Pancho VILLA se proclama presidente de México y asume poderes militares y civiles.

Los zapatistas recuperan la ciudad de México.

El político Venustiano Carranza llega con su séquito a Santiago de Querétaro, ciudad a la que proclama capital de la república, en el marco de la revolución mexicana.

En México se funda, en la fecha, el Partido Liberal Constitucionalista, postulando a CARRANZA como su candidato y otorgándole todo su apoyo a fin de mantener unidos a militares y civiles.

Tras el Congreso constituyente de Querétaro (12/1916-1/1917), la nueva Constitución impone en México los fundamentos de un Estado laico y su dominio sobre el agua, el suelo y el subsuelo. Esta Constitución surge de la lucha armada, nace a partir de la Revolución y es jurada el 5 de febrero de 1917. Algunos estados se demorarán meses y años en adherirse al nuevo Pacto Federal, porque en ellos continúan los movimientos armados. El último de los estados en reincorporarse a la Federación será Morelos, que lo hará en 1930.

En México, el 1º de mayo de 1917, Venustiano CARRANZA se convierte en presidente constitucional (1917-1920). Entre 1917 y 1940, la sociedad mexicana vivirá un intenso proceso de reestructuración en el que irá creando instituciones políticas acordes con los planteamientos más importantes de la Constitución: el fortalecimiento del presidencialismo, el reparto agrario, la reglamentación de los derechos de los trabajadores, la participación del Estado en la economía, la creación de un proyecto educativo y la puntualización de las relaciones Estado-Iglesia. El nuevo Estado surgido de la Revolución va adquiriendo mayor estabilidad, a pesar de los constantes conflictos políticos, en muchos de los cuales participan los caudillos revolucionarios.

El presidente de México, CARRANZA, que en virtud de la nueva Constitución no puede repetir mandato, encuentra en la fecha una muerte violenta.

A partir de esta fecha, se hace con el poder en México Álvaro OBREGÓN que pone en práctica una política populista y de sometimiento del ejército al poder central. México recuperará su estabilidad política y social. Uno de los generales perdedores que han luchado por el poder es Adolfo de la Huerta que organiza una rebelión pero es derrotado. Los Estados Unidos juegan al juego del reconocimiento y el no reconocimiento, en un intento de conseguir que no sean confiscadas las propiedades de sus ciudadanos. Así, no reconocerán a Obregón hasta 1923, y entonces se alinearán con él en contra de Huerta.

El presidente Obregón de México no puede, por la Constitución, repetir mandato, y en 1924 se convierte en presidente su aliado Plutarco Elías Calles. Calles restringe la capacidad de los extranjeros para poseer tierras en México y nacionaliza la industria petrolera. Ambas iniciativas indignan a los hombres de negocios norteamericanos y, por lo mismo, al gobierno norteamericano. Calles también se esfuerza por separar Iglesia y Estado y por debilitar el poder del clero católico, lo cual indigna al Vaticano.

En 1926, el presidente mexicano Plutarco Elías Calles, general revolucionario, promueve la reglamentación del artículo 130 de la Constitución a fin de contar con instrumentos más precisos para ejercer los severos controles que la Constitución de 1917 establece como parte del modelo de sujeción de las iglesias al Estado aprobado por los constituyentes. Estos instrumentos buscan limitar o suprimir la participación de las iglesias en general en la vida pública, pero–dadas algunas características de la legislación, como el hecho que se obliga a los ministros de culto a casarse y se prohibe la existencia de comunidades religiosas–es posible afirmar que tienen un claro sesgo anti-católico por ser esta confesión la única que en México cuenta con ministros solteros y con comunidades en las que personas deciden convivir.