El presidente PRIM realiza negociaciones para buscar un príncipe a quien elegir monarca de España, búsqueda que dura más de un año. PRIM desea una monarquía constitucional para España, pero cierra la puerta a la dinastía hasta entonces reinante con su discurso del Congreso donde dice “mientras yo viva, los Borbones en España… ¡jamás, jamás, jamás!”. Según algunos, fue entonces que se ganó el odio del Duque de Montpensier, quien aspiraba a ser Rey por estar casado con la hermana de Isabel II. El general PRIM, se inclina por Leopoldo Hohenzollern-Sigmarigen, -la oposición de Francia a esta candidatura provocará la guerra franco-prusiana-, pero no lo consigue. Descartados otros candidatos como el duque de Montpensier, Fernando de Portugal, y nuestro príncipe ALFONSO, hijo de la reina ISABEL II, vuelve la mirada a la candidatura de AMADEO de la Casa de Saboya, duque de Aosta. AMADEO acepta la propuesta el 2 de noviembre. Las Cortes celebradas, en la fecha, respaldan mayoritariamente la candidatura de AMADEO de Saboya por 191 votos contra 121 a favor de otras propuestas.

Juan PRIM, al volver a su casa en la tarde del 27 de diciembre de 1870, al abandonar el Congreso de los Diputados, seis encapuchados abren fuego contra su carroza en la madrileña calle del Turco, (actualmente “Marqués de Cubas”). PRIM sobrevivirá… por tres días, e incluso entra a su casa caminando. Fallecerá el 30 de diciembre.

De hecho, dos o tres años después de la Gloriosa, el clima en España ya es favorable a los Borbones. La burguesía periférica, especialmente la vasca y la catalana, confía en una política económica más moderna y liberal, aunque proteccionista en la industria textil. Se pide también un mayor control del movimiento? obrero. La España rural y la burocracia urbana reclaman estabilidad y el orden público asegurado. Los católicos están divididos. Los partidarios de un catolicismo tradicional apoyan al pretendiente carlista, pero otros muchos, inspirados por el propio papa Pío IX, desean el advenimiento de un monarca católico que devuelva a la Iglesia muchos de los bienes desamortizados y que apoye nuevamente la enseñanza religiosa, sin excesos de ningún tipo, sin arbitrariedades y sobre todo sin el peligroso rechazo a la modernidad que recomiendan los carlistas.

CÁNOVAS, para convertirse en la cabeza de un movímiento a favor del Borbón (Alfonso), necesita la autorización de la antigua reina, Isabel II (su madre). Ésta, influida por su nuevo amante Carlos Marfori, no simpatiza con el malagueño ni quiere darle estos poderes. Se los concede al final, pero a regañadientes y no sin evitar que se produzcan entre ellos abundantes discusiones y desplantes CÁNOVAS amenaza con abandonar la causa borbónica si Isabel no cesa en sus intrigas. Esta cede finalmente. Las circunstancias permiten que el político malagueño consiga formar en España una sólida opinión pública muy favorable a don ALFONSO.

Primer gobierno de la monarquía democrática bajo la presidencia del general SERRANO, integrado por los principales representantes de los partidos en que debe apoyarse la nueva monarquía: progresistas, unionistas y demócratas. La armonía entre estas fuerzas durará poco y la rivalidad de SAGASTA y Ruiz ZORRILLA, en las filas del progresismo, debilitará gravemente los soportes del régimen amadeísta. Si a ello añadimos que entre los demócratas monárquicos también se abrirá paso el espíritu de clan en torno a Cristino MARTOS o Nicolás Mª. Rivero y los unionistas no ofrecerán tampoco ninguna garantía de unidad, la situación se presentará, lógicamente, muy complicada.

La mayoría parlamentaria en España no es ni mucho menos homogénea, por lo tanto, el gobierno SERRANO es pronto sustituido por otro que dirigirá Manuel Ruiz ZORRILLA (24/07/1871-05/10/1871.

El Gobierno provisional del general SERRANO ordena la disolución de la Internacional Obrera y su prensa.