El Frente Polisario rechaza una autonomía para el Sáhara.

Cuando se cumplen veinticinco años de la fundación de la República Árabe Saharaui Democrática, cerca de 200.000 personas siguen en el desierto argelino a la espera de una solución al conflicto.

El 22 de junio de 2001, tras una nueva prórroga del mandato de la Minurso, el Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, recomienda en su informe como solución la llamada “tercera vía” (autonomía limitada de los territorios), que no satisface los derechos de los saharauis. La propuesta, difícilmente aceptable por el Frente Polisario, pone en peligro el actual alto el fuego y puede afectar gravemente a la situación de los refugiados, dado que la ayuda exterior no garantiza las necesidades mínimas de esta población.

Ahmed Bujari, Representante de Sáhara ante las Naciones Unidas, se ha apresurado en mostrar su preocupación ante la dimisión de Baker, dejando claro que, para la parte saharaui, este hecho supone un serio revés. A través de una declaración hecha pública el sábado, Bujari afirma que “los enormes esfuerzos invertidos por Baker con el fin de alcanzar esa solución fueron deliberadamente saboteados por la actitud intransigente del régimen marroquí, intransigencia que ha contado en todo momento con el apoyo y el aliento activo de Francia, país que en la cuestión del Sáhara Occidental, ha faltado gravemente a las responsabilidades inherentes a la calidad de miembro permanente del Consejo de Seguridad”. Bujari recuerda que “Baker ha dejado sin embargo para la posteridad un valioso legado, representado por un Plan de Paz que cuenta con el apoyo del Consejo de Seguridad al haber consagrado el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, y que permanecerá como punto de partida y de llegada de todo futuro esfuerzo que las Naciones Unidas vayan a desplegar con el fin de lograr una descolonización correcta y definitiva del Sáhara Occidental.

Manifestaciones en las universidades, concentraciones en las calles de los territorios saharauis, la bandera marroquí rota y pisoteada con rabia en El Aaiún, son imágenes que se suceden sin una organización aparente. Pese al despliegue de fuerzas del orden marroquíes, es difícil que el nuevo movimiento popular retroceda. La ‘intifada’ saharaui toma fuerza y se extiende a varias ciudades marroquíes. La situación es explosiva, 14 años después de acabada la guerra Marruecos-Polisario. Las reivindicaciones son claras en todas las protestas: que se celebre el referéndum y que Marruecos abandone el territorio.

El Polisario libera a los últimos 404 prisioneros marroquíes.

Situación actual del Sáhara Occidental: está partida en dos: el oeste (75%) lo ocupa Marruecos donde viven más de 150.000 colonos marroquíes y unos 70.000 saharauis; en el este, hasta Mauritania (25%), en una franja liberada por el Frente Polisario y en los campos de refugiados de Tinduf (Argelia) viven más de 100.000 saharauis. Y Hasan II, pretende que se celebre un referéndum pero sólo sobre una autonomía para la zona. Mientras tanto, Madrid, en equilibrio inestable entre Argel (el suministrador de gas a España) y Rabat, aboga por “una solución política justa, definitiva y de acuerdo con las partes”, pero no cita el referéndum de autodeterminación. Por otra parte, la postura de Francia es clara: apoya la propuesta de Rabat de resolver el conflicto con la autonomía del territorio. Y la de EEUU.: Marruecos es un aliado estratégico de EEUU. desde la guerra fría. Washington ha pretendido desde 1977 ser neutral entre Rabat y sus intereses económicos en Argelia, el protector del Polisario. Pero en el año 2003 cambió su posición y apoyó el plan Baker, que ofrece dos posibilidades: la autonomía o la partición. Y es que Washington ve en Rabat un factor de estabilidad en el Magreb.