ARRIO / ARRIANISMO

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Nace, probablemente en Libia, ARRIO, presbítero de Alejandría, discípulo de LUCIANO DE ANTIOQUIA


Nace, probablemente en Libia, ARRIO (280-336), presbítero de Alejandría, discípulo de LUCIANO de Antioquía y hábil polemista, sostendrá -partiendo del principio básico de la unidad absoluta de Dios, eterno e increado- que si el Hijo ha sido engendrado por el Padre, es evidente que ha habido un tiempo en el que el Hijo aún no existía, lo que le llevará a la conclusión que no es eterno y, por lo tanto, tampoco es Dios, sino un Dios segundo que ocupa una plaza intermedia entre el Dios más trascendente y la creación. Arrio colocará la generación del hijo al comienzo del tiempo. A esta herejía se unirán clérigos egipcios y personalidades de la importancia del obispo EUSEBIO de Nicomedia (distinto del historiador). El arrianismo es un subordinacionismo, heredado de la teología de Pablo de Samosata que ha sido condenado en 268. Por otra parte, LUCIANO de Antioquía será acusado después de su muerte, de ser el padre del arrianismo.

Las enseñanzas de ARRIO, comienzan a agitar la Iglesia de Oriente.


Los primeros cristianos no proponen de entrada una filosofía o una teología. Dan testimonio de Jesús que les habla del Dios único de la Escritura como Padre suyo, afirmando su fe por medio de fórmulas de la Escritura, por ejemplo, las del bautismo, las de la eucaristía. Pero los cristianos también deben hacerse entender por el mundo que les rodea. Tienen que explicar lo que a primera vista parece incompatible. ¿Cómo puede Dios ser único y al mismo tiempo Padre e Hijo? ¿Cómo un hombre que nació, vivió y murió puede ser Dios, cuando Dios, por definición, está libre de todo cambio?. La teología cristiana nace como respuesta a estas preguntas. Ya desde el siglo II, las reflexiones, aunque locales, parten en direcciones divergentes, pero ahora, después de la paz de la Iglesia (313), los conflictos se extienden rápidamente por todo el Imperio. Así, las enseñanzas de ARRIO, comienzan a agitar la Iglesia de Oriente. Algún día será preciso zanjar entre posturas incompatibles.

Enfrentamiento entre Alejandro y Arrio. CONSTANTINO interviene trata de conciliar ambas posiciones.


ALEJANDRO, Obispo de Alejandría, condena el arrianismo en su «Epístola Encíclica». ARRIO le contesta en términos similares. CONSTANTINO trata de conciliar ambas posiciones mediante cartas enviadas a los dos religiosos, y la mediación de Ossio de Córdoba. No en balde dice: «Considero la interna división de la Iglesia como más peligrosa que las guerras y las batallas». Al fin, ALEJANDRO, convoca, en la fecha, un Concilio en Alejandría, con la asistencia de más de cien Obispos de Egipto. Este Concilio anatematiza a ARRIO junto con sus discípulos. La comunicación de esta sentencia, a la que acompaña una violenta censura de EUSEBIO de Nicomedia, personalidad muy querida y respetada, provoca una conmoción en la Iglesia de Asia menor y de ÁFRICA, que amenaza con extenderse a Europa. ARRIO, viéndose expulsado de Egipto, se traslada a Palestina y finalmente a Nicomedia, reclutando seguidores.

EUSEBIO de Cesaraea es favorable a un entendimiento en el conflicto del arrianismo.


EUSEBIO de Cesarea, favorable a un entendimiento en el conflicto provocado por la herejía de ARRIO, escribe varias cartas a favor de la ortodoxia de éste, e influye en el sínodo de Cesarea, que declara conforme a la fe la confesión de ARRIO. Al rechazar una fórmula dirigida contra el arrianismo, se ve excomulgado -en la fecha- por un sínodo de ANTIOQUÍA. Aunque unos meses después, en Nicea, será rehabilitado, EUSEBIO mantendrá una actitud dudosa con el arrianismo. Poco después, en este tema, hará frente común con Eusebio de Nicomedia.

CONSTANTINO I el Grande convoca el I Concilio Ecuménico de Nicea.


CONSTANTINO, único señor del Imperio desde su victoria sobre Licinio, quiere llevar la calma a Oriente. Ante la herejía arriana, CONSTANTINO decide reunir a los obispos en un gran concilio. De hecho, el poder del Estado respalda, solamente, la postura que se considere ortodoxa. CONSTANTINO I el Grande convoca el I Concilio Ecuménico de Nicea, Bitinia (actual Iznik, Turquia), aunque con el consentimiento del papa SILVESTRE que no asiste personalmente, pero sí sus dos legados Vito y Vicente que serán los primeros en firmar las actas oficiales justamente después de Osio, el presidente. 318 obispos (de los que se han conservado 220 nombres) de todas las provincias romanas se reúnen durante varios días. En este Concilio -que inicia en la fecha y terminará el 25 de agosto- principalmente se combate la herejía propagada por el obispo ARRIO que se difunde entre los visigodos. Esta herejía, postula la naturaleza humana de Cristo y divide a la cristiandad. CONSTANTINO se limita a insistir en la necesidad de llegar a una unidad doctrinal que él apoyará. A lo largo de los siglos precedentes se han celebrado varios concilios locales. Al convocar a todos los obispos en Nicea, CONSTANTINO da nacimiento a una nueva institución en la Iglesia, el concilio ecuménico (universal).

