La primera libre elección tuvo lugar en la primavera del año 1573. Como candidatos al trono polaco se presentaron: el duque de Moscovia, Juan IV el Terrible, el príncipe Ernesto de Habsburgo y el hermano del rey de Francia, Enrique de Valois. Resultó elegido este último, pero no fue una buena elección. El monarca, que no entendía al país al que le tocaba gobernar, aprovechó la muerte de su hermano Carlos IX y, después de sólo cuatro meses de reinado, se fugó de Cracovia a Francia para convertirse allí en el rey Enrique III.

En 1574, después de más de un año de interregno, ENRIQUE de Anjou, el hermano más joven de Carlos IX de Francia, consigue el trono de Polonia siendo coronado rey y después de haber sobornado a los electores. La razón que le ha impulsado a actuar así, aparte el placer de ser rey, es el deseo de ENRIQUE de llevar a Polonia a la alianza con Francia.

Cuando en junio de 1574 le lleguen noticias a ENRIQUE, rey de Polonia de que su hermano ha muerto y que él se convierte en Enrique III de Francia, se apropiará de las joyas de la corona que pueda llevarse y huirá de Polonia para regresar a Francia. (Los polacos saldrán ganando con su partida, aun llevándose las joyas.)

Fallecido Carlos IX, rey de Francia, sube al trono su hermano ENRIQUE III católico como su antecesor. La influencia de CATALINA de Médicis decae definitivamente.

El último hermano y heredero de Enrique III de Francia, FRANCISCO de Alençon, muere en 1584 por lo que el protestante ENRIQUE de Navarra, descendiente de Luis IX y dirigente de los hugonotes, pasa a ser el heredero del trono, toda vez que la ley sálica imperante en Francia le coloca como primero en la línea de sucesión. Rechazado por la perspectiva de ser un rey herético, algunos de los miembros del partido católico conspiran para impedir esta sucesión mediante la sustitución del rey ENRIQUE III por ENRIQUE I de Guisa, católico dirigente de la Liga Santa.

La Liga, apoyada por España y el Papa, obliga a ENRIQUE III a retirar a los hugonotes todas las libertades concedidas.

El rey ENRIQUE III, temeroso del poder que ha adquirido ENRIQUE I de Guisa, le prohibe entrar en París, obligándole a permanecer en Champagne, pero ENRIQUE llega a la capital, donde es recibido triunfalmente por los parisinos. Tras el “Día de las barricadas” -12/5/1588-, el rey tiene que huir de París y nombra a ENRIQUE I de Guisa Lugarteniente del Reino convocándole a una reunión de los Estados Generales en Blois en 1588. El “Día de las barricadas” quedará como un episodio durante la guerra de borgoñones contra armañacs, prefigurando a dos siglos vista la Revolución francesa.

En Francia, el dirigente del partido católico no es el rey, sino ENRIQUE I duque de Guisa, hijo del conquistador de Calais. Por un momento, aventaja con mucho en poder y popularidad al débil monarca ENRIQUE III. Por ello, el rey ENRIQUE III que lo ha llamado para que asista a los Estados generales, en la fecha, aprovecha la ocasión para ordenar su muerte y apresar a muchos otros importantes nobles contrarios a la política de su gobier. El hermano de ENRIQUE de Guisa, Luis II de Lorena, también llamado cardenal de Guisa, es asesinado al día siguiente. Este hecho es considerado un auténtico ultraje entre los parientes de Guisa, y sus aliados obligarán al rey a refugiarse al lado de ENRIQUE de Navarra. ENRIQUE III es excomulgado por el Papa SIXTO V. Esto convierte a ENRIQUE III en el blanco de los extremistas católicos.

Asesinato del rey ENRIQUE III (Rey de Francia) por el fanático dominico Jacques Clément, quien en el cerco de París que se ha sublevado contra el monarca, le apuñala, por estimar que ha eliminado al duque de Guisa y favorecido la causa protestante. Con este regicidio se extingue la dinastía de Valois. Jacques Clément es excomulgado por este hecho.