Setenta mil almorávides, al mando de Yusuf Ben Tasfin, acuden a la demanda de ayuda de Sevilla.


Setenta mil almorávides, al mando de YUSUF Ibn Tashufin, el propio creador del imperio almorávide, acuden a la demanda de ayuda hecha por AL-MUTÁMID de Sevilla, desembarcando, en la fecha, en Algeciras. Los colegas Ándalusíes de AL-MUTÁMID le advierten que el remedio podrá ser peor que la enfermedad: «Si llamas a esos fanáticos del otro lado del Estrecho labrarás tu ruina y la de todos nosotros, se nos quedarán con todo». Pero AL-MUTÁMID que era de los que no dudan en perder los dos ojos con tal de dejar tuerto al enemigo, se mantiene en sus trece. «Prefiero -replica- ser camellero en África a verme de porquero en Castilla.» Impondrán un fanático monoteísmo, expulsarán a todos los mozárabes, dando fin a la tolerancia musulmana y a la presencia de cristianos católicos bajo el régimen del Islam. A los almorávides se unen de inmediato las tropas de Granada, Málaga y Badajoz y, rápidamente aquel poderoso ejército se lanzará contra ALFONSO VI. Al-Ándalus se constituirá en una provincia periférica de este imperio magrebí.