El día 6 de marzo son tiroteados varios miembros de Falange que trabajan en la plaza de toros de Vista Alegre, muriendo dos de ellos. Una semana después será asesinado por la espalda un joven estudiante falangista tras un altercado con un grupo de activistas de Socorro Rojo. Las primeras medidas aplicadas por el Frente Popular tras su llegada al poder, si bien son muy bien recibidas por un amplio sector de la población, no eliminan los disturbios ni el clima de inseguridad que late en España en los primeros meses de 1936. Lejos de disminuir, los enfrentamientos entre las distintas ideologías continuan e incluso aumentan en las calles, convirtiéndose en rutinarios; los partidarios de uno y otro bando provocan altercados que terminan en auténticas batallas campales. Los atentados contra personajes públicos y contra militantes de partidos políticos y sindicatos se harán también habituales, manteniendo al país en un constante estado de alarma e inseguridad.

El diputado socialista y vicepresidente de las Cortes, Luis Jiménez de Asúa, sufre un atentado el día 13 de marzo. Aunque Jiménez de Asúa resulta ileso, muere el policía encargado de acompañarle, Luis Gisbert, como resultado de las heridas recibidas. En el suceso está implicado un grupo de jóvenes falangistas, que han disparado contra el diputado y su acompañante, dándose luego a la fuga.

En marzo de 1936, antes de que se cumpla un mes del triunfo del Frente Popular, JOSÉ ANTONIO primo de Rivera, y toda la directiva nacional de la Falange, ingresan en la cárcel Modelo de Madrid. La censura de prensa impide saber muchos detalles de la ofensiva emprendida por el gobierno contra FE y de las JONS, pero se vislumbra que la persecución es implacable y en todas y cada una de las provincias de España. La acusación contra JOSÉ ANTONIO y la Junta de Mandos carece, en el fondo, de apoyo legal; se trata de colocar al partido “fuera de la ley”. A la vez se acusa, a su principal dirigente, de otros delitos menores: de imprenta, de tenencia ilícita de armas, de incitador de la violencia callejera protagonizada por algunos miembros de su partido, etc. En definitiva se busca una fórmula para encerrarle “toda la vida”. Se le instruye una causa por desacato.

El Tribunal de Urgencia dicta el 27 de marzo una sentencia que condena a José Antonio PRIMO DE RIVERA a dos meses y un día de prisión. A pesar de la ilegalización de Falange, los disturbios continúan en las calles, manteniéndose la violencia, las agresiones y los asesinatos de uno y otro signo.

El día 3 de abril de 1936 se procede al reparto definitivo de escaños en las Cortes, que quedan así definitivamente constituidas. La izquierda dispone de mayoría, con 280 diputados, de los que 17 son comunistas, la derecha suma 142 y el centro 31. Falange no tiene representación, al no haber obtenido ningún escaño.

En la fecha el Consejo de Ministros aprueba la disolución de todas las organizaciones de carácter fascista y grupos similares, que son considerados ilegales desde ese momento. Falange constituye un factor de constante desestabilización, y los sucesivos Gobiernos republicanos aplicarán contra la organización todos los resortes de la justicia, deteniendo y encarcelando a los militantes implicados en cualquier delito, lo que, si bien no es en modo alguno objetable, debería haberse aplicado de igual modo en los revolucionarios grupos de izquierda que infringían el orden constitucional igual que los falangistas. Será una política de doble rasero que acabará trayendo negativas consecuencias a las autoridades republicanas y dará un arma de gran valor propagandístico a los militares que se subleven algunos meses más tarde. Además, a pesar de las detenciones de muchísimos de sus miembros y de la presión policial ejercida sobre la organización, Falange no se debilitará, sino que aumentará su actividad y el número de militantes que ven en el grupo de José Antonio la única forma de detener el avance del marxismo, involucrándose de la única manera que creen efectiva: la beligerancia activa.

El día 30 de abril se celebra en la cárcel Modelo de Madrid el juicio contra los dirigentes falangistas que se encuentran encarcelados, siendo absueltos todos los procesados a excepción de José Antonio PRIMO de RIVERA, a quien se le inicia un nuevo proceso por injurias al director general de Seguridad , Alonso Mallol. Como resultado del proceso, la Falange Española es declarada organización ilegal.

Lanzada a la clandestinidad en España, la Falange que en esta primavera publica “No importa”, como hoja clandestina, comienza a sentirse requerida, para que se una a la conjura militar que se prepara.

Cunde en el ánimo de los españoles, la idea de que la democracia republicana no es ya un cambio posible para una legítima alternativa de gobierno. Que no hay otra salida que la rebelión abierta, contra el caos y el desgobierno de Manuel AZAÑA, que, a pesar de su buenas intenciones es incapaz de atajar el desorden público y la preponderancia, en la calle, de las violentas escuadras animadas por el PSOE y el PCE. Se anuncia la revolución LARGO CABALLERO, líder socialista que es exaltado como el Lenin español.

Un escrito de JOSÉ ANTONIO, que constituye un verdadero manifiesto y que se titula “A los militares de España” incita a los militares a levantarse contra el gobierno de la República ya que “ha sonado la hora en que vuestras armas tienen que entrar en juego para poner a salvo los valores fundamentales…”