En China y en el siglo X aparece el dinero de papel. La gente que no quiere cargar con el peso de las monedas se las entrega a los mercaderes y éstos, a cambio, les dan recibos por ese dinero. Entonces todo el mundo empieza a intercambiar los recibos en lugar de convertirlos en dinero. El billete de banco nace en Europa asimismo en el siglo X.

En 1338 aparece en Barcelona la primera letra de cambio conocida en la Península Ibérica. Se trata de una letra girada por un mercader cambista de Mallorca, Guillem Montbrú a Loren Lucques, cambista de Barcelona. Las letras de cambio se convierten en un instrumento de mucha relevancia en el desarrollo económico del país. Parece que fue inventada por la Orden del Temple

El nombre de bolsa se empezó a usar en Brujas, ya que el comercio del dinero en esta ciudad se desarrollaba en la residencia de una familia, los Van de Bursen, en cuyo escudo figuraban tres bolsas. En 1487 se construyó el edificio de la Bolsa de Amberes, la primera con este nombre; en 1561, la de Amsterdam; en 1595, la Lyon y ya funcionaba el Royal Exchange de Londres. (La primera española fue la de Madrid, en 1831).

En 1609 se crea el Banco de Amsterdam; en 1656, el banquero sueco Palmstruch y en 1694, el Bank of England

A finales de la primera década del siglo XVII, la economía de Francia es floreciente y la autoridad real está de nuevo firmemente establecida. Sin embargo, el clero católico se opone a la tolerancia oficial hacia los hugonotes.

Sin embargo, hacia 1670 comenzó un lento y progresivo cambio de tendencia. El paulatino crecimiento del siglo XVIII fue más acusado en las zonas rurales que en las urbanas; de ahí el auge económico experimentado por las actividades agrarias, facilitado por la relativa abundancia de tierras y por el descenso de la tasa de la renta. Con un 64% de la población activa ocupada en labores agrícolas y ganaderas, la industria detentó un lugar secundario pero en modo alguno baladí. La Mesta, por su parte, alcanzó en este siglo su etapa más brillante, hasta el punto de sobrepasar los 5 millones de cabezas de ganado en 1780, buena parte de ellas procedente de las cabañas de León, Segovia, Soria y Ávila. También subió el precio de la lana.

Adam Smith publica su obra “Investigaciones sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones”, que es considerada, junto con las aportaciones de David Ricardo, la base teórica del capitalismo en sus comienzos. Todo ello da lugar al denomiminado Liberalismo económico.

En el Reino Unido, a finales del siglo XVIII, tienen lugar una serie de cambios económicos que se comunicarán posteriormente al continente europeo y a todo el mundo. Se trata de un proceso que recibe el calificativo de Revolución industrial: transformaciones agrícolas y mayor productividad del agro, aplicación de la máquina de vapor a la industria textil, riqueza de la explotación del carbón, capitales provenientes del comercio colonial, mejoras en las comunicaciones y los avances técnicos aplicados a la industria.

Existe un claro crecimiento interior y exterior del comercio español setecentista. A ello contribuye el alza demográfica, el aumento de la producción agraria, la bonanza internacional y las diversas medidas gubernamentales. No obstante, el crecimiento no deriva en cambios cualitativos esenciales. El consumo continuará siendo bajo, la demanda inelástica, el mercado interior poco articulado. La balanza comercial con América no tiene nunca un saldo positivo para España y tampoco parece que el auge del comercio permita un definitivo despegue de la industria nacional.

En 1834, se pone en marcha en Catalunya la primera fábrica con máquinas movidas a vapor.