La Comisión Europea recomienda en octubre la apertura de negociaciones para que Turquía pueda ingresar en la UE.

El 29 de octubre de 2004, los líderes de los 25 países de la UE firman en Roma la Constitución, en el mismo salón donde se crearon en 1957 las bases para el Mercado Común. A continuación se inicia el proceso de ratificación por cada Estado miembro. En algunos casos, como en Irlanda o Dinamarca, el referéndum tendrá carácter vinculante; en otros, como en el Reino Unido, Países Bajos o Luxemburgo, al igual que en España tiene un carácter consultivo.

Los parlamentarios de Lituania ratifican, en la fecha, la Constitución europea con una mayoría aplastante.

Los Veinticinco -UE- han acordado, en la fecha, expresar su «voluntad política» de levantar la prohibición de exportar armas a China. El acuerdo se deja sin fecha y se acompaña de un compromiso para reforzar el código de conducta europeo que restringe las ventas de este tipo

Lituania ingresa este año en la OTAN y en la UE.

Al acabar este año, la situación en Chipre es la siguiente: a) Turquía: Sus tropas permanecen en la isla desde 1974 para defender a la comunidad turcochipriota. Ankara aboga por el «taksim» o separación de las comunidades griega y turca de la isla en dos Estados, que, en todo caso, podrían aduar conjuntamente como una confederación. b) Grecia: Aboga por la enosis o integración de Chipre. Aparentemente, la independen cia de la isla en 1960 supuso el abandono de tal aspiración, pero Gracia ha buscado siempre un destacado protagonismo en Chipre erigiéndose en defensora de los intereses grecochipriotas c) OTAN: Grecia y Turquía son dos piezas fundamentales en la defensa del flanco sur de la Alianza Atlántica. Sus continuas disputas en el mar Egeo siempre han sido un quebradero de cabeza, pero Chipre es el barril de pólvora más potente entre estos vecinos mal avenidos. El Cuartel General de la OTAN practica una política de gran opacidad informativa en el contencioso greco-turco en general y chipriota en particular. d) UE: Bruselas ha lanzado el órdago, de la integración chipriota como premio a tan próspero país europeo, pero también como experimento para controlar sus actividades económicas menos claras y como laboratorio para solucionar conflictos interétnicos. Si la experiencia tuviera éxito, podría contribuir al apaciguamiento definitivo de las tensiones entre Grecia y Turquía.

En el mes de diciembre la UE afirma que acepta iniciar negociaciones formales sobre el ingreso de Turquía en la UE.

La crisis de Ucrania –que se convierte en un éxito de la diplomacia polaca– es resultado de la coordinación de actuaciones con la Comisión Europea y otros estados, y los sucesos de Ucrania sirven para demostrar las ventajas derivadas de una estrecha colaboración entre los estados de la UE dentro del marco de una política exterior común. Polonia es consciente de que la eficacia de sus influencias en una región que Rusia considera su zona de influencia, depende de la capacidad de Polonia para participar en la definición de la dimensión este de la Unión. Su objetivo en este contexto consiste en alcanzar los propósitos siguientes: 1) que la UE trate a Ucrania y Bielorrusia en igualdad de condiciones con Rusia; 2) que la problemática del este cobre un mayor protagonismo en la agenda de la UE, y finalmente, 3) que las estructuras de la Unión empiecen a ejercer influencia en los procesos de democratización y liberalización de las economías de dichos estados.

Turquía ha aceptado la oferta y los retos de la Unión Europea: Ankara empezará a negociar su adhesión el 3 de octubre del año próximo. El acuerdo entre los jefes de Gobierno de los Veinticinco y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, deja un sabor agridulce. El conflicto sobre Chipre dificulta y empaña la discusión final y sus resultados, que no sólo incluyen leoninas cláusulas para el proceso de negociación y de integración de Turquía, sino que no garantizan una solución al contencioso en torno a la isla. Erdogan consigue salir del paso con una mera declaración de intenciones, y no con la rúbrica que los Veinticinco le exigen, con vistas a un reconocimiento implícito y no formal hacia la República de Chipre (franja sur de la isla, que escapa a la ocupación del norte, controlado por el ejército turco).

Los parlamentarios de Hungría ratifican, en la fecha, la Constitución europea con una mayoría aplastante.