China entra a forma parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Este hecho no se contempla con buenos ojos por los «izquierdistas» que consideran que el actual Politburó de Pekín terminará destruyendo al socialismo. Ha supuesto para la reforma económica de la China un impulso de no menor importancia que su propio inicio, a finales de 1978, o su relanzamiento en 1991. El secretario general Jiang Zemin y el primer ministro Zhu Rongji, responsables del ingreso en la OMC, fueron dignos continuadores de la obra de Deng Xiaoping, decididos promotores de la reforma económica, como lo son, aunque con matices distintos, sus sucesores, Hu Jintao y Wen Jiabao. Tanto a aquellos, los líderes de la tercera generación,como a Hu Jintao, núcleo de la cuarta generación,los eligió Deng Xiaoping, de modo que su dominio de la política china en los ya casi treinta años de singladura de la reforma económica ha sido completo.

Los EEUU. hasta 1972 han apoyado la independencia del Tíbet y prestado ayuda militar y financiera a la guerrilla tibetana. Ese año, tras una entrevista entre Nixon y Mao, se suspende la ayuda, y la Administración de Jimmy Carter (1977-1981) reconoce la soberanía china sobre el Tíbet. Sin embargo, EEUU. es aún el principal valedor del gobierno tibetano exiliado.

Lósang Tendsin es el Primer ministro tibetano en el exilio. Radí (Rag-Sdis) ha desempeñado desde 1975 altos cargos en el Partido Comunista Chino y en el Gobierno de la Región Autónoma del Tíbet. Actualmente preside la Asamblea Popular del Tíbet. Lechó (Legs-Mchog) es el Presidente de la Región Autónoma del Tíbet. Jiang Zeming es el Presidente de la República Popular China y secretario del Comité Central del Partido Comunista Chino.

El régimen comunista ha ignorado repetidamente las peticiones de negociación del Dalai Lama. Éste ha ido reduciendo sus demandas hasta elaborar un plan que se resume en la transformación de Tíbet en una zona de paz desnuclearizada, el abandono de la campaña de transferencia de población china (se crere que los tibetanos ya son minoría) y la concesión de una autonomía plena, en la que China asuma las competencias de Asuntos Exteriores y Defensa y deje el resto en manos del gobierno tibetano. En varias ocasiones, el Dalai Lama ha manifestado que desea terminar su vida retirado en las montañas, meditando como cualquier otro monje, y que no morirá sin haber vuelto antes a Tíbet.

El Tíbet es, con Taiwán, uno de los principales problemas internacionales del gigante asiático. Los EEUU. podrían jugar esta carta en su pulso con China, si esta cuestionase su hegemonía global, pues la independencia del Tíbet constituiría una seria humillación para Pekín. El Tíbet es un inmenso portaaviones desde el que se puede controlar Asia. Asimismo, guarda enormes recursos naturales, muchos aún no descubiertos (o tal vez ocultados), como oro, cobre, litio, cromo, antimonio y quizá uranio. A ello hay que añadir sus inmensos bosques orientales y su escasa población, una solución para la superpoblada China si no fuera por su altitud y la dureza del clima.

En vista de la situación geopolítica mundial y de la evolución interna de China, los deseos de Tenzin Gyatso suenan a cuadratura del círculo, a proclamas más pensadas para mantener la moral de su pueblo que a un análisis de la realidad. Pero el XIV Dalai Lama a diferencia de su predecesor, quien nunca vino al occidente, continúa con sus viajes a lo largo del mundo, hablando en forma elocuente en favor de una comprensión ecuménica, de la bondad y la compasión, del respeto al medio ambiente, y por encima de todo, acerca de la paz mundial. Cuando se tiene la oportunidad de entrevistarlo en persona, sentado en la sala de audiencias de su residencia en el exilio, sorprende la firmeza de sus convicciones, su apuesta decidida a no derramar ni una gota de sangre, su repudio de toda violencia, su empecinamiento en que Beijing acabará sentándose a negociar.

El gobierno de China no ha modificado en los últimos años su posición en el conflicto: el Dalai Lama debe reconocer de forma inequívoca que el Tíbet forma parte de un Estado chino pluriétnico. Sólo en ese caso podría retornar al Tíbet y recuperar los cargos y condiciones políticas y religiosas que tenía en 1959.

Bush visita de nuevo China

El Estado chino pasa de la campaña de información y persuasión a la ley positiva: entra en vigor la llamada Ley del Hijo Único, que obliga a todo ciudadano chino a utilizar métodos de planificación familiar.

Jiang Zemin, Secretario general del Partido Comunista Chino y Presidente de la República Popular China, visita a Bush en su rancho de Texas para discutir de la crisis nuclear de Corea del Norte.