El Concilio de Nicea, condena definitivamente a ARRIO y proclama la perfecta igualdad entre el Padre y el Hijo. Así, los obispos añaden al hablar del Hijo de Dios el adjetivo «homo-ousios», es decir, que el Hijo es de la misma «ousía», de la misma sustancia, que el Padre o consustancial al Padre. Se adopta, pues, en la fecha, un Símbolo (Niceno) sugerido por ATANASIO -por entonces simple diácono, pero ferviente defensor de la ortodoxia- en el que se afirma la consubstancialidad del Padre e Hijo. En este Concilio, brilla especialmente la participación del español OSSIO, obispo de Córdoba y delegado personal del emperador que preside el Concilio. OSSIO es el encargado de redactar el Símbolo de la fe o Credo que hoy siguen rezando los católicos del mundo entero y que contiene todas las verdades de la fe católica. Todos los obispos lo ratifican, a excepción de dos de ellos. ARRIO y los dos obispos, al rehusar la firma del Símbolo de Nicea, son exiliados, refugiándose en Constantinopla en donde se les recibe triunfalmente y donde continuarán predicando su doctrina aun con más fuerza. Era una necesidad para el emperador contar con una sola religión lo mas fuerte y unificada posible, y para ello apoya la condena a la herejía de ARRIO.
El Concilio de Nicea adopta un Símbolo (Niceno) sugerido por S. ATANASIO.
Esta pieza también aparece en ... ARRIO / ARRIANISMO • ATANASIO (Obispo de Alejandría) • CONCILIO ECUMÉNICO 01 (I de Nicea) (325) • CONSTANTINO I el Grande (César de Occidente 306-307) (Augusto de Occidente 307-337) • HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)

