CATALUNYA (Prehistoria) (….. - 218 Ac)

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En la localidad cántabra de Puente Viesgo, en la cueva del Castillo, se encuentra un yacimiento arqueológico


En la localidad cántabra de Puente Viesgo, en la cueva del Castillo, se han hallado, además de bastantes pinturas rupestres, diversos objetos entre los que destacan un omóplato con un ciervo grabado y un bastón de mando realizado en asta con un perfecto bajorrelieve grabado representando un ciervo. A la entrada de la cueva se encuentra un importante yacimiento arqueológico donde se han encontrado más de veintiséis niveles estratigráficos que comprenden desde el Musteriense (Paleolítico medio) hasta el Neolítico y Edad de los Metales.

En la Península Ibérica, se inicia la tercera etapa del Paleolítico Superior


En la Península Ibérica, se inicia la tercera etapa del Paleolítico Superior (-13.000 al -8.000) y con ella el período cultural denominado: Magdaleniense. A través de los pasos naturales de los Pirineos, acceden a la Península Ibérica pobladores procedentes de Francia y Centroeuropa, portadores de una nueva industria, cuya materia básica es el hueso, que poco a poco sustituye la piedra como materia prima en la fabricación de útiles y herramientas. Si bien no se abandonan los trabajos en sílex, se tiende a la microlitización de los útiles. Las variaciones climáticas, que conllevan un calentamiento del clima, provocan la emigración hacia el norte de los grandes mamíferos que hasta entonces eran la base alimenticia de los pobladores paleolíticos.

Las cuevas de Parpalló y Malladetes, ambas en Gandía, Valencia, son sin duda las más célebres de este período.


Las cuevas de Parpalló y Malladetes, ambas en Gandía, Valencia, son sin duda las más célebres de este período. A ellas hay que añadir la Cova Foradada en Xávea, Alicante, y sus restos humanos, la Cova Beneito en Muro del Corritat, Alicante, y sus adornos personales sobre huesos de animales, la secuencia de la Cova de les Cendres en Teulada, Alicante, la Cova Matutano en Vilafamés y Cova dels Blaus QaVall d’Uixó, que continuarán ocupados hasta el Epipaleolítico, como ocurre en el Tossal de la Roca Ga Vall d’Alcalá, Alicante.

Subsisten en la península numerosos asentamientos en los que se va prefiriendo el terreno llano a las cuevas de las montañas


En la Península Ibérica, al período cultural Magdaleniense suceden los períodos culturales denominados Aziliense, Asturiense, Epigravetiense, Geométrico , Ancoriense o Camposanquiense y Concheros del Muge, según la zona en que se desarrolla (8.000-5.500 aC). En estos años, subsisten en la península numerosos asentamientos en los que se va prefiriendo el terreno llano a las cuevas de las montañas (ya no hay miedo a las fieras) y se empiezan a ocupar las vegas, ricas para la primitiva agricultura y el pastoreo. A pesar de esto, es lógico que, de haberse conservado algunos restos, hayan sido encontrados en su inmensa mayoría en cuevas, al abrigo de las inclemencias meteorológicas. Por eso los mayores yacimientos de esta época son los de La Carigüela y La Ventana (Píñar), la Cueva del Agua (Huétor Santillán), Las Majólicas (Alfacar), cuevas de La Mujer, del Agua, Los molinos y Sima Rica (Alhama) y las cuevas del Capitán, Los Intentos y Las Campanas (Motril). Del final de este período se han descubierto en la Cueva de los Murciélagos (Albuñol) labores de cestería perfectamente conservadas, granos de trigo y piñones, fragmentos de cerámica, punzones y objetos de uso personal en bastante buen estado de conservación.

En la cueva de los Azules (Asturias) se ha encontrado un enterramiento correspondiente a esta época.


En la cueva de los Azules (Asturias) se ha encontrado un enterramiento correspondiente al período Epipaleolítico/mesolítico realizado en una fosa de forma ovalada. Los restos están en decúbito dorsal. La fosa se cubre con un túmulo de piedras y lajas. Como ajuar se colocó un arpón de hueso y diversas herramientas de piedra, cantos pintados con puntos de color negro, otras lascas pintadas con ocre rojo y conchas de moluscos.

La aparición de la agricultura y la ganadería, indudablemente foránea supone una transformación en Valencia.


