España y Francia, en virtud del Convenio de Aranjuez, suscriben un tratado de invasión de Portugal.


Debido al incumplimiento portugués del bloqueo continental decretado por Francia contra Gran Bretaña, España y Francia, en virtud del Convenio de Aranjuez, suscriben un tratado de invasión de Portugal, para obligar a este país a romper la Alianza Luso-Británica y a cerrar sus puertos a la navegación Británica. Así, pues los antecedentes de este enfrentamiento hay que buscarlos en la política exterior francesa, enfrentada a Inglaterra. Ésta, además de una gran flota, disfruta de una posición envidiable en la península ibérica, al dominar Gibraltar y tener como aliada a Portugal, que le cede el uso de sus puertos, circunstancia a la que desea poner fin NAPOLEÓN. Para ello, apela el emperador francés al Tratado de San Ildefonso (1800), que establece el compromiso de ayuda mutua entre Francia y España, esgrimiendo el peligro que para Francia, aliada de España, supone la influencia y presencia británicas en Portugal. CARLOS IV de España trata de solucionar pacíficamente el problema, enviando cartas a su hija Carlota Joaquina y a su yerno Juan, regente de Portugal. Pero ante su escaso éxito y bajo las presiones francesas declara la guerra a Portugal el 27/2/1801.