Los Reyes presiden en Madrid la reapertura del Teatro Español, cerrado desde el incendio de 1975, que destruyó el interior del recinto.

El ex presidente de Senegal Leopold S. Senghor ingresa en la Academia Francesa y se convierte en el primer escritor de raza negra admitido en esta institución.

El escritor francés, Claude Simon, recibe el premio Nobel de Literatura.

Muere en Ginebra (Suiza) el poeta, cuentista y ensayista Jorge Luis Borges, el más universalmente conocido y estimado de los escritores argentinos. Nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899.

El escritor Salman Rushdie publica su libro titulado: “Versos satánicos”. El ayatola JOMEINI dicta una fetua en su contra por la irreverencia con que trata a Mahoma.

El 14 de febrero de 1989, el ayatolá JOMEINI lanza su famosa condena del escritor Salman Rushdie por su libro Versos satánicos bajo acusación de blasfemia y de irreverencia hacia Mahoma, acontecimiento que obligará al escritor a ocultarse durante varios años y que se acompañará de manifestaciones y protestas de militantes en Oriente Medio y el Sudeste Asiático. Ruptura de relaciones diplomáticas entre Londres y Teherán.

Camilo José Cela obtiene el Premio Nobel de Literatura «por su rica e intensa prosa, que con reprimida compasión ofrece una dinámica visión de la vulnerabilidad del hombre».

Se concede el premio Nobel de Literatura a TONI MORRISON. Nacida en 1931 en Ohio y llamada en realidad Chloe Anthony, esta mujer se convirtió en el primer autor de piel neqra que recibía este galardón. Luchadora apasionada contra la segregación racial, su obra refleja el difícil proceso de adaptación de la minoría afroamericana a la sociedad de EEUU..

La empresa que gestiona el popular teatro de variedades El Molino, situado en el Paral-lel barcelonés, presenta expediente de quiebra en el juzgado número 7 de Barcelona. El histórico local,que empleaba en la actualidad a una treintena de personas, cerró acto seguido sus puertas. Los artistas aseguraban desconocer el fondo de la cuestión, y repetían: “Hemos llegado aquí para ponernos las pestañas y nos han dicho que cogiéramoslos efectos personales y nos fuéramos”.

Augusto Assía -seudónimo de Felipe Armando Armesto, periodista gallego- muere el 2 de febrero de 2002 en su pazo gallego, rodeado de centenares de vacas de su explotación ganadera. Como escribirá Carlos Sentís, otro de los grandes periodistas del momento, “no creo que ninguna de sus vacas se volviera loca. Al lado de Felipe solo podría existir la cordura”. Assía, testigo del convulso siglo XX, siempre aportó en sus crónicas el sentido común y los valores tradicionales de un liberal fascinado por las instituciones y la sociedad inglesa.