La hija de Fernando VII y de MARÍA CRISTINA de Borbón, ISABEL, que ha sido jurada como Princesa de Asturias antes de la muerte de su padre FERNANDO VII, es proclamada por las Cortes, heredera legítima al trono,  cuando el marqués de Astorga y conde de Altamira, frente al balcón central de palacio, pronuncia las palabras rituales: «¡Castilla, Castilla, por la reina Nuestra Señora Doña Isabel II!». ISABEL, que solo tiene tres años, deberá esperar la mayoría de edad para poder ejercer como reina.

Por estas fechas, la Reina Regente de España, María Cristina, madre de ISABEL II, sanciona con su firma la creación de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Esta nueva institución funde en su seno la Casa de la Moneda de Madrid y la Fábrica del Sello y Timbre.

María Cristina, reina regente de España, publica el Estatuto Real, versión descafeinada de una constitución, que no satisface ni a los absolutistas ni a los liberales al ser reducida a un documento «otorgado» y no «pactado». Por otra parte, su espíritu conservador le restó popularidad desde el primer día.

Un decreto de esta fecha de MARÍA CRISTINA pone fin a la Inquisición en España que ya había perdido vigencia a lo largo del siglo XVIII. Larra le compuso un epitafio: “Aqui yace la Inquisición: murió de vejez”. Mariano José de Larra es considerado, junto con Espronceda, Bécquer y Rosalía de Castro, la más alta cota del Romanticismo literario español. Periodista, crítico satírico y literario, y escritor costumbrista, publica en prensa más de doscientos artículos a lo largo de tan sólo ocho años. Impulsa así el desarrollo del género ensayístico. Escribe bajo los seudónimos: Fígaro, Duende, Bachiller y El Pobrecito Hablador.

En 1835, Granada se alza contra el gobierno central secundando la insurrección malagueña.

En España es nombrado Jefe de Gobierno, Juan Álvarez y Méndez, llamado MENDIZÁBAL (1835-1837), político y financiero español. Su nombramiento es recibido con agrado por amplios sectores del país y, por sus ideas avanzadas, no tarda en convertirse en una de las figuras del partido progresista. Desde el gobierno inicia un programa de reformas tendente a terminar con la guerra civil.

En octubre de 1835, el gobierno de Mendizábal nombra a ESPOZ y MINA capitán general de Catalunya (1835-1836).

La revolución liberal y las necesidades financieras para poder mantener la guerra carlista hacen que MENDIZÁBAL impulse el proceso de apropiación y venta en subasta pública de los bienes amortizados o de mano muerta que considera son las propiedades de la Iglesia, de la nobleza, los municipios y las órdenes militares, entre otros. De esta forma, al poner en circulación las tierras enajenadas, se consigue, por una parte, la aparición de un nuevo grupo de propietarios, y por otra, la consecución de dinero para la hacienda española muy maltrecha en buena parte por los gastos ocasionados a causa de la guerra de los Siete Años. En realidad la medida culmina un largo período de desprestigio de las órdenes religiosas y de la religión en general, fruto del cambio de ideas correlativo a la Revolución Francesa. Con MENDIZÁBAL el anticlericalismo triunfa momentáneamente.

En 1836, En España, Granada se levanta nuevamente para proclamar la Constitución de 1812.

Aunque en caso español tales propiedades cayeron en manos de una nueva oligarquía propietaria cuyo único objetivo fue arrendar y vivir de las rentas. Y en el caso de Madrid se aligeró la trama urbana, se sustituyeron los viejos edificios religiosos por nuevos de viviendas, construidos de forma acelerada y caótica, para albergar inquilinos que alimentaran nuevas rentas. El crecimiento urbano siguió siendo tumultuario, desordenado, como a partir de 1561, en que la ciudad fue elegida para ejercer de capital. Sin embargo, durante la primera mitad del siglo la capital seguía careciendo de servicios, de pavimentación, de agua, con basuras amontonándose por doquier y con una iluminación deficiente.