La aparición de la agricultura y la ganadería, indudablemente foránea por la ausencia de sus agrotipos silvestres, supone una transformación en la ocupación y explotación del territorio valenciano, proceso que se inicia hace siete mil años y alcanza el tercer milenio aC. El primer Neolítico se identifica con las cucharas de hueso y la cerámica cardial, llamada así por estar decorada con la impresión de la concha del berberecho (cardium edule).

Los orígenes de la región granadina son imprecisamente conocidos.


Los orígenes de la región granadina son imprecisamente conocidos, si bien hasta ella debió de llegar en el período neolítico el influjo de la civilización egea, a juzgar por los restos de sepulcros que ofrecen coincidencias exactas con los de la Grecia micénica. Esos tipos arquitectónicos y la civilización que representan tuvieron desarrollo completo en esta comarca, que cuenta con un espléndido modelo de arquitectura megalítica -la Cueva del Romeral en Antequera (Málaga)- y otro del dolmen -el de Menga en el mismo lugar- así como en Granada existieron dos grandes sepulcros dolménicos, hoy destruidos: uno, sobre el pueblo de Dílar y, el segundo, en Ventas de Zafarraya, y necrópolis interesantísimas en Guadix, Baza, Illora, Montefrío y Alhama.

El Neolitico, surgido en el Mediterráneo oriental y el Próximo Oriente, llega a las tierras de la Península Ibérica.


El Neolitico, surgido en el Mediterráneo oriental y el Próximo Oriente, llega a las tierras de la Península Ibérica y se extiende, en su fase inicial, abarcando los años que van del 5.500 al 4.500 aC. El cambio en la vida de las personas que se produce con el Neolítico es auténticamente revolucionario: aparecen la agricultura y la ganadería, de manera que la economía deja de ser depredadora y pasa a ser productiva con sus técnicas asociadas: la pulimentación del sílex para las tareas agrícolas (en el Paleolítico y Mesolítico sólo se tallaba), y la cerámica, con distintas técnicas decorativas. Las personas abandonan la existencia nómada y comienzan a convivir en poblados estables (sedentarismo). La vinculación y la dependencia del género humano con la tierra provoca la aparición del culto a la fecundidad y de los ritos funerarios. Por otra parte, en el Neolítico el repertorio artístico se amplía. Se pintan en las cuevas y abrigos escenas de caza, de danza o de la cosecha. La pintura y el grabado se vuelven más esquemáticos, frente al naturalismo del Paleolítico. También el uso del color se altera: se rellenan contornos con un pigmento; no hay gradación tonal.

Cerámicas cardiales encontradas en las cuevas de la montaña de Montserrat: cultura de la cerámica Montserratina.


Una de las consecuencias más destacables de la invención de la práctica de la agricultura fue la aparición de la cerámica, que permite almacenar, transportar y cocer los alimentos. Los recipientes se hacen con cordones de fango enrollados en espiral, alisados con las manos y endurecidos al fuego (Cerámica cardial) Se han encontrado restos de este tipo de cerámica en diversas regiones de la costa mediterránea occidental (sur de Francia, Italia y norte de África, por ejemplo). En Catalunya, destacan las cerámicas cardiales encontradas en las cuevas de la montaña de Montserrat, de la cual proviene el nombre de la cultura de la cerámica Montserratina. De hecho, la cerámica fue producida por todas las antiguas civilizaciones por lo que existen tantas historias de la cerámica como de civilizaciones (Mesopotamia, Egipto, India, etc) En cada una de ellas adquiere rasgos peculiares por la forma de los vasos, el estilo de su decoración, las particularidades del color y el esmalte, etc.

La mina prehistórica de la Península Ibérica mejor conocida es la de Can Tintoré (Gava) (Barcelona)


La mina prehistórica de la Península Ibérica mejor conocida es la de Can Tintoré, en Gavá (Barcelona), que es explotada entre los años 4.900 y 2.700 aC. En su compleja red de galerías y pozos se han encontrado herramientas abandonadas por inservibles: picos, mazas y cinceles, todo ello de piedra. No es una mina de metales sino de piedras consideradas preciosas, principalmente variscita, de color verde muy intenso, y lidita, un cuarzo de color oscuro. Se usa para fabricar cuentas de collar con las que a menudo se entierran a sus muertos.