GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS (1618-1648)

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Desoyendo las recomendaciones, FEDERICO V acepta la Corona de Bohemia


El 28 de septiembre, desoyendo las recomendaciones de su yerno JACOBO I o de la propia asamblea de la Unión Protestante, el joven FEDERICO V acepta la Corona de Bohemia, llegando a Praga poco más tarde y siendo allí coronado el 4 de noviembre.

La monarquía hispánica concentra sus recursos militares y financieros en Flandes


La monarquía hispánica concentra sus recursos militares y financieros en Flandes, desde donde puede amenazar París, Amsterdam, los principados protestantes alemanes y las rutas marítimas inglesas. Además, esto aligera la posible presión que estos enemigos pueden ejercer sobre otros territorios de la monarquía, como el Franco Condado, el Milanesado, el Mediterráneo occidental o la misma Península Ibérica. En esta guerra, la monarquía defiende sus posesiones en los Países Bajos y en Italia manteniendo abierto el llamado “camino español” (camino que une por vía terrestre las posesiones hispánicas del norte de Italia y de Flandes atravesando los Alpes y resiguiendo la cabecera del Danubio y el valle del Rin) para evitar el aislamiento de los Países Bajos. Por esta razón, en la fecha, las tropas comandadas por el duque de Feria ocupan la Valtellina, un valle alpino fundamental para comunicar el norte de Italia y el sur de Alemania (Milán y el Tirol).

FERNANDO II, emperador del SIRG, solicita ayuda a la monarquía hispana y a Maximiliano de Baviera.


FERNANDO II, emperador del SIRG, solicita ayuda a la monarquía hispana y a Maximiliano de Baviera, ya que decide poner fin de una vez por todas a la rebelión de Bohemia.

Las tropas de Ambrosio Spinola establecen conexión entre sus posesiones italianas y los Países Bajos.


En agosto de este mismo año, las tropas hispánicas de Ambrosio Spinola avanzan por el oeste de Alemania, atraviesan el Rin y ocupan el Bajo Palatinado, conexión entre sus posesiones italianas y los Países Bajos.

La guerra ya es abierta entre tropas católicas y protestantes.


La guerra ya es abierta entre tropas católicas y protestantes. Desde el inicio de la rebelión ambas partes han establecido contactos para afirmar sus posiciones. El emperador FERNANDO II, encuentra aliados con mayor facilidad, y su pariente Maximiliano de Baviera, los príncipes de la Liga Católica y FELIPE III de España le prometen su colaboración activa. Por el contrario, FEDERICO V tropieza con la reticencia de su suegro JACOBO I, y el rechazo de LUÍS XIII, que acaba de sufrir un intento de rebelión de sus propios súbditos, y la abstención de la Unión Evangélica, minada por rivalidades internas.

Batalla de la Montaña Blanca: las tropas católicas de MAXIMILIANO de Baviera derrotan a las protestantes de FEDERICO V.


Las tropas de Maximiliano de Baviera, bajo el mando del conde de Tilly, marcha sobre los protestantes de Bohemia que han proclamado rey al elector palatinado FEDERICO V y en la batalla de la Montaña Blanca, cerca de Praga, son derrotadps en toda la línea. FEDERICO V que es desterrado del Imperio, huye a Brandeburgo. Tilly conquista el Palatinado. El catolicismo se restaura por la fuerza. Los nobles bohemios son asesinados, privados de sus posesiones o multados. Su Corona deja de ser electiva para adscribirse a la dinastía Habsburgo, que impondrá una progresiva germanización del territorio y la reacción religiosa católica. La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) que ha empezado siendo un conflicto religioso (entre católicos y protestantes alemanes) se demuestra que en el fondo la religión no es más que el manto que cubre una serie de ambiciones nacionales y personales (lucha contra la supremacía de los Habsburgo en Europa).

Varios factores explican la continuación de la guerra en Europa y la ampliación del marco de operaciones


Varios factores explican la continuación de la guerra en Europa y la ampliación del marco de operaciones y del número de participantes. Por un lado, FERNANDO II extrema su política represora en Bohemia, el Palatinado y la propia Austria, y sus modos decididamente a favor de incrementar el poder imperial no sólo molestan a la Unión, sino a los propios príncipes católicos, críticos también ante la entrega por el emperador del mando de sus tropas a WALLENSTEIN, noble bohemio católico, quien alimenta y paga a su ejército, de hasta 100.000 hombres, con el producto del saqueo del territorio circundante. Esta práctica inicia la costumbre, a lo largo de esta guerra, de arrasar sistemáticamente las tierras y de despojar y matar sin piedad a la población civil.

OLIVARES exige a los catalanes que colaboren con dinero y hombres en la guerra contra Francia.


En la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), en la que España lucha, al lado del Imperio de la Casa de Austria, contra la Casa de Francia, los principes alemanes y otros países europeos obligan a situar un ejército en Catalunya. Así, pues, el rey FELIPE IV y su consejero OLIVARES exigen a los catalanes que colaboren con dinero y hombres en una guerra que en absoluto afecta a Catalunya. El Imperio ha sido disfrutado casi exclusivamente por Castilla, tanto en riqueza como en prestigio, y ahora que el Imperio se está deteriorando se pide a los otros reinos que contribuyan a salvarlo. Las Constituciones de Catalunya, que el propio rey había jurado, garantizan el derecho de los catalanes a hacerlo libremente, jamás por imposición. La Generalitat se ve sometida a todo tipo de presiones. Pero la Guerra de los Treinta Años en la que España participa al lado del Imperio, demanda urgentemente más y más soldados y OLIVARES quiere que todos los reinos de España participen.

Victorias católicas en las batallas de Wimpfen (6 de mayo), Hochst (20 de junio) y Fleurus (29 de agosto).


Victorias católicas en las batallas de Wimpfen (6 de mayo), Hochst (20 de junio) y Fleurus (29 de agosto). Francia ante el empuje de los ejércitos imperiales, interviene en el conflicto en contra de España y del Imperio.

La Dieta de Ratisbona de 1623 priva al conde palatino de la dignidad electoral, que es entregada a Maximiliano I de Baviera.


La Dieta de Ratisbona de 1623 priva al conde palatino de la dignidad electoral, que es entregada a Maximiliano I de Baviera, recompensado además con el Alto Palatinado.