El Concilio de Nicea adopta un Símbolo (Niceno) sugerido por S. ATANASIO.


El Concilio de Nicea, condena definitivamente a ARRIO y proclama la perfecta igualdad entre el Padre y el Hijo. Así, los obispos añaden al hablar del Hijo de Dios el adjetivo «homo-ousios», es decir, que el Hijo es de la misma «ousía», de la misma sustancia, que el Padre o consustancial al Padre. Se adopta, pues, en la fecha, un Símbolo (Niceno) sugerido por ATANASIO -por entonces simple diácono, pero ferviente defensor de la ortodoxia- en el que se afirma la consubstancialidad del Padre e Hijo. En este Concilio, brilla especialmente la participación del español OSSIO, obispo de Córdoba y delegado personal del emperador que preside el Concilio. OSSIO es el encargado de redactar el Símbolo de la fe o Credo que hoy siguen rezando los católicos del mundo entero y que contiene todas las verdades de la fe católica. Todos los obispos lo ratifican, a excepción de dos de ellos. ARRIO y los dos obispos, al rehusar la firma del Símbolo de Nicea, son exiliados, refugiándose en Constantinopla en donde se les recibe triunfalmente y donde continuarán predicando su doctrina aun con más fuerza. Era una necesidad para el emperador contar con una sola religión lo mas fuerte y unificada posible, y para ello apoya la condena a la herejía de ARRIO.

Fallece ALEJANDRO, obispo de Alejandría (313 – 326).


Fallece ALEJANDRO, obispo-patriarca de Alejandría (313 – 326). ALEJANDRO, tiene una especial significación en la historia de la Iglesia a principios del siglo IV, por haber sido el primero en descubrir y condenar la herejía de ARRIO y haber iniciado la campaña contra esta herejía, que tanto preocupará a la Iglesia durante este siglo. A él cabe también la gloria de haber formado y asociado en el gobierno de la Iglesia alejandrina a ATANASIO, preparándose de este modo un digno sucesor, que debía ser el portavoz de la ortodoxia católica en las luchas contra el arrianismo. En Oriente su nombre será pronto incluido en el martirologio. En el Occidente no lo será hasta el siglo IX. De las setenta cartas de ALEJANDRO de las que nos informa Epifanio sólo nos han llegado dos encíclicas relativas al problema arriano. Asimismo se ha conservado sólo uno de sus sermones, La descripción del origen del arrianismo -desde Pablo de Samosata y Luciano de Antioquía- que nos deja ALEJANDRO parece corresponderse con la realidad histórica.

Se levanta el castigo al hereje ARRIO, gracias, en gran parte, a la influencia de EUSEBIO de Cesárea.


El emperador CONSTANTINO, habiendo apoyado completamente el credo niceno, cambia de actitud preocupado por apaciguar a los orientales. Se desencadenan actos de violencia y arreglos de cuentas. CONSTANTINO levanta el castigo al hereje ARRIO, gracias, en gran parte, a la influencia de EUSEBIO de Cesárea. ARRIO es readmitido en su rango clerical. ATANASIO, obispo de Alejandría, que no quiere reintegrar a ARRIO, es depuesto por el Concilio de Tiro en el 335 y exiliado a Tréveris por el emperador, en la frontera con Germania. ATANASIO tendrá que permanecer escondido -a veces en el fondo de una cisterna seca- sin dejar por eso de gobernar a su rebaño.

En Constantinopla en el curso de una marcha, fallece ARRIO, posiblemente envenenado.


ARRIO está a punto de ser reconciliado solemnemente por el obispo de Constantinopla -que ha sido presionado a este fin por CONSTANTINO-, cuando en el curso de una marcha triunfal, justo el día anterior a la ceremonia, ARRIO se siente preso de unos retortijones intestinales, por ello se aparta de la comitiva para hacer sus necesidades naturales y allí le encuentran muerto sus seguidores. ARRIO posiblemente ha sido envenenado. Unos doscientos cincuenta años después, su doctrina habrá prácticamente desaparecido.

Los arrianos celebran un Concilio en Antioquia (Turquia) que depone a ATANASIO.


Los arrianos a pesar de Nicea, son más fuertes que nunca. En la fecha, celebran un Concilio en Antioquia (Turquia). Este Concilio, depone de nuevo a ATANASIO y elige como obispo a Pisto, un sacerdote excomulgado. Ante la incapacidad de éste, se obliga a Gregorio de Capadocia a hacerse cargo del gobierno episcopal. ATANASIO ha de refugiarse en Tréveris (339-345).