En el 500 aC., el territorio actual de los Países Bajos y Bélgica está habitado por los celtas y estas regiones reciben la influencia del mundo mediterráneo y comercian con él.
BÉLGICA / FLAMENCOS Y VALONES
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Tribus germánicas desplazan a los celtas de la zona que hoy comprende Países Bajos y norte de Bélgica
En algún momento del siglo II aC. las tribus germánicas de la Edad de Hierro desplazan al celta como principal lengua de la zona que hoy comprende los Países Bajos y parte de Bélgica.
Los francos salios invaden Bélgica, el Rhin inferior y el territorio de los bátavos. Son federados.
Los francos salios invaden el territorio actual de Bélgica, el Rin inferior y el territorio de los bátavos. El emperador JULIANO reconoce su instalación entre el río Mosa y el Escalda y les otorga el estatuto de federados. Esta decisión refuerza la división entre la lengua germana en el norte del territorio y la latina en su zona meridional. Esta división se ve favorecida por la naturaleza pantanosa que prensenta el litoral norte de Bélgica y la despoblación causada por las guerras fronterizas en las que prácticamente ningun centro urbano romano ha florecido. Como resultado, la civilización romana (y por tanto el latín) no se establece en esta zona y permite que sobreviva el idioma germánico de la Edad de Hierro relacionado con el franco, variante que posteriormente evolucionará hasta convertirse en el actual neerlandés.
El cristianismo se impondrá rápidamente en el siglo IV por todo el territorio actual de Bélgica.
El cristianismo se impondrá rápidamente en el siglo IV por todo el territorio actual de Bélgica, después de la fundación, en la fecha, de la diócesis de Tongres (Bélgica).
El conde de Flandes, Guido de Dampierre, desafía al rey de Francia, FELIPE IV el Hermoso.
El conde de Flandes, Guido de Dampierre, desafía al rey de Francia FELIPE IV el Hermoso, con la firma, en 1297, de un tratado de alianza con EDUARDO I de Inglaterra. La réplica no se hace esperar y las tropas francesas, al mando de CARLOS de Valois, hermano del rey, invaden Lille, Courtrai, Béthune y Cassel. Guido de Dampierre se refugia en Gante mientras su aliado, el rey de Inglaterra, sin siquiera advertirle, firma una tregua de dos años con FELIPE el Hermoso. Flandes es una región que se extiende en este tiempo por la costa de lo que hoy es Bélgica y el noroeste de Francia. Flandes estaba vinculado económicamente a Inglaterra, que producía la lana que se tejía allí.
Flandes pasa a formar parte del reino de Francia, pero los flamencos no aceptan esta dependencia.
Finalizada la tregua, en 1300, CARLOS de Valois se apodera de todo Flandes. Guido de Dampierre, que había ido a París a implorar el perdón del rey, es encarcelado. Flandes pasa entonces a formar parte del reino de Francia, pero los flamencos no aceptan de buen grado esta dependencia. La rebelión va ganando terreno sobre todo en Brujas, liderada por un tal Pierre de Coninck. Se pide auxilio a los hijos de Guido de Dampierre, Jean de Namur y su hermano Guido, a quienes se une pronto un sobrino, Guillaume de Juliers. En mayo de 1302 los habitantes de Brujas, que han abierto las puertas de la ciudad a los franceses, atemorizados por el volumen de las tropas de ocupación, piden de nuevo auxilio a Pierre de Coninck. La noche del 18 de mayo, sus partidarios entran en la ciudad y degüellan a los franceses y a sus secuaces en lo que se denominará «los Maitines de Brujas», con más de doscientos muertos.
Comienzan los «Maitines de Brujas», que durarán dos días.
Comienzan los «Maitines de Brujas», que durarán dos días. Los flamencos, cuya industria textil está estrechamente ligada a la producción lanera inglesa, se sublevan contra la conquista y anexión francesas de 1300. Los franceses llevan a cabo una Masacre.
La hueste real de Brujas es aniquilada por las milicias comunales en la batalla de Courtrai.
Los franceses desean que los prósperos flamencos estén más sujetos a su poder, de modo que un ejército compuesto por caballería pesada irrumpe en aquel país a fin de lograr dicho propósito. El ejército francés, muy superior en número, instala su campamento en la colina de Mossemberg y se dispone a aniquilar a su adversario con gran rapidez. La mañana del 11 de julio de 1302, los franceses reagrupan sus batallones en tres grandes cuerpos. Los flamencos forman un arco de circunferencia detrás del río. Los franceses lanzan a su caballería, pero sus caballos no tardan en quedar bloqueados por las trampas que les han preparado. Una segunda oleada de jinetes son asimismo derribados y luego aniquilados. Para los franceses la derrota es total. Los flamencos recogen los estandartes y las espuelas de los caballeros franceses muertos y con ellos cubren paredes enteras de la iglesia de Groninga. La “batalla de las Espuelas de Oro” ha terminado. La batalla ha tenido lugar cerca de Courtrai (actual Bélgica) y es hoy considerada como el nacimiento de la nación flamenca, aunque la Región flamenca actual y el condado de Flandes de la época no se correspondan más que parcialmente.
Los flamencos son vencidos por los caballeros del rey FELIPE IV el Hermoso.
Los flamencos restantes lanzan entonces un ataque por sorpresa contra las líneas francesas. Brutal y repentino, tenía por objetivo matar o apoderarse de FELIPE IV el Hermoso, lo que pondría fin a la batalla. Estuvieron a punto de lograrlo cuando FELIPE el Hermoso es derribado al resultar muerto el caballo que montaba, pero había tenido la precaución, antes de la batalla, de cambiar su armadura con la flor de lis de sus armas por otra que le mantuvo en el anonimato. De este modo pudo escapar y reintegrarse al combate a grandes golpes de maza con tal intensidad que sus caballeros, que emprendían la huida, volvieron al combate a su lado y arrastraron a la infantería, que arrolló a los flamencos. Éstos no esperaban tal respuesta y, tras un amago de defensa, se retiraron en dirección a Lille, perseguidos por los franceses hasta que cayó la noche.
FELIPE IV de Francia obtiene su revancha contra los flamencos en la batalla de Mons-en-Pévèle.
FELIPE IV de Francia en su enfrentamiento con los flamencos y después de la derrotas anteriores, obtiene su revancha en la batalla de Mons-en-Pévèle el 18 de agosto de 1304. Se inicia la batalla con una carga de los caballeros franceses. El combate es terrible y dura hasta mediodía, con fuertes pérdidas por ambos bandos, pero los flamencos cobran ventaja a pesar de un ataque por los flancos contra su campamento, que resiste. Del lado francés, el intenso calor de aquel mes de agosto hace mella en la resistencia de los caballeros en sus pesadas armaduras y la duda se instala entre sus filas. Es el momento elegido por Jean y Henri de Namur para retirarse y llevar a sus extenuadas tropas a Lille, dejando así a William de Jülich y Robert de Namur solos frente a los franceses.