RAIMUNDO VI (Conde soberano de Occitania)

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INOCENCIO III decide introducir en la Iglesia Católica inquisidores dependientes de los obispos.


Pasados cinco años de su ascenso al solio pontificio, INOCENCIO III, que ha endurecido su postura inicial y que ahora afirma que los herejes cátaros resultan ser más peligrosos que los sarracenos, cree llegado el momento de introducir en la Iglesia Católica inquisidores dependientes de los obispos, que tengan el derecho de perseguir a los sectarios.

Legados apostólicos para el problema de los cátaros: ALMERIC abad del Císter y al monje PEDRO de Castellnou.


En consecuencia con el endurecimiento de su postura inicial, INOCENCIO III nombra como legados apostólicos para el problema de los cátaros, a Arnaut ALMERIC abad del Císter y al monje PEDRO de Castellnou. Los obispos suscitan diversas dificultades ya que la misión, encargada a los monjes cistercienses, les desagrada totalmente, pues la consideran una usurpación de sus funciones.

El Papa INOCENCIO III solicita la colaboración de RAMON VI -Conde de Tolosa (Occitania)-.


El Papa INOCENCIO III solicita, a través de su legado PEDRO de Castellnou, la colaboración de RAMON VI -Conde de Tolosa (Occitania)-. El conde se muestra reacio a seguir los deseos del Papa. RAMON VI es el feudatario más poderoso de la monarquia de Francia y casi con la independencia de un soberano. No es albigense, pero su indiferencia en materia de religión le hace tolerante para con aquellos de sus súbditos que son afectos a la herejía: la mayor parte de los nobles son herejes, y los que no lo son se hallan favorablemente dispuestos hacia unas teorías que, oponiéndose a las desmesuradas pretensiones de la Iglesia, dan pie a despojarla de sus inmunidades.

El legado pontificio -PEDRO de Castellnou- es asesinado de un lanzazo.


El legado pontificio -PEDRO de Castellnou- que ha increpado duramente a RAMON VI -Conde de Tolosa- por su falta de colaboración con el papa en su lucha contra los albigenses, es asesinado de un lanzazo, en Gèli, la Camarga, por un súbdito del conde, al día siguiente de la entrevista. Ante este asesinato, el papa INOCENCIO III decide impulsar definitivamente una cruzada contra el catarismo. La Iglesia condena las guerras privadas y el bandidaje de los caballeros, pero, en cambio, los anima a luchar contra los «infieles»; así, el ardor bélico se canaliza hacia la guerra santa. Por otra parte, INOCENCIO III excomulga a RAMON VI de Tolosa por su falta de colaboración en la lucha contra los cátaros.

El papa INOCENCIO III pide al rey y a los condes de Francia que salgan a luchar contra el conde de Tolosa para desposeerle de sus dominios.


Acaso no ha sido RAMON VI el responsable del asesinato de PEDRO de Castellnou, pero incluso el mismo papa INOCENCIO III lo da por seguro cuando en carta del 10 de marzo a los obispos del sur de Francia, después de hacer la apología del mártir, manda declarar a los súbditos del conde de Tolosa libres de todo juramento de obediencia y sumisión. Enseguida el papa escribe al rey y a los condes de Francia que salgan a luchar contra el conde de Tolosa para desposeerle de sus dominios, y hace que el nuevo legado Arnaut ALMERIC, abad del Cister, predique, al mismo tiempo, una cruzada en todo el reino. \»¡Levántate, soldado de Cristo; levántate, príncipe cristianísimo!\», es el grito del Papa. Y el Mediodía francés se convierte en la presa de los saqueos de los caballeros de la Francia del Norte. Por otra parte, la convocatoria de una cruzada de la Santa Sede deja los intereses de los catalanes en una posición extremadamente difícil: por un lado, sienten el deseo de intervenir y, por otro, saben la conveniencia de ser prudentes.

El conde RAMON VI de Tolosa, se somete al legado pontificio en el tema de loa Cátaros.


El conde RAMON VI de Tolosa, viendo el cariz que están tomando los acontecimientos relacionados con los albigenses y temiendo perder sus estados, se somete al legado pontificio, suscribiendo todas las proposiciones que se le presentan y entregando, como prenda de seguridad, siete de sus castillos de Provenza. Con esto, en la fecha, es absuelto de la excomunión.

PEDRO II de Aragón trata de convencer al papa INOCENCIO III para parar la guerra. No consigue nada en absoluto.


PEDRO II de Aragón, reconocido como soberano de todo el Languedoc, contempla con alarma cómo en la guerra contra los albigenses SIMÓN de Monfort cede a los franceses las tierras de Occitania. Pero aunque está abiertamente a favor de su cuñado, RAMON VI, conde de Tolosa, trata de convencer al papa INOCENCIO III para que inicie conversaciones con representantes de uno y otro bando con vistas a parar la guerra. También intenta hacer comprender al papa el peligro que comporta la extrema avidez conquistadora de SIMÓN de Monfort. No consigue nada en absoluto. Todo lo contrario, el papa, considerando que el conde de Tolosa es condescendiente con los herejes, da orden a los cruzados de que no hagan tratos con él si no entrega su castillo.

Una piedra lanzada por una mujer desde la muralla de Tolosa causa la muerte de SIMÓN de Monfort.


Al parecer, una piedra lanzada por una mujer desde la muralla es la causa de la muerte de SIMÓN de Monfort que muere combatiendo a los habitantes de Tolosa. Será enterrado en la catedral de San Nazario, en la Cité. En el mes de julio, AMAURY, el hijo de SIMÓN de Monfort, levanta el sitio. RAMON VI, ordena de inmediato la reedificación de las murallas de la ciudad.