Manifestación, liderada por el pope GAPON, en San Petersburgo para tratar de forzar una entrevista con el zar NICOLÁS II.


Hasta el momento, las rebeliones en Rusia las han protagonizado los campesinos y las demandas debidamente articuladas -asamblea representativa y concesión de libertades civiles- han sido obra de intelectuales y profesionales. Pero ahora, hacen su aparición los obreros fabriles. Las precarias condiciones de vida -hambre, paro, frío, desesperación- de la población en Rusia motivan que el domingo 22 de enero de 1905, se convoque una manifestación, liderada por el pope GAPON, en San Petersburgo para acudir ante el Palacio de Invierno y tratar de forzar una entrevista con el zar NICOLÁS II. La policía protege el palacio y ante aquella masa humana se asusta. El ejército abre fuego contra esta manifestación pacífica y desarmada («Domingo sangriento» o «Domingo rojo» -el segundo de la historia-), causando aproximadamente 150 muertos (aunque se habla de dos mil). La matanza desata la indignación popular; huelga e incidentes violentos se multiplican en todo el país. El coloso ruso está, en estos momentos zarandeado por el Japón, sobre todo porque el mando prefiere reservar las mejores tropas en la metrópoli para reprimir posibles disturbios. La «Revolución de 1905» está en marcha.