La ofensiva alemana contra Rusia lanzada el 22 de junio de 1941 proporciona a España la posibilidad de cumplir sus compromisos con el Eje Berlín-Roma. Desde el punto de vista del Régimen español, la lucha ahora tiene más sentido que nunca y su objetivo primordial es el comunismo ruso, el enemigo número uno del Gobierno de FRANCO. En veinticuatro horas los oficiales españoles piden una oportunidad para tomar parte en la campaña rusa de alguna forma, sin que implique la entrada oficial en la guerra. El 24 de junio Serrano Súñer pronuncia su famoso discurso «Rusia es culpable» ante una enorme congregación en la puerta de la sede falangista. Responsabiliza a la Unión Soviética de toda la destrucción que hubo durante la Guerra Civil e insiste en que el exterminio de Rusia es exigencia de la historia y del porvenir de Europa, de modo que España se convierte en belígerante moral en el nuevo conflicto.

Una vez HITLER ha invadido la Unión Soviética, solicita a Hungría tropas con destino al frente. Ha de acceder, pues Rumania ya está suministrando tropas y se teme que si Hungría se niega, se entregará de nuevo como recompensa a Rumanía la Transilvania septentrional. El envío de tropas húngaras se hace al principio a poca escala, pero al iniciarse el primer invierno en la Unión Soviética, y al hallarse la propia Alemania en dificultades, se procede a la movilización general. En la fecha, Hungría declara la guerra a la Unión Soviética y se convierte oficialmente en aliado de Alemania e Italia.

En la fecha, Heydrich es nombrado oficial a cargo del proyecto Solución final del «problema» judío. Durante los primeros años del régimen nazi, se ha fomentado la idea de conseguir la pureza racial aria. Se ha decido que los indeseables -eslavos, homosexuales, incapacitados y enfermos mentales- deben ser eliminados. Y aunque el objetivo principal de aquella campaña es la población judía de Alemania, después lo es la de toda Europa. Sigue, por ello, una política basada en la persecución, durante la década de 1930, pero al abrigo de la guerra se elabora un programa más ambicioso. De hecho, HITLER ha anunciado que aún hay que ocuparse de casi once millones de judíos europeos y ha determinado en consecuencia, que debe aplicarse una «solución final» al problema de los judíos mientras dure la guerra.

Cuando en 1941 los alemanes invaden Ucrania durante la II Guerra Mundial, los nacionalistas ucranianos esperan que una república ucraniana independiente pueda formarse bajo protección alemana. Sin embargo, los alemanes no sólo reorganizan territorialmente Ucrania (Galitzia Oriental pasa a Polonia y Rumania ocupa Besarabia, el norte de Bukovina y los territorios entre los ríos Dniéster y Bug), sino que establecen un gobierno propio.

Uno de los aciertos más importantes de Stalin fue impulsar la industrialización en masa del país, aunque este logro se verá empañado para siempre por el enorme coste de vidas humanas para conseguirlo. Los jefes comunistas son bien conscientes de que una de las causas principales del fracaso ruso en la Primera Guerra Mundial fue la falta de una industria que suministrara el material bélico necesario para una guerra moderna. El programa de industrialización fue inmenso y bien pensado. Se montaron enormes complejos industriales en el interior de la URSS. Gran parte de la industria pesada básica de la Unión Soviética se llevó muy al este de los Urales, a Siberia o a Asia Central, que tenían la ventaja de estar más allá del radio de acción de los ataques aéreos alemanes cuando empezara la guerra.

Josip Broz -conocido por sus colegas como «Camarada TITO- empieza a organizar la resisitencia. En la fecha, TITO publica una proclama, de mucha circulación, llamando al levantamiento a los yugoslavos contra los ocupantes. En unas tres semanas toda Yugoslavia está en rebelión.

Los aviones alemanes destruyen prácticamente las avanzadas de las fuerzas aéreas soviéticas, y el general Brauchitsch y sus generales, actuando con su habitual precisión cronométrica, aniquilan un ejército soviético tras otro. El 10 de julio las fuerzas alemanas están en Minsk, donde toman casi 300.000 prisioneros y capturan gran número de tanques y cañones. En los diez días siguientes se cierra otra trampa en torno a Smolensk, lo que significa 100.000 prisioneros más y todavía más tanques. La mayoría de prisioneros morirán de hambre o se convertirán en obreros esclavizados.

Pacto de ayuda mutua entre Gran Bretaña y la URSS.

Las fuerzas aliadas entran en Damasco el 17 de junio y acaban por expulsar a las fuerzas de la Francia de Vichy hacia el norte, rindiéndose al fin, el 14 de julio de 1941, en Alepo. Igual que en Irak, las fuerzas británicas se quedarán en Siria y en el vecino Líbano durante el resto de la II Guerra Mundial.

Con la toma de Smolensk se cierra el cerco de la Wehrmacht en torno al ejército soviético. Entre los objetivos bélicos de HITLER figura la división de la Unión Soviética en cuatro «comisariados del Tercer Reich».