Se propaga el Alzamiento a la Península a pesar de que la casi totalidad de la Aviación y las dos terceras partes de la Marina permanecen leales al Gobierno de Casares QUIROGA. Se unirán al levantamiento a lo largo de los próximos días: Pamplona (MOLA), Sevilla (Queipo de Llano), Cádiz (López Pinto) y después Almería, Algeciras, Jerez, La Línea, Córdoba y Granada; Valladolid algunas ciudades más de Castilla (Saliquet), Baleares (GODED), Zaragoza (Cabanellas), Oviedo (Aranda) y Málaga (Patxot), pero el resto de España permanece fiel a la República, por lo que, inevitablemente, estalla la guerra civil. Desde el primer momento las acciones de los rebeldes son decididas y claras, frente a los titubeos del gobierno. Las organizaciones obreras enseguida reclaman armas.
EMILIO MOLA VIDAL (Militar español)
Total de piezas: 31
Los militares españoles forjados en África se llaman entre ellos «Africanistas».
Los militares españoles forjados en África se llaman entre ellos «Africanistas»: FRANCO, MOLA, SANJURJO, Millan Astray (creador del tercio de extranjeros), Yagüe, Varela, Moscardo, BATET, GODED, Monasterio, Queipo de Llano, Cabanilla, por citar algunos. Los nuevos aires que se comienzan a respirar, más la entrada de hijos de clase media a las academias militares a partir de principios de siglo, también crea una clase de militares que se ven comprometidos con la República, y fieles a su juramento no conspiran en su contra, aunque no comulgan con la izquierda en absoluto. Miaja Rojo (héroe de Madrid), Llano de la Encomienda, Bayo, Hidalgo de Cisneros, Burillo, Modesto, Mena, Orgaz, Rada, Castelló, Riquelme, García Escamez, son algunos de ellos.
Recae sobre MOLA la principal responsabilidad del éxito del golpe.
No consta que MOLA, sobre quien recae la principal responsabilidad del éxito del golpe, cuestione la autoridad suprema de SANJURJO, que es el más veterano de los generales comprometidos en la intentona. SANJURJO, por su parte, confia en MOLA. Cuentan que, cuando recibe a través de la radio las primeras noticias de la sublevación, exclama de forma premonitoria: «¡Ya puedo morir tranquilo!».
Los generales sublevados FRANCO y MOLA se dan perfecta cuenta de que la contienda va a ser larga.
Al poco de producirse el levantamiento militar que desencadena la Guerra Civil en España, los generales sublevados FRANCO y MOLA se dan perfecta cuenta de que la contienda va a ser larga, y su desenlace dependerá en gran medida de los medios materiales con que cuenten. Por ello, al igual que el gobierno de la República, deciden buscar ayuda en el exterior. La predisposición de los mandatarios del Frente Popular francés a favor de su homónimo español y la indecisa postura británica hacen que el futuro generalísimo dirija su mirada hacia Roma. FRANCO, sabedor de las buenas relaciones existentes entre el gobierno de Mussolini y algunos de los sublevados, despacha a Italia al periodista Luis Antonio Bolín del ABC y al marqués de Luca de Tena con una nota manuscrita en demanda de ayuda.
Mola ordena el traslado de SANJURJO a Burgos en una avioneta.
En la fecha, aterriza en un viejo aeródromo de las inmediaciones de Estoril, ya abandonado, una avioneta Puss Moth. El piloto tiene el encargo de MOLA de trasladar a SANJURJO a Burgos, y si no es posible el aterrizaje allí, a Pamplona o, en última instancia, a Biarritz. La avioneta permanece toda la noche en una pista deteriorada, y a pesar de lo delicado de su misión, sin protección alguna.
Santiago CASARES QUIROGA, jefe del Gobierno de España, dimite.
Santiago CASARES QUIROGA, jefe del Gobierno de España, dimite. Le sucede un Gabinete-puente presidido por Diego MARTÍNEZ BARRIO (19/7/1936-20/7/1936), Presidente de Las Cortes. MARTÍNEZ BARRIO se comunica telefónicamente con el general MOLA, cerebro de la insurrección, tratando de negociar y hacerle desistir, a lo que MOLA se niega diciendo a Martínez BARRIO que sus proposiciones resultan ya imposibles de aceptar y que no hay marcha atrás. XXI Gobierno de la República.
Mola: «Es necesario propagar una atmósfera de terror. Tenemos que crear impresión de dominación».
El mismo general MOLA dice a un grupo de alcaldes en Pamplona, el 19 de julio, al darles instrucciones para el levantamiento: «Es necesario propagar una atmósfera de terror. Tenemos que crear una impresión de dominación. Cualquiera que sea, abierta o secretamente, defensor del Frente popular, debe ser fusilado.» Pero no todos los jefes rebeldes son de la misma opinión ni emplean la misma práctica. Manuel Hedilla, jefe interino de la Falange, intenta que no haya tropelías con los vencidos y muestra su desacuerdo con muchos hechos represivos.
Queda formada en Burgos por el bando sublevado, la Junta de Defensa Nacional. Presidente: Cabanellas.
Queda formada en Burgos por el bando sublevado, la Junta de Defensa Nacional constituida por los generales Cabanellas Ferrer, su presidente, Saliquet, Ponte, MOLA y Dávila, y los coroneles Moreno y Montaner. Esta Junta representará el órgano máximo de decisión hasta el 1 de octubre.
HITLER pone en marcha la operación de ayuda al ejército de FRANCO: Fuego Mágico.
El Führer insta a sus generales a tomar las disposiciones oportunas para poner en marcha la que será conocida como operación «Fuego Mágico», en alusión a una escena del último acto de La Valkiria, la ópera que ha visto aquella noche. Antes tiene que vencer las reticencias del jefe de la Luftwaffe, a quien duele desprenderse de todo aparato que debilite la fuerza aérea que está forjando. Eso sí, temerosos aún de la reacción internacional que puede despertar semejante ayuda, acuerdan envolverla de la más absoluta discreción, otorgándola única y exclusivame la persona de FRANCO. De ahí que la respuesta dada a la petición oficial del general MOLA quede reducida a cierta cantidad de fusiles y su correspondiente munición, que éste tiene que pagar en divisas.
Los nacionales deciden conquistar San Sebastián e Irún, para aislar a los vascos de la frontera francesa.
El 13 de agosto de 1936, en una larga entrevista que mantienen en Sevilla los generales MOLA y FRANCO, establecen la urgencia de conquistar San Sebastián e Irún, para aislar a los vascos de la frontera francesa. La Marina nacionalista bombardea las dos ciudades desde los buques España, Almirante Cervera y Velasco. También interviene la aviación con los Junkers-52. Posteriormente se iniciará el ataque por tierra sobre la ciudad de Irún.

