Aruj BARBARROJA se proclama rey (bey) o sultán de Argel.


Habiendo fallecido el rey de España, Fernando el Católico. Esta situación de crisis es aprovechada por el sultán de Argel, hasta entonces vasallo de España, para romper sus lazos con el Imperio español. El sultán llama a Aruj BARBARROJA y éste acude con un ejército a Argel para ayudar al sultán contra los españoles, sus grandes enemigos. Cuando Aruj toma la ciudad de Argel, todos los españoles que viven allí huyen y se refugian en un fuerte construido en una isla de la costa argelina, en el Peñón de Argel. Éstos piden ayuda a España y el nuevo regente hasta la llegada del rey CARLOS, el cardenal CISNEROS, envía al ejército con el fin de recuperar Argel. Sin embargo, la batalla es a favor de BARBARROJA y sus corsarios. Pero, deseoso de un reino, BARBARROJA acaba decapitando al sultán y se proclama rey (bey) o sultán de Argel. Aruj se llevó a su hermano Hayreddín, su mano derecha, a su nuevo reino. La leyenda cuenta que convirtió Argel en su reino personal, como si fuera un gobierno corsario, y que obligó a la viuda del sultán a casarse con él.