En la mañana del sábado día 5 de junio de 1982, en la sede central de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en Evere, Bruselas, una ceremonia presidida por Joseph Luns, secretario general del pacto defensivo, celebraba la ampliación del mismo mediante la entrada de un nuevo miembro. Se iza, por vez primera, la bandera de España en la sede de la Alianza en Bruselas, junto al resto de banderas de los países integrantes de la OTAN. Los entonces ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de España, José Pedro Pérez-Llorca y Alberto Oliart, respectivamente, representaban en el pacto a su Gobierno. Este, poco más de siete meses antes, había conseguido un ajustado triunfo parlamentario a su propuesta de introducir al país en la organización militar occidental. La ceremonia de Bruselas constituía la culminación de un proceso, pero no cerraba en absoluto la cuestión. Antes al contrario, abría un prolongado período de permanente discusión, marcada ante todo por la carencia de claridad de que han hecho gala todos los gabinetes ministeriales de España que se han sucedido a partir de entonces.
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Calvo-Sotelo afirma que la integración española es el final de un secular periodo de aislamiento.
El 10 de junio, en Bonn, Calvo-Sotelo comparece ante los grandes de Occidente, reunidos en una Cumbre, y afirma que «la integración española es el final de un secular periodo de aislamiento», al tiempo que pide ayuda para la solución de tres problemas: el contencioso con Gran Bretaña sobre Gibraltar, la lucha contra el terrorismo y la plena incorporación de España a las Comunidades Europeas. Ronald Reagan y Margaret Thatcher, entre otros, le escuchan atentamente. En la foto de familia de aquella Cumbre, histórica para España, Calvo-Sotelo aparece en una esquina y con su gesto circunspecto de siempre, pero seguro que satisfecho por dentro.
Javier Rupérez es nombrado nuevo embajador en la OTAN.
El 7 de julio Javier Rupérez es nombrado nuevo embajador en la OTAN, y comienza a preparar las conversaciones preliminares para la integración de España en la OTAN. En dichas conversaciones se trata temas como: a) el espacio de amenazas y su percepción, b) estado de preparación de las Fuerzas Armadas Españolas, c) asignación de fuerzas, y d) participación española en la estructura de mandos.
Durante la campaña electoral el PSOE contrae dos compromisos: detener el proceso de integración de España en la OTAN y convocar un referéndum.
Durante la campaña electoral de 1982 el PSOE contrae dos compromisos: detener el proceso de integración de España en la OTAN y convocar un referéndum. Esta postura, usada como arma propagandística de gran efecto durante la campaña, es consecuente con las directrices adoptadas por el partido en el XXIX Congreso y se materializa en la presentación de numerosas propuestas y mociones cuyo objetivo es paralizar la adhesión. Sin embargo, un análisis detallado del programa electoral del Partido Socialista permite aventurar la hipótesis de que realmente se trata de dejar en un segundo plano el tema de la Alianza. En efecto, el tema es presentado dentro de un paquete de medidas en política exterior junto con objetivos como la adhesión a la Comunidad Europea, el desarrollo de las relaciones internacionales con los países de Iberoamérica y Mediterráneo, las relaciones bilaterales con EEUU., etc. La referencia al tema de la OTAN aparece en sexto lugar.
Se dice que el PSOE ha asumido ya que no sacará a España de la OTAN, pues este gesto se interpretaría en Europa como una falta de solidaridad.
Este «olvido» por parte del Partido Socialista tiene una explicación lógica a juicio de algunos autores. Así, por ejemplo, se dice que el PSOE ha asumido ya que no sacará a España de la OTAN, pues abandonar la Alianza se interpretará por el resto de Europa Occidental como un falta de solidaridad, que afectará la credibilidad de la política exterior española y perjudicará el ingreso de España en la CEE. En cuanto a la actitud de otros partidos políticos ante el tema de la OTAN en la campaña electoral de 1982, la Unión de Centro Democrático, Alianza Popular y Centro Democrático y Social (el nuevo partido de Suárez) muestran una postura favorable a la integración completa en la estructura militar de la alianza dejando en segundo lugar en orden de prioridad la adhesión a la CEE y la resolución del conflicto de Gibraltar. El Partido Comunista por el contrario es partidario de la salida e incluso fija la fecha para la celebración de un referéndum consultivo.
