MAURA elabora un proyecto de autonomía para la isla de Cuba, en el que se establece una nueva visión territorial, la celebración de elecciones y la creación de un consejo para las competencias de carácter interno que está presidido por un gobernador general, enviado de la metrópolis. El proyecto de autonomía de Cuba presentado por Antonio MAURA es rechazado por la mayoría del Congreso. El creciente malestar que reina en la isla, hacía aconsejable la adopción de una serie de medidas que callaran a la potente burguesía industrial azucarera y que, al tiempo, debilitara a los independentistas; así lo entendió MAURA pero no se puso en práctica.
