Primer concilio de Arlés que rechaza las acusaciones de «traditores» contra FÉLIX y CECILIANO.


Primer concilio de Arlés (La Galia) -promovido por CONSTANTINO. Este concilio -además de autorizar por primera vez la participación de los cristianos en la guerra- proclama nuevamente la tradicional tesis de la iglesia romana: «También los sacramentos conferidos por un ‘traditor’ deben considerarse válidos si se cumplen los requisitos exigidos». También se trata sobre el donatismo. Posteriormente, el concilio de Nicea (325) también se ocupará de la problemática de los lapsos. El nuevo Papa, SILVESTRE no acude a Arlés, pero se le comunica sus decisiones, lo que supone un reconocimiento de su especial status.