REYES FRANCOS EN PENÍNSULA ITÁLICA (Bizantinos y Roma) (774-962)

Total de piezas: 64

MAROZIA, viuda de GUIDO de Toscana, se casa con el rey HUGO de Provenza. Encarcelada, es asesinada.


En 929 ha fallecido Guido de Toscana y MAROZIA decide en 932 casarse con su cuñado, el hermanastro de su difunto marido y rey de Italia, HUGO de Provenza, para lo cual se debe anular el matrimonio de HUGO ya que este se encuentra casado. La anulación matrimonial la consigue fácilmente ya que el papa que rige la Iglesia es JUAN XI, el propio hijo de MAROZIA. MAROZIA también espera que HUGO sea coronado emperador por su hijo. Su otro hijo, ALBERICO II (hijo de ALBERICO I), se opone violentamente a todo ello. Cuando se está celebrando el banquete de bodas, HUGO insulta a ALBERICO. Este se revela contra su madre y empuja al pueblo de Roma a levantarse contra la opresora. ALBERICO II encarcela a su madre y a su hermano, el papa JUAN XI. El marido de MAROZIA se las arregla para huir. A JUAN XI lo liberará finalmente pero lo mantendrá bajo arresto domiciliario hasta su muerte que ocurrirá unos meses después. Nada más se sabrá de MAROZIA que seguramente será asesinada en prisión. A partir de este momento, ALBERICO II domina la ciudad y se asegura la sucesiva elección de todos sus candidatos al papado: León VII, Esteban VIII, Marino II y Agapito II.

LEON VII es entronizado Papa.


LEON VII es entronizado Papa (3.1.936 – 13.7.939). Desaparecida Marozia, su hijo, ALBERICO II, gobernará Roma hasta su muerte, en 954, con el título de “príncipe y senador”. A pesar de sus antecedentes familiares y de sus propias y bárbaras acciones, ALBERICO II será un buen gobernante temporal y su intervención en los asuntos religiosos será beneficiosa para la Iglesia. El papa LEÓN VII se plegará totalmente a los deseos de su protector -ALBERICO II- al igual que en los decenios anteriores lo hicieron sus predecesores con Marozia, la madre de Alberico.

LEÓN VII nombra vicario apostólico y legado pontificio, en Alemania, al arzobispo de Maguncia.


El Papa LEÓN VII interviene mediando entre su protector ALBERICO II y HUGO de Arlés, el tercer marido de Marozia, que como rey de Italia le disputa el poder sobre Roma. LEÓN VII convence a ODÓN, el abad de Cluny , para que se desplace a Roma e intervenga en la disputa, que se solucionará con el matrimonio entre ALBERICO II y la hija de HUGO, Alda. La visita de ODÓN a Roma es aprovechada por ODÓN para convencer al Papa LEÓN VII y a ALBERICO para que le presten su apoyo en la reorganización del monacato que pretende llevar a cabo, no sólo en la zona de Borgoña, donde se situa la abadía, sino en toda Europa. LEÓN VII nombra vicario apostólico y legado pontificio, en Alemania, al arzobispo de Maguncia, Federico, a quien prohibe que bautice a la fuerza a los judíos alemanes aunque le autoriza a que los expulse de las ciudades si rehusan dicho sacramento. Con este papa se inicia una renovación eclesial. Este papa vuelve a ocuparse de la Iglesia ecuménica olvidada por sus antecesores sólo preocupados por Roma.

Hugo de Provenza, rey de Italia, intenta eliminar a Berengario quien huye a Alemania. Otón I le apoya.


La fortuna de los Anscari, la familia gobernante de la marca de Ivrea (Italia), crece durante la primera mitad del siglo X hasta que casi todo el poder del reino de Italia se concentra en BERENGARIO. Su matrimonio con Willa de Arlés, hija de Bosón, conde de Arlés, Aviñón y margrave de Toscana, es el detonante para que el rey HUGO de Arlés empiece a verle con recelo. Willa es sobrina del propio rey, por lo que éste teme que BERENGARIO esté preparando su ascensión al trono al casarse con alguien de la familia real. En 940 el rey intenta eliminarle, pero BERENGARIO puede huir a Alemania, donde conseguirá el apoyo del rey de Alemania, OTÓN I.

MARINO II es elegido papa, por disposición del príncipe y senador romano ALBERICO II de Spoleto.


MARINO II -papa- (30.10.942 – 1.5.946). Es elegido papa, al igual que su predecesor, por disposición del príncipe y senador romano ALBERICO II de Spoleto que rige Roma del 932 al 945 . Éste, al igual que su madre Marozia, somete durante décadas a los papas elegidos bajo su mandato. De su pontificado sólo se conservarán algunas actas dirigidas a obispos y abades ya que prosigue la reforma monacal inciada por León VII y el abad de Cluny. Es un hombre piadoso pero que, como sus antecesores, gobernará la Iglesia constreñido por la poderosa personalidad de ALBERICO II. (Este papa fue también conocido como Martín III, debido a que durante la Edad Media el nombre de Marino se confundió con el de Martín, lo que supuso que en la lista de los papas, a Marino I se le llamara Martín II y a Marino II se le llamara Martín III. Este hecho implicó que, al corregirse el error, en las listas actuales de papas se pase de Martín I a Martín IV y no hayan existido papas con los nombres de Martín II y Martín III).

BERENGARIO regresa en 945 con un ejército. HUGO, rey de Italia, se retira y deja a su hijo LOTARIO II.


BERENGARIO regresa en 948 con un ejército que obliga a HUGO, rey de Italia, nieto de Lotario II, a retirarse a Provenza dejando a su hijo LOTARIO como rey titular (948-950). BERENGARIO será acogido por las ciudades y barones del país como un libertador.

El breve reinado de LOTARIO II como rey de Italia termina con su muerte probablemente envenenado.


El breve reinado de LOTARIO como rey de Italia termina con su muerte el 22 de noviembre de 950, probablemente envenenado por órdenes de BERENGARIO.

Muerto Lotario, BERENGARIO es coronado rey de Italia. ADALBERTO su hijo será co-rey.


La muerte de Lotario da a BERENGARIO la oportunidad de coronarse rey de Italia (950-961), asociando a su hijo ADALBERTO II al trono y coronándole también el 15 de diciembre de 950 (950-961). Intenta legitimizar su mandato forzando a la viuda de Lotario, ADELAIDA de Italia, a casarse con su hijo ADALBERTO. ADELAIDA es apresada pero consigue escapar hasta que logra conectar con OTÓN I.

OTÓN I reivindica los derechos de Adelaida, viuda del rey Lotario II en contra de BERENGARIO II.


OTÓN I reivindica los derechos de ADELAIDA, viuda del rey Lotario II en contra de BERENGARIO II de Ivrea, y ADALBERTO, su hijo.

OTON I se casa con ADELAIDA para fortalecer su legitimidad. BERENGARIO y su hijo le rinden pleitesía.


En la fecha, OTON I se casa con ADELAIDA para fortalecer su legitimidad por desposar a la viuda del último rey legítimo. Ante esta maniobra BERENGARIO no tiene más remedio que rendir pleitesía a OTÓN, pero con la condición de que le mantenga como rey de Italia. OTÓN acepta y regresa con su esposa a Alemania. BERENGARIO, de hecho, a partir de este momento es nominalmente sub-rey y ADALBERTO II, su hijo, es co-rey, ambos bajo OTÓN I.