En el primer Concilio lateranense será ratificado el Concordato de Worms de 1122 que pone fin a la lucha de las investiduras y condena la simonía, el concubinato clerical y el matrimonio de los clérigos (nicolaismo). Serán famosos los veintidós cánones disciplinares del Concilio. Asisten unos trescientos obispos, según el cómputo del abad Sugerio, y en total, según Pandulfo, novecientos noventa y siete entre obispos y abades.
