Siguen los bombardeos con bombas incendiarias a cargo de los americanos sobre diversas ciudades japonesas. Se realizan desde las Marianas, Iwo Jima y Okinawa. En la mayoría de las historias de la guerra del Pacífico se pasarán por alto los bombardeos incendiarios, oscurecidos por el uso espectacular de la bomba atómica. Tras los primeros fracasos, la decisión americana de emplear bombas incendiarias hace que los bombardeos provoquen un caos absoluto en las ciudades japonesas así atacadas. Las casas de Japón están hechas, casi en su totalidad, de materiales inflamables, con lo que las bombas causan una verdadera tormenta de fuego.

Los estadounidenses plantan la bandera en el monte Suribachi, cono volcánico que domina la isla de Iwo Jima («isla del azufre»), aunque la isla aún no está tomada por las tropas estadounidenses. Pero la foto de Jim Rosenthal tomada en ese momento, simbolizará toda la guerra del Pacífico.

Victoria en Luzón de las fuerzas estadounidenses comandadas por el general MacArthur sobre las japonesas, lo que supuso la ocupación de la isla y la posterior conquista del archipiélago filipino.

Un comunicado firmado por Gran Bretaña, EEUU. y Francia condena al régimen de FRANCO y exige la formación de un nuevo Gobierno provisional.

En la noche del 9 al 10 de marzo de 1945, un gigantesco bombardeo de Tokio produce 185.000 muertos civiles. A las 22:30 mientras la gente en Tokio duerme, dos aviones marcadores B-29, uno de ellos pilotado por el General Power, vuelan sobre la ciudad dejando caer bombas incendiarias M-47 para delimitar el área de bombardeo. Dos aviones más, marcan con incendiarias una cruz uniendo los cuatro puntos dejados por los aviones marcadores. Seguidamente la flota de 334 aviones B-29 comienza el bombardeo de alfombra sobre el sector de la ciudad demarcada por la X de fuego casi perfecta. El bombardeo de Tokio marca el cambio de estrategia en los bombardeos sobre Japón. Inutilizados los principales complejos militares cambia la categoría del objetivo. El valor estratégico ya no se asigna a determinadas fábricas, puertos o nudos de comunicaciones; ahora serán ciudades y zonas más o menos extensas las que, determinando su valor estratégico, serán fijadas como objetivo. Más de 40 km cuadrados de Tokio quedan arrasados por el fuego. A este bombardeo le siguen otros sobre Nagoya, Osaka y Kobe.

La isla de Iwo Jima, defendida por los japoneses, durante la Segunda Guerra mundial, queda en poder de los estadounidenses tras un mes de combates, en los que murieron 20.000 soldados por cada bando. Los americanos controlan sus importantes campos de aviación.

A pesar de las alegaciones de solidaridad con la causa aliada, el gobierno argentino sigue reprimiendo toda actividad democrática y protegiendo a los agentes alemanes. En julio, el gobierno estadounidense acusa a la Argentina de ayudar a las potencias del Eje. Finalmente, el 27 de marzo de 1945, cuando la victoria de los aliados en Europa está asegurada, Argentina declara la guerra a Alemania y Japón.

Okinawa será clave a la hora de decidir el uso de la bomba atómica. Algunos cálculos cifran en centenares de miles de soldados necesarios para enviar al Japón, porque Japón a diferencia de Alemania no está dispuesta a rendirse. Esto implicaría trasladar soldados destinados a Europa, lo que debilitaría la posición norteamericana en el continente, en un momento en que la rivalidad con la Unión Soviética se empieza a hacer visible.

Las tropas estadounidenses desembarcan en Okinawa, la mayor de las islas Ryukyu fortificada por los japoneses, etapa previa a la entrada en territorio japonés pues sólo se encuentra a 325 millas de Japón. Para conquistar la isla (1/4/1945-21/6/1945) que representa menos del 1,1% del territorio japonés, se necesitarán dos meses de lucha, que convertirán esta batalla en una de las más sangrientas de la guerra. Las bajas norteamericanas serán más de 12.500 muertos y casi 37.000 heridos. Además, morirán unos 110.000 soldados japoneses, mientras que las bajas civiles se estimarán en 150.000. Miles de civiles se suicidarán con sus hijos por miedo de las hipotéticas matanzas que según la propaganda japonesa harían los americanos una vez la isla fuera conquistada. Por primera vez serán empleados por Japón los aviones kamikazes.

Un ataque aéreo masivo consigue hundir el acorazado japonés Yamato, el mayor que jamás se haya construido, con sus 65.000 toneladas, 265 m de eslora y 40 de manga, a 200 millas al norte de Okinawa.