ENCÍCLICAS, CARTAS, DECRETOS, BULAS, etc. DE LA IGLESIA CATÓLICA

Total de piezas: 81

Condenación de PABLO de Samosata sustentador de la tesis de que Cristo es sólo un hombre ordinario.


Los obispos, reunidos en un segundo sínodo, en 268, invitan a PABLO de Samosata a una exposición completa de su pensamiento. Así se origina una discusión entre PABLO y el presbítero MALQUIÓN, doctísimo defensor de la ortodoxia. MALQUIÓN? logra confutar las teorías de PABLO y le obliga a admitir su error. El tercero de estos sínodos -también en 268- excomulga a PABLO, lo declara depuesto de su cargo y hace conocer a toda la Iglesia cuanto ha sucedido por medio de una carta encíclica. PABLO no reconoce el decreto del concilio ni el nombramiento de Domno para ocupar su sillón. Curiosamente, sin embargo, el concilio condena la palabra Homoousios (consustancial) por el hecho de que la emplea PABLO, término que, posteriormente, será esencial en la lucha contra el arrianismo.

Enfrentamiento entre Alejandro y Arrio. CONSTANTINO interviene trata de conciliar ambas posiciones.


ALEJANDRO, Obispo de Alejandría, condena el arrianismo en su «Epístola Encíclica». ARRIO le contesta en términos similares. CONSTANTINO trata de conciliar ambas posiciones mediante cartas enviadas a los dos religiosos, y la mediación de Ossio de Córdoba. No en balde dice: «Considero la interna división de la Iglesia como más peligrosa que las guerras y las batallas». Al fin, ALEJANDRO, convoca, en la fecha, un Concilio en Alejandría, con la asistencia de más de cien Obispos de Egipto. Este Concilio anatematiza a ARRIO junto con sus discípulos. La comunicación de esta sentencia, a la que acompaña una violenta censura de EUSEBIO de Nicomedia, personalidad muy querida y respetada, provoca una conmoción en la Iglesia de Asia menor y de ÁFRICA, que amenaza con extenderse a Europa. ARRIO, viéndose expulsado de Egipto, se traslada a Palestina y finalmente a Nicomedia, reclutando seguidores.

El pontificado de NICOLÁS II fue fecundo, en especial por el sínodo que reunió en Letrán (1059).


NICOLÁS II reúne en Letrán en la Semana Santa de 1059, un sínodo que decidirá definitivamente la forma de elección papal. La consiguiente encíclica «Vigilantiae Universali» establece que ningún clérigo debe aceptar la investidura de manos de un seglar; dictamina la excomunión de los sacerdotes casados que no repudien a sus esposas y prohibe a los laicos participar en misas celebradas por ellos. De su encarnizada lucha contra el matrimonio de los clérigos, deriva el término nicolaísmo. En este mismo concilio se prohibe a los sacerdotes obtener cargos eclesiásticos a cambio de dinero (simonía). En cuanto a la elección papal, queda definitivamente anulado el principio de la «communio», según el cual todos los miembros de la Iglesia tienen derecho a participar en la elección del pontífice, lo que ha permitido los excesos de la nobleza romana. Se establece que en el futuro sólo los cardenales tendrán derecho al voto. Esto deja al margen al emperador a quien sólo se reserva el derecho de ser informado de la elección después de haberse efectuado ésta. Salvo circunstancias excepcionales, la elección debe realizarse en Roma.

Ad abolendam se convierte en el embrión del futuro Tribunal de la Santa Inquisición y del Santo Oficio.


El Concilio de Verona al que asiste el emperador FEDERICO I Barbarroja- y en el edicto Ad abolendam expedido por el papa LUCIO III (1181-1185) contra los cátaros y lo valdenses, se fija las primeras disposiciones del recientemente creado tribunal permanente contra los herejes: tribunal episcopal. Así, se decreta: que los condes, barones y otros señores juren ayudar a la Iglesia a descubrir y castigar a los heresiarcas (autores de las herejías), so pena de ser excomulgados y perder sus bienes y derechos; que los demás prometan también bajo juramento denunciar al obispo o delegados, a todas las personas que se sospeche vivan en la herejía o formen parte de sociedades secretas; que los obispos visiten dos veces al año todas las ciudades y aldeas de su diócesis para descubrir a los sacrílegos; que se entreguen al brazo secular a todos los que sean declarados herejes por los obispos y que no confiesen su crimen; y también, que sean declarados infames para siempre y despojados de sus empleos.

