Bombardeo de posiciones sirias en Líbano por parte de Israel, en respuesta a la muerte de un soldado israelí en Chebaa.

La comisión Mitchell preconiza el alto el fuego y la congelación de las colonias judías para renegociar.

Entre otras cosas, el informe Mitchell indica que Israel devuelva sus efectivos militares a las posiciones que ocupaba antes del 28 de septiembre de 2000. El informe también recomienda a Israel que ponga fin a la política de cierre de territorios, que no permite acudir a trabajar a un importante número de palestinos, aumentando si cabe la crisis económica que padecen los territorios ocupados. Por último, el informe recomienda a Israel que responda de manera proporcionada a las provocaciones y a los disparos que provengan de zonas palestinas, y a ser posible que utilice armas no-letales.

El Informe Mitchell es el resultado del mandato del Presidente Clinton (octubre de 2000) a una comisión de expertos, encabezada por el senador norteamericano George J. Mitchell, para que estudiasen la situación de violencia generada en Israel y en los territorios ocupados, sus causas y las posibles salidas. Este informe describe la situación creada por la denominada «Intifada de Al-Aqsa», inaugurada a partir de la visita de Ariel Sharom a la explanada de las Mezquitas, y cuales son los pasos a seguir por las dos partes para detener la violencia, construir de nuevo la confianza entre los interlocutores y retomar las conversaciones de paz. El informe evita en todo momento responsabilizar a Israel y la visita de Sharom a la explanada de las Mezquitas, como detonante de la violencia. Como contrapartida también admite que la nueva intifada es una reacción no planificada desde la Autoridad Palestina. En este sentido, más que un informe, el escrito parece una declaración pactada.

Un atentado destruye una discoteca de Tel Aviv mata a 21 jóvenes y 70 quedan heridos. El Gobierno israelí culpa a Hamas.

En Israel-Palestina, entra en vigor un alto el fuego de seis semanas obtenido por el director de la CIA, George Trenet, que Israel rechaza al exigir una tregua total previa de diez días.

La intifada emprende acciones militares. Tres soldados israelíes y dos palestinos mueren, hoy, en el ataque de un comando del FDLP.

Israel mata al número 1 del FPLP, Abu Ali Mustafá, el más alto dirigente palestino eliminado por Israel desde el comienzo de la «Intifada», ha provocado la cólera de los palestinos y aumentado el temor de que el conflicto, fuera de control, degenere en una guerra abierta.

La «intifada» ha provocado un nuevo fenómeno en Israel. Cada vez más jóvenes se plantean abandonar el país y buscar nuevos horizontes. Las encuestas y estadísticas señalan un notable aumento en los intentos de conseguir un permiso de trabajo en el extanjero y pasaportes de otros países, así como en la compra de casas en otros lugares. Un 14% de la población judía ha sopesado en los últimos meses la posibilidad de abandonar el país. Gran parte de los que intentan abandonar el país son inmigrantes procedentes de la ex Unión Soviética, que llegaron a Israel en los 90 como parte de una ola inmigratoria sin precedentes -casi un millón de personas en menos de diez años, un sexto de la actual población israelí-. En EEUU., se calcula que viven más de 600.000 israelíes. La «intifada» ha provocado también una ola emigratoria de palestinos de Gaza y especialmente de Cisjordania. Se trata, sobre todo, de palestinos cristianos, muchos de los cuales regresaron tras los acuerdos de Oslo.

La opinión de muchos es que en Palestina, ya se ha asumido el reconocimiento del Estado judío, su derecho de existir sobre el 78% de un territorio originariamente palestino. Si los palestinos recibieran el restante 22% de los territorios ocupados, estarían dispuestos a firmar la paz. Y serían capaces de vivir pacíficamente, como lo prueba el hecho de que en el interior de Isarael habita un millón de palestinos y, pese a su discriminación evidente, hay convivencia. Los palestinos de Cisjordania, de Gaza, de Jerusalén, una vez recuperados sus derechos, sus tierras, su libertad… serán también capaces de vivir en paz. Pero la actual clase dirigente de Israel es de la generación de 1948 y gobierna con aquella mentalidad, con una política implacable de «tierra quemada».