CASTILLA (1230-1716)

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Alfonso de Ávila es un juguete en manos de los nobles. Estos quieren que se case con Juana la Beltraneja.


El heredero del trono es convertido por los nobles en rey mientras aún vive ENRIQUE y durante los tres años de su «reinado», ALFONSO de Ávila será un juguete en manos de los nobles, que cambiarán de bando a menudo en función de las presiones y de las ofertas de ENRIQUE, de las negociaciones entabladas o, simplemente, cuando no se vean recompensados de acuerdo a los méritos que crean tener. Los seguidores de ALFONSO quieren que éste se case con JUANA la Beltraneja.

Pedro Girón, maestre de Calatrava, detenido en Villarrubia en su camino hacia la corte; fallece de unas anginas purulentas.


Pedro Girón, maestre de Calatrava, detenido en Villarrubia en su camino hacia la corte; fallece de unas anginas purulentas, muy oportunamente para las ambiciones de la infanta Isabel, que acabaría siendo reina de la Corona de Castilla aupada por la facción noble que la apoyaba, y con la que interfería el maestre.

Sangrientos incidentes en Toledo, entre cristianos y conversos.


Sangrientos incidentes en Toledo, entre cristianos y conversos.

Alfonso intenta una reconciliación general que aparentemente todos quieren pero nadie acepta.


Los intereses encontrados y la preferencia dada por los nobles a su posición personal sobre el bienestar del reino hacen fracasar las misiones de paz llevadas a cabo por el legado pontificio, e igual éxito tienen los intentos de llegar a una reconciliación general, deseada aparentemente por todos y por nadie aceptada, como ocurre en la reunión convocada por ALFONSO y celebrada, en la fecha, en Segovia.

Fallece el infante ALFONSO, según algunos cronistas envenenado. Isabel salta a la escena política.


La peste que está causando estragos en Arévalo, capital y lugar de confinamiento de ALFONSO de Ávila, hermanastro de ENRIQUE IV el Impotente, aconseja que el príncipe se traslade a Ávila, lugar de aire más sano. El viaje termina en Cardeñosa (Ávila), donde, en la fecha, fallece el infante ALFONSO, según algunos cronistas envenenado por el maestre de Santiago cuando ve que ALFONSO escapa a su control y, según otros, víctima de la peste. Aquella misma noche, su cadáver es llevado por los criados del obispo de Coria al Monasterio de San Francisco, extramuros de la ciudad de Arévalo, en el que es enterrado. Sea cual se la causa de la muerte de ALFONSO, este hecho es el que empujará definitivamente a su hermana ISABEL, a la escena política.

Isabel se considera, desde ese momento, heredera de la corona. Adopta el título de princesa-heredera.


Basándose en el testamento de su padre JUAN II, y aceptando la ilegitimidad de JUANA la Beltraneja, ISABEL se considera, desde ese momento, heredera de la corona. Así, pues, en la fecha, ISABEL de Castilla adopta el título de princesa-heredera. Los nobles sostienen su candidatura, puesto que necesitan un nuevo símbolo para enfrentar a ENRIQUE IV. ¿Qué pueden temer de ella, una niña de diecisiete años? Gracias a ella, los nobles piensan que reinarán por persona interpuesta. ISABEL reivindica sus derechos, firmemente, pero tiene mucho cuidado en no tomar partido en la lucha política para no aparecer como la candidata de una facción.

Al ser reconocida como princesa heredera, el matrimonio de Isabel pasa a ser una cuestión de estado de primera magnitud.


Desde el mismo momento en que ISABEL es reconocida princesa heredera del trono castellano el matrimonio de Isabel pasa a ser una cuestión de estado de primera magnitud. El reconocimiento la convierte en objeto de muchas combinaciones políticas dentro y fuera de Castilla. Isabel tiene claro su deber de contraer matrimonio y tener descendencia. Dar continuidad a su dinastía, la Trastámara, dar continuidad a la monarquía que encarnará algún día, es para ella una misión sagrada, muy superior a cualquier otra consideración personal. Pero cumplir sus esperanzas como mujer y como princesa no resulta empresa fácil. Todos tienen sus propios planes, pero la cuestión es tan esencial para su vida, tanto en lo privado como en lo político, que Isabel no quiere quedar al margen de la decisión. Enrique IV, su hermanastro deseaba casarla con el rey de Portugal, pero ella se resistía a esa boda. Comprendía perfectamente que el matrimonio con el soberano portugués, por mucho que pudiera significar convertirse en reina consorte de Portugal, la apartaba de su objetivo: ser reina propietaria de Castilla.

Isabel reconocida por Enrique IV heredera de la corona de Castilla e Isabel reconoce a Enrique como rey.


ENRIQUE IV conoce la noticia de que JUANA la Beltraneja, que es aún soltera, se encuentra embarazada, lo que provoca su hundimiento moral. Tal estado anímico del rey permite, pues, que se llegue a un acuerdo. Así, en la Venta de los Toros de Guisando, entre Cadalso y Cebreros, término de El Tiemblo (Ávila) tiene lugar, entre ISABEL de Castilla y su hermano ENRIQUE IV, el «Pacto de los Toros de Guisando» (Nombre que proviene de unas toscas figuras de toro, labradas en piedra barroqueña, vestigios del pastoreo celta). Este pacto, incide en la ilegitimidad de JUANA al considerar la nulidad del matrimonio de ENRIQUE IV con la reina JUANA de Portugal, situación que el rey reconoce. Como conclusión se restablece la autoridad de ENRIQUE IV, pero a costa de una concesión capital: el rey deshereda por segunda vez a la infanta JUANA y reconoce los derechos de ISABEL. Así, en la fecha, ISABEL, es reconocida por ENRIQUE IV heredera a la corona de Castilla, y, la inversa, ISABEL reconoce como rey a ENRIQUE IV.

ISABEL, a quien beneficia la disputa sobre JUANA la Beltraneja, no ataca nunca por ello a ENRIQUE IV.


ISABEL, a quien beneficia la disputa generada con la presunta ilegalidad de JUANA la Beltraneja, no ataca nunca a ENRIQUE IV por lo que respecta a su vida conyugal (deja que lo hagan sus propagandistas…); se limita siempre al aspecto estrictamente jurídico del problema: el testamento de JUAN II de Castilla y el acta de los Toros de Guisando que le dan los fundamentos para reivindicar para sí misma la corona después del fallecimiento de su hermano ALFONSO. El problema esencial es la lucha entre la nobleza y el Estado que las discusiones en torno a la virilidad de ENRIQUE IV y sus desengaños conyugales no deben hacernos olvidar.

Las Cortes de Castilla ratifican todo lo acordado en el Pacto de los Toros de Guisando.


Las Cortes de castilla reunidas en Ocaña se inician a finales de 1468 y se prolongan hasta abril de 1469. Estas Cortes ratifican todo lo acordado en el Pacto de los Toros de Guisando, pero no juran a ISABEL como princesa heredera.