GREGORIO VIII -papa-. Predica una nueva cruzada para luchar contra Saladino.


GREGORIO VIII -papa- (25.10.1187 – 17.12.1187) Teniendo por meta la reconquista de Jerusalén, logra la paz entre ciudades enfrentadas del norte de Italia,mediante la publicación de la bula Audita tremendi convence a todos para que unan sus esfuerzos en la tarea de armar una flota para luchar contra SALADINO.

HONORIO III en una encíclica dice que tras el Concilio de Letrán (1215) los males de la Iglesia, en vez de disminuir, han aumentado.


HONORIO III en una encíclica dirigida a todos los prelados del mundo cristiano, dice haber esperado hasta entonces, para palpar por sí mismo los efectos del Concilio de Letrán (1215), pero siente tener que confesar que los males de la Iglesia, en vez de disminuir, han aumentado. \»Los ministros del altar -dice- peores que las bestias que se revuelven en el fango, se vanaglorian de su misma ignominia como se vanagloriaban de ello los habitantes de Sodoma: son piedra de escándalo y azote para los fieles\». Es, pues, inevitable que una tal religión engendre la herejía, que un clero, secular y regular, como aquél provoque una reacción. Lo que es de maravillar es que esta reacción tarde tanto en tomar cuerpo y que no sea más general de lo que es.

Esta pieza también aparece en ... HONORIO III (Papa)(1216-1227)

INOCENCIO IV excomulga a FEDERICO II y lo depone prohibiendo que sea reconocido como emperador.


El tema principal del Concilio Ecuménico de Lyón (13º Concilio Ecuménico) son los delitos de FEDERICO II que está defendido en esta ocasión por su canciller Tadeo de Suessa. Se le acusa de herejía, sacrilegio, alianza con el sultán, lujuria y perjurio. FEDERICO II es declarado usurpador de bienes y opresor de la Iglesia. En la fecha, es excomulgado y depuesto prohibiendo que ningún rey lo reconozca como emperador. Tadeo de Suessa apela a una papa futuro y a un Concilio «verdaderamente ecuménico». INOCENCIO IV, dicta la bula Agni sponsa nobilis para declarar el poder supremo de la Iglesia frente a los gobernantes. FEDERICO organiza tropas para enfretarse al papado. INOCENCIO, por su parte, pretende organizar una cruzada contra el propio emperador movilizando a los príncipes alemanes.

Para sostener la guerra entre Francia e Inglaterra, ambos países gravan al clero con brutales impuestos.


Para sostener la guerra que enfrenta Francia e Inglaterra, necesitan urgentemente ambos países llenar las arcas del Tesoro, y no se les ocurre nada mejor que gravar al clero con brutales impuestos. El clero, naturalmente, apela al Papa, que es BONIFACIO VIII. Ante sus quejas y lamentaciones, BONIFACIO VIII promulga, en la fecha, la bula “Clericis laicos” por la que se prohibe, con excomunión, pagar los diezmos al rey sin permiso del Papa. Inglaterra y Alemania la acepta. Francia no. El papa amenaza al rey FELIPE IV de Francia con la excomunión si no da marcha atrás. La respuesta del monarca es embargar todo el dinero y objetos preciosos que de Francia salen hacia la Santa Sede con lo cual el Papa no puede percibir las rentas de la Iglesia en Francia. La situación se calma con las explicaciones que el Papa da a su bula. Como símbolo de la paz, es canonizado San Luis de Francia a petición de FELIPE IV.

En la fecha BONIFACIO VIII proclama un «Gran Jubileo», el primer Jubileo cristiano.


BONIFACIO VIII proclama un «Gran Jubileo», el primer Jubileo cristiano. Esta decisión da nueva dimensión y significado a las peregrinaciones a Roma, hacia las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo.

BONIFACIO VIII convoca a FELIPE IV de Francia y al espiscopado francés a un concilio a celebrar en Roma.


BONIFACIO VIII en desacuerdo con la actitud del rey FELIPE IV de Francia ante el nombramiento del nuevo obispo de Pamiers, emite entonces la bula Ausculta fili en la que convoca a FELIPE IV de Francia y al espiscopado francés a un concilio a celebrar en Roma, el 1 de noviembre de 1302, con el fin de definir de una manera definitiva la relación entre el poder temporal y la Iglesia. El rey FELIPE IV de Francia prohibe la asistencia al concilio convocado por BONIFACIO VIII, que no obstante se celebra sin la asistencia de los franceses