El núcleo originario del nuevo estilo (barroco) es Roma y desde la ciudad papal se difunde a toda Europa.


Se denomina Barroco al arte del siglo XVII. Se trata de un término peyorativo que el neoclasicismo del siglo XVIII atribuye a las obras del siglo precedente, a las que considera anticlásicas (desmesuradas, recargadas, confusas, faltas de equilibrio y orden). El núcleo originario del nuevo estilo (barroco) es Roma y desde la ciudad papal se difunde a toda Europa. En Roma se produce un arte exhuberante muy relacionado con la misión propagandística de la contrarreforma que el papado le atribuye. La corte española de los Austrias se hace eco de esta concepción y ciudades como Madrid, Valencia y Sevilla se hacen barrocas. Francia produce un arte grandioso pero más sobrio. Los países donde triunfa el protestantismo (gran parte de los territorios germánicos, Inglaterra, Holanda), producen un arte peculiar -destacan sobre todo en pintura- , fruto de sus tradiciones y también de la ruptura con el catolicismo.