Con la llegada al trono de JACOBO I de Inglaterra, éste se convierte en un sólido aliado para España. En Agosto de 1604 se firma la Paz de Londres que termina con diecisiete años de hostilidades entre las dos naciones. Mediante este Tratado las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambos países mejora, facilitada por la muerte de la reina Isabel (1603). La pacificación del siempre tan conflictivo frente norte permitirá atender los problemas mediterráneos, lográndose contener con éxito la amenaza turca y obteniendo la armada española importantes triunfos contra los berberiscos.
