CONCILIO ECUMÉNICO 16 (de Constanza) (1414-1418)

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De los tres papas reinantes queda sólo por reducir la obstinación de BENEDICTO XIII.


De los tres papas reinantes queda sólo por reducir la obstinación de BENEDICTO XIII, y el Concilio de Constanza confía al rey de romanos SEGISMUNDO la gestión diplomática que obtenga la renuncia al presunto sumo pontificado. Le acompañan doce prelados designados expresamente por los Padres del Concilio. SEGISMUNDO rey de de Alemania y el rey de Francia envían embajadas a FERNANDO I, pidiéndole que les acompañe.

FERNANDO I hace retirar después de tres requerimientos, la obediencia al papa BENEDICTO XIII


FERNANDO I, que siempre ha sido uno de los máximos apoyos de BENEDICTO XIII, aconsejado seguramente por VICENTE FERRER, hace retirar, en la fecha, después de tres requerimientos, la obediencia al papa BENEDICTO XIII, obligándole a refugiarse con algunos servidores en el castillo familiar de Peñíscola (Castellón), desde donde lanza anatema contra el rey y declara en entredicho los lugares en los que no sea publicado su decreto de excomunión. Castilla sigue con su obediencia a BENEDICTO XIII y en Catalunya y Aragón seguirá teniendo algunos partidarios. El odio de BENEDICTO XIII por FERNANDO I es tan grande que cada día reitera la excomunión contra el rey.

Los príncipes españoles que han abandonado a BENEDICTO XIII, son admitidos al Concilio de Constanza


Los príncipes españoles que han abandonado a BENEDICTO XIII, son admitidos al Concilio de Constanza: tres castellanos, un portugués, un navarro y un catalán.

BENEDICTO XIII es condenado y apartado irrevocablemente por el Concilio de Constanza.


Tratado de hereje y de cismático incorregible, después de las súplicas pacíficas en favor de la solución del cisma, BENEDICTO XIII es condenado y apartado irrevocablemente el 26/7/1417 por el Concilio de Constanza.

Es elegido Papa por el Concilio de Constanza, Otto Colonna que adopta el nombre de MARTIN V


Vacante el trono pontificio, es elegido, por unanimidad, en la sesión XXXIX del Concilio de Constanza, por un Colegio Electoral compuesto de 23 cardenales -de las tres obediencias- y treinta prelados procedentes de Italia, Francia, Inglaterra y España, Otto Colonna que adopta el nombre de MARTIN V (11/11/1417 – 20/2/1431). Este papa recibe, definitivamente, la obediencia de toda la Iglesia, lo que pone fin al llamado Cisma de occidente. Los decretos adoptados son confirmados por el papa con algunas restricciones, por lo que no queda aprobado el decreto de la sesión quinta sobre la superioridad del Concilio. Con la reunificación del papado en Roma por el Concilio de Constanza, se fijó a posteriori que la línea de Aviñón se consideraría no canónica. El Concilio termina con la proclamación de la bula «Frequens» que ordena la celebración de otro Concilio general en Pavía, a los cinco años; luego otro, a los siete y, en los sucesivo, cada diez años deberá reunirse el concilio general.

Después de sus cuarenta y cinco sesiones, es clausurado por MARTÍN V, el Concilio de Constanza.


Después de sus cuarenta y cinco sesiones, es clausurado, en la fecha, por MARTÍN V, el Concilio de Constanza. Constanza ha terminado el cisma, pero deja una funesta semilla que tardará mucho en extirparse. Se trata del modo de gobernarse la Iglesia: Autores muy respetables aseguran que la verdadera autoridad de la Iglesia reside en el episcopado como cuerpo, por lo que resulta que la asamblea general, el concilio ecuménico, es superior al Papa. Incluso no sólo los obispos, sino los sacerdotes y todos los fieles constituyen el fundamento del poder papal. Es la traslación a lo sagrado de la doctrina democrática del poder, que reconoce los valores del «pueblo soberano». Frente a la monarquía absoluta otorgada por Jesucristo a su vicario, Pedro, surge ahora el gobierno en forma parlamentaria. Este error torturará a los pontificados de MARTÍN V, Eugenio IV y Nicolás V. que lucharán por desarraigarlo y que además ocasionará graves dificultades en la marcha de la Iglesia.