El régimen nacido del golpe de PAVÍA representa el epílogo del 68 y el prólogo de la Restauración borbónica del 74. Es, en realidad, una situación-puente que se articula en el viraje conservador ya puesto en marcha en los últimos meses de la República. Como consecuencia de todo lo ocurrido, se constituye un gobierno de alianza entre conservadores, republicanos unitarios y radicales y que se seguirá llamando Poder Ejecutivo de la República. Se conviene, también, que se nombre Presidente del Poder Ejecutivo al general SERRANO (3/1/1874-29/12/1874) (Segunda Regencia de Serrano) y que asimismo ostente la Presidencia del Consejo. Así, pues, la República no deja de existir, aunque toma una forma diferente, con una clientela política compuesta por la alta burguesía, la aristocracia, el clero y las clases medias y sectores populares que se han visto afectados por la inseguridad y el desorden que padece el país en estos momentos.
GOBIERNO DEL PODER EJECUTIVO EN ESPAÑA(1874)
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CÁNOVAS del Castillo se decanta por una renovación de la monarquía parlamentaria en la figura de ALFONSO XII.
CÁNOVAS del Castillo se mantiene neutral en la revolución que expulsa a ISABEL II del trono en 1868, pero después de los difíciles y fugaces experimentos del reinado de Amadeo de Saboya y de la Primera República, el talento pragmático de CÁNOVAS se decanta como única solución posible, por una renocación de la monarquía parlamentaria en la figura de ALFONSO XII.
El general SERRANO, se convierte oficialmente en presidente de la República de España.
El general SERRANO, se convierte oficialmente en presidente de la República de España.
Varios generales se muestran decididos partidarios del restablecimiento de una monarquía encabezada por el hijo de Isabel II.
SERRANO, que ha tomado el mando del ejército del Norte para dirigir las operaciones contra los carlistas, pretende conseguir una victoria para reforzar su posición política. Pero si en el Norte están los carlistas, en Madrid conspiran abiertamente los alfonsinos, quienes tiene cada vez más partidarios entre los jefes militares. Los generales Concha, Echagüe y Martínez se muestran ya en abril de 1874 decididos partidarios del restablecimiento de una monarquía encabezada por el hijo de Isabel II.
Batalla del Somorrostro. Las tropas gubernamentales atacan a los carlistas que asedian Bilbao, haciéndoles huir.
Batalla del Somorrostro. Las tropas gubernamentales al mando del general alfonsino, Concha, atacan a los carlistas que asedian Bilbao, haciéndoles huir. SERRANO entrará en la capital vasca.
En España, Zabala -liberal- dimite como jefe de Gobierno. Mateo Sagasta -liberal- forma nuevo Gobierno.
En España, Zabala dimite. Práxedes Mateo SAGASTA -jefe de los liberales- es nombrado Presidente del Consejo y forma nuevo gobierno (3/9/1874-29/12/1874) e incluye en él a algunos monárquicos, lo que no impide que los alfonsinos sigan conspirando.
El príncipe Alfonso (futuro Alfonso XII) es enviado a la Academia Militar de Sandhurst, en el Reino Unido.
El Príncipe ALFONSO (futuro Alfonso XI), que conoce bien dos idiomas y dos culturas de tanta importancia como la francesa y la germánica, debe completar su formación con el aprendizaje del inglés y familiarizarse con la democrática sociedad británica. Por este motivo, siguiendo los deseos de su mentor CÁNOVAS, es enviado a la Academia Militar de Sandhurst, en el Reino Unido. Ingresa allí en octubre de 1874.
Alfonso, el futuro ALFONSO XII, rey de España, cumple los diecisiete años.
Durante los seis años y tres meses que dura el exilio de Isabel II y de sus hijos, España ha vivido experiencias políticas dispares, todas cortas y desafortunadas: un gobierno provisional, una regencia (Serrano), una monarquía extranjera sin raíces ni simpatías en la sociedad española (Amadeo de Saboya), una brusca e imprevista abdicación, una improvisada y efímera república (cuatro presidentes en menos de un año), un golpe de estado (Pavía) y un gobierno militar dudosamente constitucional (otra vez Serrano). Se ha producido en este breve lapso de tiempo una guerra civil, desencadenada por los carlistas en el norte, una sublevación de los nacionalistas cubanos en ultramar y levantamientos cantonalistas en Cartagena y otras ciudades. El 28 de noviembre de 1874, Alfonso, el futuro ALFONSO XII, rey de España, cumple los diecisiete años. La situación en España ha cambiado y sus posibilidades de reinar ya son considerables. Con motivo del aniversario del Príncipe, se reciben en Sandhurst expresiones de afecto, de confianza y de esperanza llegadas de todas partes. España sueña ya con un nuevo rey. Y éste no puede ser otro que el joven ALFONSO XII.
SERRANO -Presidente de la República- ejerce una dictadura ambigua que nadie ve con buenos ojos.
El general SERRANO -Presidente de la República- ejerce una dictadura ambigua que nadie en España, ni obreros, ni empresarios ni intelectuales, ve con buenos ojos. En vista de tantas dificultades y fracasos, los partidarios de la restauración borbónica, que no eran muchos en 1868, han aumentado rápidamente en la península. La mayoría de ellos, después de aceptar con satisfacción y alivio la abdicación de ISABEL II en París (1870), ahora ponen sus esperanzas en el príncipe de Asturias (ya es ALFONSO XII para los más entusiastas y legitimistas). Desean la restauración monárquica, pero no en la persona de la conflictiva y desacreditada soberana, sino en la figura de su prometedor heredero.
Manifiesto de Sandhurst -redactado por Cánovas del Castillo- es remitido por el joven Alfonso a sus partidarios.
CÁNOVAS DEL CASTILLO no se inclina por la vía del pronunciamiento militar para el retorno de la dinastía borbónica. Quiere evitar una medida de fuerza en la base de la Restauración cuando ésta puede venir perfectamente por un estado de opinión favorable. El manifiesto de Sandhurst (Gran Bretaña) redactado por CÁNOVAS del CASTILLO, es remitido por el joven ALFONSO, en la fecha, desde la academia militar próxima a Londres, como respuesta a las numerosas felicitaciones recibidas con motivo de su cumpleaños. De él se deduce que don ALFONSO será el próximo rey de todos los españoles, punto de enlace entre tendencias políticas distintas pero no excluyentes, con las únicas excepciones del carlismo y del anarquismo, que quedan al margen de la ley. Don ALFONSO será también un rey-soldado fuerte, pero al mismo tiempo pacificador, capaz de poner fin a guerras largas y crueles. Será, en fin, un ejemplo personal de monarquía constitucional a la inglesa (“rey que reina, pero que no gobierna”) con una constitución por encima de todos los ciudadanos, aceptada y respetada por todos ellos y, desde luego, por el mismo monarca.