Se producen las Elecciones generales en España. El PSOE y Felipe González cosechan diez millones de votos y una irrepetible mayoría absoluta.
Se producen las Elecciones generales en España. El PSOE y Felipe González cosechan diez millones de votos y una irrepetible mayoría absoluta de 202 diputados. El «cambio» anunciado incluye la promesa del referéndum, para salir de la Alianza. Después de tan arrolladora victoria y en su discurso presidencial de investidura, González renueva ante el Congreso su compromiso con la celebración de un referéndum, aunque sin grandes especificaciones. Quizás en ese mismo momento y de forma muy sutil empieza el «cambio del cambio», que se irá escenificando suavemente y paso a paso. La promesa del referéndum hecha por Felipe González es demasiado clamorosa pero también es demasiado evidente que ni la Europa de este lado ni los EEUU. le perdonará nunca que desestabilice a todo Occidente impulsando la salida de España de la OTAN.
El ministro socialista de As. Ext., Fernando Morán, anuncia a los aliados la intención del nuevo Gobierno de detener la integración de España en la OTAN.
El 8 de diciembre, en una reunión del Consejo Atlántico celebrada en Bruselas, el ministro socialista de Asuntos Exteriores Fernando Morán, anuncia a los aliados la intención del nuevo Gobierno de detener la integración de España en la organización militar mientras se realiza un análisis de los intereses estratégicos de España y se celebra un referéndum. Mientras tanto España permanecerá en la Alianza con la promesa de ser un aliado seguro y fiel.
Manifestaciones de F. GONZÁLEZ en 1983 en la República Federal Alemana en apoyo del despliegue de los misiles pershing II y cruise.
Lenta y hábilmente el Presidente González va desmarcándose de la posición inicial de su partido, llegando incluso a manifestar a la prensa que no es antiOTAN, e incluso demostrándolo con las manifestaciones de apoyo en 1983 en la República Federal Alemana al despliegue de los misiles pershing II y cruise. Esta «huida hacia delante» de Felipe González choca con la postura de parte del Gobierno y se encontrará en la base de la tormenta interna que sacudirá al PSOE más tarde.
En España, el Gobierno socialista de Felipe González presenta el decálogo de propuestas en el tema de la OTAN.
En la fecha, el Gobierno socialista presenta en el Congreso de los Diputados en el Debate de la Nación de este año, el decálogo de propuestas que pone de manifiesto el cambio de actitud del Gobierno de Felipe González, en el tema de la OTAN: 1.Continuidad en la OTAN / 2.No integración en la estructura militar / 3.Reducción de la presencia norteamericana en España / 4.No nuclearización / 5.No exclusión de la firma del Tratado de NO proliferación Nuclear / 6.Voluntad de participación en la Unión Europea Occidental / 7.Recuperación de Gibraltar / 8.Candidatura al comité de desarme de la ONU / 9.Desarrollo de convenios bilaterales de cooperación defensiva con otros países de la Europa occidental / 10.Plan estratégico conjunto. Finalmente, en su intervención parlamentaria, González anuncia la celebración de un referéndum sobre la cuestión para principios de 1986.
En 1984, se produce el definitivo giro atlantista en las manifestaciones de González y del resto de los miembros del Gabinete Socialista.
En 1984, se produce el definitivo giro atlantista en las manifestaciones de González y del resto de los miembros del Gabinete Socialista. Se suceden las declaraciones favorables en TVE y los viajes al extranjero, se pone énfasis en la relación entre la permanencia en la OTAN y la integración en la Comunidad Europea, hasta tal punto que el Ministro de Defensa Serra declara su confianza en la no celebración del referéndum. Incluso alguien tan opuesto a la Alianza como Alfonso Guerra cambia de opinión y comienza a apoyar la permanencia. Tras este giro político se encuentra el intento del Gobierno de aprovechar las ventajas que la Alianza ofrece a los intereses españoles y al proyecto socialista.

