En la fecha, se exige a todos los ciudadanos que prueben que han ofrecido sacrificio a DECIO, emperador de Roma. Se producen entre los cristianos muchas defecciones siendo considerados posteriormente apóstatas y llamados despectivamente «lapsos» («lapsi» = caídos). En un sentido amplio, se llaman «lapsos» los que apostatan del cristianismo durante la persecución. En un sentido más estricto, el término se utiliza en referencia a los apóstatas de la persecución de DECIO de 250-251. Con anterioridad, los lapsos no eran readmitidos a la comunión de la Iglesia pero en esa ocasión, dado el número elevadísimo de los mismos, la sensibilidad eclesial se muestra muy distinta a prácticas anteriores. Así, un amplio sector de la misma, dirigido por CIPRIANO opta por admitir en la comunión a los lapsos después de la realización de una penitencia. Semejante decisión contribuye a la reacción rigorista de los novacianos.
TRADITORES Y LAPSOS
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Punto de fricción entre el papa CORNELIO y NOVACIANO es el trato que debe darse a los «lapsos».
El principal punto de fricción entre el papa CORNELIO y el clérigo romano NOVACIANO es el trato que debe darse a los cristianos llamados «lapsos» por haberse doblegado ante sus torturadores. NOVACIANO pretende que sean excluidos para siempre de la comunidad cristiana. La rebelión se extiende por toda la cristiandad, alcanzando gran virulencia en Cartago, donde el clérigo NOVATO se pone al frente de los cismáticos, pasando éstos a cuestionar las formas penitenciales de la Iglesia. El papa CORNELIO, con el apoyo de los obispos CIPRIANO de Cartago y DIONISIO de Alejandría, se esfuerza por contener el cisma. CIPRIANO escribe desde África que existe apostasía masiva, encabezada por los obispos; las multitudes afluyen a los magistrados para retractarse «y se someten espontáneamente a las comisiones que están a cargo de ese horrible hecho».
Diversos concilios celebrados en Cartago para tratar principalmente del tema de los lapsos.
Dentro del siglo III, en 252,254,255 y 256 se celebran en Cartago diversos concilios bajo CIPRIANO -obispo de Cartago-, que tienen como finalidad ocuparse del problema de los lapsos ocasionado por la persecución de DECIO y el del rebautismo de los herejes. CIPRIANO es contrario a la inmediata reconciliación de los lapsos, y su actitud provoca la oposición de un sector eclesial en el que destaca NOVATO quien marchará a Roma a apoyar a NOVACIANO contra el nuevo papa CORNELIO. CIPRIANO procede excomulgando a sus opositores y redactando dos cartas pastorales «Acerca de los lapsos» y «Acerca de la unidad de la Iglesia».
DIOCLECIANO da orden de destruir las iglesias y quemar los libros sagrados o bien entregarlos.
En los tres primeros edictos, publicados a partir de esta fecha, por DIOCLECIANO, se da orden de destruir las iglesias y quemar los libros sagrados o bien entregarlos (Quienes los entreguen serán llamados «traditores» -de donde proviene la palabra «traidor»- según el sentido latino de «tradere», entregar). Sólo en la jurisdicción de CONSTANCIO Cloro -Galia y Bretaña- hay cierta tolerancia. Lo que se pretende por todos los medios, en un primer momento, es hacer apóstatas. Posteriormente, dentro de este siglo IV, los concilios de Elvira (306), Arlés (314), Ancira (314) y Nicea (325) se ocuparán de esta problemática.
MARCELO I -papa-. Romano de origen, sucede a MARCELINO tras un paréntesis de cuatro años.
MARCELO I -papa- (27.5.308-16.1.309) es romano de origen. A causa de las persecuciones, la Santa Sede ha estado vacante desde el 304 en que falleció Marcelino hasta el 308 en que es nombrado MARCELO I. Así, pues, con el inicialmente tolerante gobierno romano de MAJENCIO (306-312), los cristianos pueden elegir un nuevo papa. MARCELO es elegido papa probablemente porque ha mantenido unida a la Iglesia durante las dificultades de los años precedentes. MARCELO I reorganiza los diezmados cuadros eclesiásticos.
El papa MARCELO I es desterrado y muere en esta situación. Se entierra en el cementerio de Sta.Priscila.
Los «lapsos» (caídos) -cristianos que han flaqueado durante las últimas persecuciones- serán constante motivo de preocupación durante el breve pontificado de MARCELO I, ya que pretenderán ser admitidos nuevamente en la Iglesia sin haber cumplido la penitencia que se les ha prescrito. MARCELO, que como el papa anterior es acusado de haber entregado también a los paganos copias de las Escrituras, adopta una línea extremadamente rigorista hacia los apóstatas. Los tumultos públicos promovidos por los «lapsos» -lo que indica que eran muchos- dan excusa a la autoridad civil para prender y desterrar al papa MARCELO I que muere en la fecha. Su cuerpo es llevado a la ciudad para ser enterrado en le cementerio de santa Priscila, propiedad privada no confiscada durante la persecución de Diocleciano.
El papa EUSEBIO es desterrado a Sicilia donde fallece.
El pontificado de EUSEBIO sólo dura tres meses, al cabo de los cuales es desterrado a Sicilia donde fallece en la feha. Durante los meses que ha gobernado la Iglesia, han arreciado los disturbios promovidos por los «lapsos» y sus discusiones con Heraclio.
Es declarado nulo el ordenamiento de Cecilio, obispo de Cartago.
En el año 311, unos ochenta obispos de Numidia -(Concilio de Cartago)- declaran nulo el ordenamiento de CECILIO, obispo de Cartago, con el argumento de que la ceremonia ha sido presidida por un obispo «traditor», que había entregado libros sagrados para que fuesen quemados por los perseguidores oficiales. Eligen a otro obispo -MAYORINO- influenciados por los sobornos de Lucila, una acaudalada matrona enemistada con CECILIANO.- en el lugar de CECILIO. Pero, como señalará el propio CECILIO, muchos de los ochenta obispos a su vez habían sido «traditores». Por ello se niega a renunciar.
Primer concilio de Arlés que rechaza las acusaciones de «traditores» contra FÉLIX y CECILIANO.
Primer concilio de Arlés (La Galia) -promovido por CONSTANTINO. Este concilio -además de autorizar por primera vez la participación de los cristianos en la guerra- proclama nuevamente la tradicional tesis de la iglesia romana: «También los sacramentos conferidos por un ‘traditor’ deben considerarse válidos si se cumplen los requisitos exigidos». También se trata sobre el donatismo. Posteriormente, el concilio de Nicea (325) también se ocupará de la problemática de los lapsos. El nuevo Papa, SILVESTRE no acude a Arlés, pero se le comunica sus decisiones, lo que supone un reconocimiento de su especial status.