Evo MORALES inicia su mandato como presidente de Bolivia.

La crisis boliviana se agrava por momentos por la radicalización, la división del Congreso y las pugnas regionales. El país ha quedado aislado a causa de los bloqueos de carreteras para apoyar la nacionalización de los hidrocarburos. Los manifestantes asedian el Congreso. El presidente ordena al ejército ocupar los campos petrolíferos.

El presidente de Bolivia, Evo Morales,  decreta la nacionalización de los productos petrolíferos del país, en plena escalada de los precios internacionales. Fuerte inquietud en los mercados internacionales del crudo.

El nacionalismo indigenista de Evo MORALES ha salido vencedor en la doble consulta popular realizada, en la fecha, en Bolivia. Sin embargo, el Movimiento al Socialismo (MAS), que apoya al presidente, ha quedado lejos de los resultados que esperaba. Ahora el oficialismo deberá negociar palabra por palabra de la futura Constitución y medir muy bien sus pasos para evitar la fractura del país en dos bloques antagónicos y neutralizar los movimientos separatistas de algunas de sus provincias más prósperas y ricas en recursos naturales, especialmente gas y petróleo. El MAS ha sacado entre 128 y 134 escaños de la Asamblea Constituyente, que estará formada por 255 legisladores. El resultado revela un avance del MAS de casi seis puntos porcentuales respecto a las elecciones del pasado año, que dieron la presidencia a Evo Morales. Sin embargo, está lejos de los dos tercios (170 escaños) que se requieren para aprobar una nueva Carta Magna.

Los bolivianos han sido llamados también hoy, a una doble votación. Además de elegir una Asamblea Constituyente, que pretende “refundar” Bolivia sobre bases indigenistas, el pueblo boliviano ha sido convocado a un referéndum sobre el modelo de Estado. El oficialismo ha conseguido también una victoria en el referéndum nacional vinculante sobre la autonomía de sus regiones, pero en cuatro departamentos, los más ricos del país, -Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija- los partidarios de una amplia descentralización, a la que se opone Morales, han impuesto el voto afirmativo y ahora el Gobierno de La Paz deberá tener en cuenta sus planteamientos. Con resultados contradictorios, Bolivia parece haber optado por una concertación política, que debe evitar enfrentamientos.

Se reúne en Córdoba (Argentina), la XXX cumbre de Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y el nuevo miembro Venezuela- con Cuba y Bolivia como invitados. Esta cumbre está marcada por el color de los gobiernos de izquierdas, que hoy ocupan el poder en la mayoría de los países de Iberoamérica y el Caribe. Quizá de ahí provengan las reticencias que se observan al norte, en Washington, donde se constata que mientras el Mercosur se reconstruye y avanza, el Área de Libre Comercio de las Américas se esfuma. Está por ver cuál será el peso específico de Venezuela, pero son de sobras conocidos las pretensiones políticas del presidente venezolano, empeñado en que el mercado común de Iberoamérica y el Caribe se transforme en un bastión independiente y unido, frente a la “influencia” norteamericana.

En Bolivia, aprobación de la Constitución sin discusión, de noche y en un cuartel. Tienen lugar graves disturbios en Sucre, con 4 muertos, porque la Constitución se ha aprobado sin la oposición. El 9 de diciembre se revalidará de nuevo, pero los opositores no la aceptarán.

Las dos Bolivias han quedado encaradas, frente a frente. Mientras en la plaza Murillo de La Paz el presidente Evo Morales festeja junto a movimientos sociales e indígenas la presentación de la nueva Constitución, en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija se celebran concentraciones multitudinarias para refrendar los proyectos de estatutos que regularán los regímenes autonómicos que se pretende implantar en esas provincias. Los actos paralelos en la capital y en las principales ciudades marcan dos caminos que pueden ser el inicio de una confrontación entre modelos y visiones de país casi irreconciliables.

Evo MORALES es reelegido presidente de Bolivia de forma aplastante, con la mayor diferencia de sufragios en la historia del país. Según todos los sondeos y el fiable escrutinio de varios centenares de urnas seleccionadas, el líder indigenista habría obtenido el 62% de los votos; el derechista Manfred Reyes, el 26%; y el centrista Doria Medina, el 7%. Morales lograría así 25 de los 36 senadores. Y no sólo eso: al conseguir los dos tercios de los senadores, tendrá todos los poderes y podrá reformar la Constitución a su conveniencia. La cita tuvo una alta participación y no hubo incidentes graves. De hecho, fue casi un plebiscito sin contrincantes. La debilitada oposición queda aniquilada por la avalancha de votos. Por primera vez, los bolivianos del exterior han podido participar en la elección de su presidente. Este segundo mandato iniciará el 22 de enero de 2010.

Del resultado en los comisios de Bolivia, se ha dicho: “Es la revolución política más importante desde la fundación de Bolivia en 1825”. Además de los generosos programas sociales, la popularidad de Morales no ha dejado de crecer por la evolución de la economía. Gracias a los mayores ingresos por hidrocarburos y minerales, el FMI ha elogiado Bolivia. Por el contrario, no ha habido tanto éxito en otros campos. La creación de puestos de trabajo flojea; la caída en las exportaciones de gas podría afectar a los generosos programas sociales. Y, además, la creciente producción de coca alimenta el aumento del narcotráfico, según denuncias nacionales e internacionales.