En Zululandia, al nordeste de Sudáfrica, donde viven cinco millones de zulúes, en junio de 1906 las tropas británicas masacran a Bhambata y a los sublevados en 1905. En la batalla mueren 575 rebeldes y en la revuelta se producen más de 15.000 fallecidos y otros millares más de zulúes son encarcelados. Precursora de las luchas antiapartheid, la revuelta de Bhambata es la primera que el pueblo africano lleva a cabo contra el poder opresor blanco. Inicia las luchas de resistencia y liberación que acabarán con la llegada al poder de Nelson Mandela en 1994.

En la fecha, en el restaurado gobierno autónomo de el Transvaal, el general boer Louis Botha se convierte en el primer ministro de dicha provincia con el general boer Smuts como secretario de Estado. Todo ello significa que los boers, en tanto acepten la soberanía británica, siguen siendo dueños de su territorio.

Los británicos conceden el autogobierno a la Colonia del Río Orange. Su primer ministro es Abraham Fischer (27/11/1907-31/5/1910), con el general boer Hertzog como fiscal de su majestad. En 1910 la colonia se unirá a la Unión de Sudáfrica como «la Provincia del Estado Libre de Orange».

Cuando Sudáfrica alcanza el estatus de dominio en 1910, BOTHA es nombrado primer Primer Ministro de la Unión Sudafricana. Luego del comienzo de la Primera Guerra Mundial, enviará tropas para tomar el África del Sudoeste Alemana (Campaña de África del Sudoeste), una impopular medida entre los Bóers, que provocará la Revuelta de los Bóer.

Las cuatro colonias (El Cabo, Orange, Transvaal y Natal) aprueban la Ley de la Unión por la que queda establecida la «Unión Sudafricana» en la cual, británicos y boers, son ciudadanos en pie de igualdad. La constitución aprobada niega el derecho de voto para los negros en las provincias de Orange, Transvaal y Natal (En El Cabo hay un régimen especial desde 1853 que se respeta). De hecho, los blancos de la Unión Sudafricana, de religión protestante, creen que la Biblia les da derecho a discriminar al resto de las razas. Por ello, no permiten a éstas participar en su democracia. Por esto, la ley les otorga una total supremacía sobre las otras razas del país (negros, mestizos e hindúes), con las que se negarán a convivir en igualdad de condiciones. Por otra parte, los idiomas inglés y holandés estarán en igualdad de derechos. Luis Botha es nombrado primer ministro.

En la fecha, en las primeras elecciones celebradas en la nueva Unión Sudafricana, los boers obtienen mayoría, y BOTHA se convierte en primer ministro. Así, pues, los boers reconocen que la Unión es una forma de gobierno útil, y permanecen leales al Imperio británico. Pretoria es proclamada sede del gobierno, y Ciudad de El Cabo, sede del parlamento. Boers y británicos compartirán su intolerancia hacia los no europeos: asiáticos y africanos.

Los territorios situados al NE de la Unión Sudafricana, adquiridos por Cecil Rhodes en nombre de la British South Africa Company, son divididos y reciben el nombre de Rhodesia del Norte (futura Zambia 1964) y de Rhodesia del Sur (futuro Zimbaue 1978).

En la Unión Sudafricana, los afectados se oponen a la llamada Ley de tierras y los intelectuales y activistas políticos negros fundan el movimiento opositor conocido como Consejo Nacional Africano (CNA), una organización que representa los intereses del colectivo negro y lucha contra la creciente expoliación del país a través de la resistencia pacífica. Su objetivo principal es la creación de una sociedad democrática en la que no exista la segregación racial.

En Sudáfrica, el gobierno de BOTHA destina 8,9 millones de Ha de terreno, repartidas entre las cuatro provincias sudafricanas para la construcción de «homelands», es decir, de reservas para aborígenes. El objetivo de tal medida es separar de modo manifiesto las propiedades que pertenecen a los blancos de las de los negros. De acuerdo con la ley, éstos -tres quintas partes de la población- no pueden comprar terrenos situados en la zona de los blancos y viceversa. Estas zonas de reserva, se denominan bantusanes, pues se han dispuesto sobre las «reservas» destinadas a la tribu bantú. Estos lugares basan su economía en una agricultura de subsistencia. La mayoría de sus habitantes trabaja en las ciudades de los blancos como mano de obra barata. Para ello necesitan un pase especial con sus datos. En teoría, los bantusanes están gobernados por los propios negros. Sobre el papel, algunos constituyen «estados independientes». Tal es el caso de Transkei o Ciskei. Sus habitantes, por tanto, no poseen la nacionalidad sudafricana, sino la del bantusane.

Habiendo estallado la Primera Guerra Mundial, el primer ministro general BOTHA lleva a Sudáfrica a la guerra al lado de la Gran Bretaña. No obstante esta guerra no es nada popular en Sudáfrica pues la mayoría de los afrikaners (descendientes de holandeses) no tienen el menor interés en una guerra «británica». Se darán varios intentos de sublevación e incluso será fusilado uno de los cabecillas, Jopie Furie, que pasa a engrosar la lista de mártires sudafricanos. En la Unión Sudafricana, los negros desempeñan un papel más activo en industria y servicios a lo largo de los años que durará la confrontación bélica (1914-1918), pues los trabajadores blancos marchan a combatir al frente. Pero cuando estos regresen, exigirán ocupar en exclusiva los puestos especializados.