Algunos fieles cátaros que huyen de la Inquisición se refugian en algunas fortalezas del sur de Francia.


Desde la institución de la Inquisición medieval en Francia, algunos fieles cátaros que huyen de la misma se han refugiado en algunas fortalezas del sur de Francia. Entre ellas se hace especialmente famosa la de Montségur, en el departamento de Ariège un pequeño castillo construido sobre la escarpada montaña de Tabo, a 1272 m. de altura, en una posición aparentemente inexpugnable, rodeada de precipicios inaccesibles. Este castillo, reconstruido entre 1205 y 1211, se ha convertido en un centro espiritual cátaro del que parte el comando que asesina, en Aviñonet, en la fecha, a Guillem Arnau y otros inquisidores de Tolosa. A partir de la fecha, se avivan las ganas de destruir el último reducto importante del catarismo.