Fundación del Centro Gallego de Buenos Aires.

El sufragio no es universal en Argentina y las elecciones son, por tanto, fraudulentas, por lo que el presidente del país es elegido por un sector elitista. Esto cambia cuando, en 1912 y gracias al impulso dado por el presidente Roque Sáenz Peña, se promulga una ley (conocida popularmente como Ley Sáenz Peña) por la cual el voto pasa a ser secreto y obligatorio para toda la población masculina. Y es que en el ámbito político, la autoridad del Estado gravita sobre los enormes recursos económicos que dispone el país. Pese a la crisis derivada de la caída de precios de los productos agrícolas y ganaderos en el mercado internacional, tal autoridad no se cuestiona, pero sí la legitimidad del régimen de gobierno. La naturaleza oligárquica del sistema es puesta en tela de juicio por las diversas organizaciones obreras surgidas de las masas inmigradas y por los movimientos políticos vinculados a ellas. Como consecuencia, Sáenz Peña no tiene más remedio que aprobar la ley de sufragio universal.

Argentina mantendrá una posición neutral durante la I Guerra Mundial, lo que la convertirá en una de las naciones más ricas del mundo.

Concertación de un acuerdo -Pacto ABC- entre Argentina, Brasil y Chile en 1915 por el cual las partes se obligan a resolver sus litigios por medios pacíficos. De hecho, representa un intento más para contrarrestar la creciente influencia de EEUU. en América del Sur. Si bien el tratado no entrará en vigencia y sólo será ratificado por Brasil, gran parte de la política exterior de los tres países entre 1915 y 1930 seguirá la base de consultas e iniciativas mutuas, con lo que, en los hechos, es una suerte de Pacto ABC. El apelativo Pacto ABC se usa por parte de la prensa o en círculos diplomáticos cuando dichos países impulsan iniciativas de integración en América del Sur en común, cuando hay acuerdos o acciones oficiales en común en política exterior, o cuando existen gobiernos de similares características ideológicas y políticas en los tres países.

La aplicación del sufragio universal en Argentina abre un período (1916-1930) dominado por los gobiernos de Hipólito Yrigoyen (12/10/1916-12/10/1922) y Marcelo Torcuato de Alvear (12/10/1922-12/10/1928), ambos radicales de la Unión Civica Radical. Esta etapa estará marcada por el desarrollo institucional y económico. Se creará una incipiente industria ligera, que repercutirá de manera favorable en amplias capas de la sociedad argentina. Los radicales, sustentados en amplios sectores de la clase trabajadora, legislan las relaciones laborales y -de acuerdo con su intención de consolidar su base social promoviendo las nuevas clases medias- apoyan el movimiento de reforma universitaria, que reivindica una mejor enseñanza, la participación de los estudiantes en el gobierno universitario y la ampliación de la autonomía de estas instituciones.

En Argentina, los sindicatos aumentan considerablemente el número de sus afiliados y plantean al gobierno sus demandas aprovechando los progresos en la democratización del país. La conflictividad social crece, impulsada por un poderoso movimiento anarquista. En consecuencia, los sectores sociales privilegiados reaccionan impulsando una durísima represión contra los trabajadores, que alcanza sus cotas más sangrientas con la Semana Trágica de 1919 (Del 9 al 14 de enero de 1919) y la matanza de la Patagonia de 1921. En ambos casos se trata de huelgas obreras o campesinas, reprimidas violentamente por la policía y el ejército con un saldo de miles de víctimas.

En Argentina, de nuevo coge las riendas del Gobierno, Hipólito Yrigoyen (12/10/1928-6/9/1930). A pesar de haber afirmado el principio democrático, no modificará la estructura socioeconómica ni extirpará la corrupción administrativa.

La crisis económica internacional derivada de la primera guerra mundial tuvo efectos negativos en Argentina. El país sufrió un fuerte descenso de sus rentas públicas y del comercio exterior, con la consiguiente reducción de la dinámica económica y del nivel de vida general. Fue entonces cuando, pese a las reformas del radicalismo, se puso de manifiesto que pervivían las estructuras básicas del régimen que instituyese el presidente Julio A. Roca a finales del siglo XIX, y que estaba basado en la exportación de productos agrarios. La oligarquía terrateniente, que se había beneficiado de las tierras arrebatadas a los indios y había impedido su reparto a los inmigrados para su colonización (lo que, a su vez, es causa del desequilibrio demográfico del país), seguía controlando los resortes principales del poder. Así, el crash mundial de 1929 fue la puntilla que dejó al radicalismo sin apoyo popular

Golpe militar del general José Félix Uriburu (1930-1932), que derroca el gobierno constitucional. Ello significa la restauración del poder conservador y el comienzo de la que se denominará «década infame». La quiebra del orden constitucional tuerce el rumbo histórico de la República Argentina al minar la evolución de la cultura democrática en la población. Empezarán a confundirse en el imaginario popular los intereses de clase y los del Estado, y el autoritarismo (fuese militar o caudillista) pasará a entenderse como la fórmula de solución de los problemas sociales, económicos y políticos del país.

Golpe de Estado en Argentina contra el presidente Hipólito Yrigoyen y a cargo del general José Félix Uriburu, que se hace cargo del gobierno como presidente provisional.