Pese a la importancia del hecho, la pérdida de la mayor parte de las colonias españolas no representará el fin del comercio catalán en América. Los negocios en Cuba y Puerto Rico se intensificarán y el desarrollo de la industria textil hará aumentar la importación de algodón procedente de EEUU. y Brasil.

Muchos payeses tradicionalistas y antiguos miembros de las partidas de voluntarios realistas se levantan contra FERNANDO VII porque están descontentos con la moderación política de sus gobiernos y el trato que han recibido, al no ser reconocida su graduación militar. En el mes de marzo de 1827, estalla una revuelta de «malcontents» en Vic. («Guerra dels malcontents»).

Estalla también en Manresa la revuelta de «Els malcontents» o «Els Agraviats». El pueblo catalán siempre ha sido defensor de sus fueros y enemigo de centralismos y “afrancesamientos”. Ello lo demuestra su resistencia a Felipe V, y sus influencias modernizadoras, por la que pierde sus fueros en 1714. Igualmente, el pueblo catalán se alza en armas contra la revolucionaria República francesa, en la Guerra Gran, en 1793. Los catalanes resisten la invasión napoleónica en la Guerra de la Independencia y en Catalunya se constituye la Regencia de Urgell, durante el trienio liberal de 1820 a 1823, contra la Constitución de Cádiz y el modelo de Estado liberal que surge de ella. Asimismo el pueblo catalán se vuelve a levantar en armas en la llamada Guerra dels agraviats o malcontents, en 1827, contra el liberalismo afrancesado y al grito de “Mori el mal govern”. Y a este conflicto le sucederán tres guerras civiles contra el liberalismo: la «primera guerra carlista» entre 1833 y 1840; la de los matiners, de 1846 a 1849; y la «segunda guerra carlista» de 1872 a 1876.

La revuelta armada ultrarrealista de los «malcontents» constituye en Manresa la «Junta Superior Provisional de Govern del Principat», a cuyo frente se coloca al absolutista Agustín Saperas, llamado «El Caracol». En esta ocasión, apoyan la sublevación, voluntarios realistas y parte del clero rural y se dispone de una organización más perfecta. Al mismo tiempo, surgen otros grupos en Aragón, País Vasco, Córdoba y el Maestrazgo.

Los «malcontents» no quieren imponer un programa político nuevo, pero el rey no puede aceptar la rebelión de una parte de sus súbditos y, en la fecha, sustituye al capitán general de Catalunya, el marquès de Campo Sagrado, por el más eficaz y sanguinario Charles d’Espagnac, comte d’Espanya.

En la fecha, FERNANDO VII se desplaza a Catalunya con el objetivo de conocer sobre el terreno las causas del levantamiento de los «malcontents» y acabar con la revuelta. En Barcelona es recibido con grandes muestras de afecto por parte de la burguesía. Al conocerse la noticia del viaje real, los sublevados la han interpretado en un sentido positivo para ellos, pero el conde de España, nuevo capitán general de Catalunya, tiene órdenes muy concretas de desarmar a los «malcontents». La represión resultará tan eficaz que ya a mediados de octubre la revuelta casi habrá acabado. El rey continúa su política de absolutismo moderado. El nuevo capitán general actuará con dureza contra los realistas exaltados y con furia desmesurada contra los liberales. Se producirá el fusilamiento de algunos cabecillas de las partidas (Llobet, Trilla, Sola).

Francisco Palau ingresa en el seminario de Lérida en 1828 hasta 1832, donde estudiará filosofía y telogía.

Hay constancia de emigrantes pratenses a ultramar ya desde los años 30 del siglo XIX, no comparable, desde luego, con los de Sitges o Vilanova. Una buena parte de esta emigración era para rehuir la prestación del Servicio Militar (4 años). Nada más las familias acomodadas, en general payeses, podían pagar el viaje. (A finales del siglo XIX Santiago de Cuba la dominaban comercialmente los catalanes hasta el extremo que referirse a «el catalán de la esquina» era sinónimo de decir «el comercio de la esquina».)

La industria textil catalana se ha ido desarrollando desde el siglo XVIII y, a partir de la década de 1830, experimenta un fuerte impulso. Contribuyen a ello la repatriación de capitales americanos y el aumento del consumo.

La navegación submarina española se cobra su primera victima en el catalán Cervó quien estaba experimentando con su nave submarina. Falleció al intenar sumergirse con su aparato en el puerto de Barcelona.