Durante la segunda mitad del siglo IX, el territorio central del noreste de la Península Ibérica se estructura a partir del aumento de la población y del espacio agrario. Osona se convierte en un modelo tanto de la recuperación eclesiástica, con la restauración episcopal de Vic, como del fortalecimiento condal, con una suma de castillos. Cada uno de ellos está dotado de un amplio término, lo que permite cubrir todo el espacio y contener al conjunto de la población.

En estas fechas, se crea una nueva sede episcopal en Vic, que vendrá a consolidar el territorio en repoblación.

RAMON y ERMENGOL, hijos de Borrell II y de Letgarda, son todavía muy jóvenes. ERMENGOL I (992-1010), recibe en testamento el condado de Urgell, iniciando la primera dinastía condal de Urgell. RAMON, con veinte años de edad, llamado RAMON BORRELL I (992-1017), recibe el lote esencial de Barcelona, Girona y Osona que se ha mantenido indivisible desde los tiempos de Vifredo el Velloso, es decir, por espacio de más de un siglo. La idea de unidad entre todos los condados va consolidándose lentamente.