LUIS XVI, rey de Francia, muy perturbado por el decreto que estipula que todos los obispos y sacerdotes deben jurar la Constitución, finalmente, en la fecha, lo sanciona a fin de evitar un levantamiento. Hasta este momento un gran sector de la clerecía menor ha mostrado una cierta simpatía por la Revolución, pero cuando ven que los miembros episcopales de la Asamblea rehusan prestar juramento, sacrificando de este modo sus sedes, un número de pastores sigue este desinteresado ejemplo. Puede decirse que desde finales de 1790 el alto clero y los elementos verdaderamente ortodoxos de la clerecía menor están unidos contra las medidas revolucionarias. Desde ahora habrá dos clases de sacerdotes, los no juramentados o sacerdotes refractarios, que son fieles a Roma y rehusan el juramento, y los que han jurado, juramentados, o sacerdotes constitucionales que han consentido prestar su juramento. De los 125 obispos sólo cuatro han jurado: Talleyrand de Autun, Brienne de Sens, Jarente de Orleáns y Laford de Savine. En las ciudades importantes la mayoría de los sacerdotes rehusaron prestar juramento. Se puede decir que aproximadamente la mitad de los sacerdotes que fueron llamados a jurar lo hicieron.
HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Concilio de Trento a Pío X (1545 - 1903)
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HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Concilio de Trento a Pío X (1545 - 1903)
En Francia, la Asamblea Constituyente prohibe a cada sacerdote no juramentado predicar en público.
El 5 de Febrero de 1791, la Asamblea Constituyente francesa prohibe a cada sacerdote no juramentado predicar en público. En Marzo tienen lugar las elecciones para cubrir las sedes episcopales y parroquias vacantes. El desorden crece en la Iglesia de Francia; son candidatos sacerdotes jóvenes y ambiciosos, mejor conocidos por política que por su celo religioso.
PÍO VI, emite una condena solemne de la Constitución Civil en una solemne Carta al clero y al pueblo francés.
En esta coyuntura, viendo a la Iglesia Constitucional establecida contra la Iglesia legítima, PÍO VI, el 13 de Abril de 1791, emite una condena solemne de la Constitución Civil en una solemne Carta al clero y al pueblo. En ella se condena a los sacerdotes que hayan jurado -«juramentados»- fidelidad a la legalidad revolucionaria en Francia.
Anexión a Francia del Condado Venesino y de la ciudad de Aviñón -que pertenecen a los Estados Pontificios.
El 2 de Mayo de 1791, la anexión del Condado Venesino y de la ciudad de Aviñón -que pertenecen a los Estados Pontificios pero son un enclave en tierra francesa- por parte de las tropas francesas marca la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Francia y la Santa Sede. Desde este momento, se retira el embajador de Francia en Roma y lo mismo hace el nuncio en París. PÍO VI insta a la resistencia de los Católicos. Las Misas celebradas por los sacerdotes no juramentados atraen multitudes de fieles. La muchedumbre se junta para golpear e insultar a monjas y otras mujeres piadosas. Aviñón deja de estar bajo el control de la Iglesia y queda anexionada a Francia. (De 1309 a 1377 ha sido residencia de los papas, y después fue administrada por gobernadores nombrados en Roma.
La Francia Revolucionaria también quiere establecer una barrera entre Roma y los católicos de Francia.
Finalmente, el 9 de Junio de 1791, la Asamblea prohíbe la publicación de Bulas o Decretos de la Corte de Roma, al menos hasta que hayan sido sometidos al cuerpo legislativo y su publicación autorizada. Por tanto la Francia Revolucionaria no solamente rompe con Roma, sino que desea establecer una barrera entre Roma y los Católicos de Francia.
Una Carta papal del 19 de Marzo de 1792, renueva la condena de la Constitución Civil del Clero.
Una Carta papal (PÍO VI) del 19 de Marzo de 1792, renueva la condena de la Constitución Civil del Clero e impone excomunión mayor a todos aquellos sacerdotes juramentados que no se retracten dentro de los sesenta? días, y a todos los Católicos que permanezcan fieles a estos sacerdote.
Varios asuntos pueden servir de pretexto al desencadenamiento de la guerra entre Francia y la Iglesia.
Tres asuntos pueden servir de pretexto al desencadenamiento de la guerra entre Francia y la Iglesia. El asunto de Aviñón enfrenta a Francia con el papa PÍO VI. Los habitantes del enclave se han sublevado contra las autoridades pontificias y piden su incorporación a Francia. El asunto de los príncipes con posesiones en Alsacia afecta al Imperio: algunos nobles, súbditos del emperador han conservado derechos feudales en Alsacia después de la anexión francesa en el siglo XVII. El tercer asunto, el de las concentraciones de emigrados en las ciudades renanas, ha provocado ya una protesta francesa en diciembre de 1791.
Sigue la discusión entre la Asamblea legislativa y el Papa en relación a los sacerdotes no juramentados.
La Asamblea responde a la carta papal del 19 de marzo con el Decreto del 27 de Mayo de 1792, declarando que todos los sacerdotes no juramentados pueden ser deportados por el directorio de sus departamentos a pedido de veinte ciudadanos, y si ellos vuelven después de la expulsión se expondrán a diez años de prisión. LUIS veta este decreto. Por tanto se arriba a una disputa no solamente entre LUIS XVI y la Asamblea, sino también entre el rey y sus ministros.
El pueblo se levanta en armas ante las noticias de la política interior y las de la invasión de Champagne.
La locura se esparce a través de Francia causada por el peligro que amenaza desde fuera; se multiplican los arrestos de sacerdotes no juramentados. En un esfuerzo por hacer que se rindan, la Asamblea decide que el juramento debe consistir solamente en la promesa de sostener con toda su fuerza la libertad, igualdad, y ejecución de la ley, o morir en su puesto. Pero los sacerdotes no juramentados se mantienen firmes y rehusan aún este segundo juramento. El 26 de Agosto la Asamblea decreta que dentro de los quince días siguientes deben ser expulsados del reino y que aquellos que permanezcan o regresen a Francia serán deportados a la Guayana, o serán castigados con diez años de prisión. Esta es la señal para una verdadera guerra civil. Los campesinos se arman en La Vendée, Deux Sèvres, Loire Inférieure, Maine y Loire, Ile y Vilaine. Estas noticias y las de la invasión de Champagne por el ejército Prusiano causan ocultas influencias, levantando al pueblo en armas.
Durante la época del «Terror» hasta la «Iglesia Constitucional» queda abolida.
Durante la época del «Terror» hasta la «Iglesia Constitucional» queda abolida. El Papa PÍO VI decreta que los sacerdotes «juramentados» queden ipso facto suspendidos «a divinis», declara que la Constitución francesa es herética y cismática y acoge en Roma a numerosos sacerdotes exiliados. Por otra parte, en tiempo de Pío VI entra en funciones el verdugo más famoso de Roma, Giambattista Bugatti.

