ADOLF HITLER

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HITLER es consciente de que los días del Tercer Reich, y con él su propia persona, han llegado a su fin.


De la estructura jerárquica del Tercer Reich, tan sólo acompañan a Hitler en el búnker el ministro de Propaganda Joseph Goebbels, el jefe de la Cancillería Martin Bormann, el jefe del Estado Mayor del Ejército Hans Krebs y algunos oficiales de enlace. La disciplina se ha relajado, y se fuma y bebe incluso en presencia de Hitler. Éste muestra por primera vez en su vida signos de dejadez. Aunque sigue moviendo tropas imaginarias y haciendo planes para después de la guerra, es consciente de que los días del Tercer Reich, y con él su propia persona, han llegado a su fin. Las defecciones de Góring (que ha mandado un teletipo diciendo que, de no recibir noticias en contra, asumirá el mando) y de Himmler (que intenta negociar con los aliados por medio del diplomático sueco Folke Bernadotte) no hacen sino confirmarlo. Hasta los más allegados están abandonando el barco. Sólo las zonas céntricas de Berlín quedan en poder de los alemanes, cuyas tropas se ven cada día en una situación más crítica, sin opciones de refuerzos externos, y con una creciente escasez de armas, municiones y suministros médicos.

HITLER designa como sucesor al frente del Estado y de la Wehrmacht al almirante Dónitz. Después contrae matrimonio con Eva Braun, su amante.


HITLER ha decidido suicidarse, y la mejor forma de hacerlo se convierte en el primer tema de conversación de aquellos últimos días. La noticia de la muerte de Mussolini no hace sino precipitar su decisión. Pero antes debe resolver sus asuntos personales. Así, hace redactar un testamento privado y otro público. En éste sigue acusando a los judíos de todo mal, designa como sucesor al frente del Estado y de la Wehrmacht al almirante Dónitz, nombra a Goebbels canciller y a Bormann jefe del partido. Después contrae matrimonio con Eva Braun, la que hasta entonces ha sido su amante. La División Nordland se encarga de la defensa final de la Cancillería del Reich.

HITLER se suicida junto a su esposa Eva Braun.


Sobre las 14 h del día 30, y mientras ya se combate en los aledaños del Reichstag, HITLER come a solas con sus secretarias y cocineros. Nombra sucesor a Dónitz. Luego, tras despedirse de sus más íntimos colaboradores, se encierra con su esposa en su habitación. A las 15.30 se oye una detonación y, tras un breve silencio, ambos cuerpos son hallados sin vida. Él se ha disparado, y posiblemente ha ingerido una cápsula de ácido prúsico al mismo tiempo; para ella ha bastado con el veneno. HITLER ha dejado escrito: «Muero con el corazón feliz, consciente del valor y los éxitos de nuestros soldados en el frente, de nuestras mujeres en la patria, de los logros de nuestros granjeros y trabajadores, y del cometido, único en el mundo, de la juventud que lleva mi nombre…». Ambos cadáveres serán trasladados al exterior del recinto e incinerados, siguiendo sus previas instrucciones. Afuera la lucha sigue, y mientras el general Krebs intenta una rendición honorable ante su homólogo soviético Vasili Chuikov, Weidling llega al convencimiento de que el combate debe cesar.

El Ejército Rojo localiza los restos calcinados de varias personas entre ellas los de HITLER y Eva Braun.


Cuando llegan las tropas del Ejército Rojo a las puertas del bunker de la cancillería localizan los restos calcinados (?) de varias personas. Informados sobre la tragedia, inmediatamente se hacen los estudios de las dentaduras y se concluye que dos de los cadáveres son los de HITLER y Eva Braun, los otros parece ser que corresponden a Goebbels, a su esposa, etc. Los restos de estos personajes serán llevados en peregrinación durante meses por Alemania (Buch, Rathenow), para evitar que sean recogidos por seguidores nazi y que se le hagan homenajes e idolatrías. Finalmente se decidirá enterrarlos en febrero de 1946 en Magdeburgo, si bien serán exhumados hasta dos veces más por orden de Stalin para asegurarse que son los restos de HITLER. Más adelante, parece ser que dichos restos serán de nuevo incinerados y vertidos al Elba. Cosa aparte es decir si HITLER ha sobrevivido o si el muerto es uno de sus múltiples dobles. De hecho, hay quien llegará a decir que HITLER sobrevive y que vive en Sudamérica.