Contactos entre los Ejércitos franquistas del Norte y del Sur en S.Martín de Valdeiglesias (Madrid).
MADRID (Ciudad)
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En noviembre del 36 el gobierno republicano se traslada a Valencia debido a la situación crítica que se está viviendo en Madrid.
En noviembre del 36 el gobierno republicano se traslada a Valencia debido a la situación crítica y al riesgo de que la capital caiga en manos de los sublevados, creándose en Madrid la Junta de Defensa presidida por el general Miaja e integrada por representantes políticos y sindicales republicanos. Esta Junta sustituye al gobierno y al ayuntamiento, y se encarga de la defensa de la ciudad y de diversos aspectos de la vida ciudadana.
El día 2 de noviembre, en una acción conjunta, se alcanza la línea Móstoles- Fuenlabrada- Pinto.
El día 2 de noviembre, en una acción conjunta, ya encima de Madrid, se alcanza la línea Móstoles- Fuenlabrada- Pinto. Brunete cae en manso de las fuerzas nacionales.
En Madrid, muchos quintacolumnistas están ocultos realizando trabajos encubiertos .
En Madrid, muchos quintacolumnistas están ocultos realizando trabajos encubiertos para no revelar sus simpatías por el enemigo. Otros están escondidos en viviendas, de las que no salen para evitar ser descubiertos y represaliados. Y otros se emboscan como francotiradores que disparan sus armas sobre los milicianos desde azoteas, balcones o ventanas. A estos últimos se les conoce como «pacos», por el sonido de los disparos que efectúan con sus fusiles (algo parecido a «pac»). Las actividades de los «pacos» se conocen como «paqueo». Sus disparos son respondidos por el fuego de los milicianos. Muchos «pacos» son apresados y ejecutados en el momento, otros son detenidos y encarcelados, y otros muchos pasan a engrosar las filas de los enviados a las «checas» para ser interrogados.
Las tropas nacionales ya están en los arrabales de Madrid dando comienzo su cerco.
El día 3 de noviembre de 1936, las tropas franquistas ya están en los arrabales de Madrid dando comienzo a un cerco que se mantendrá hasta el final de la guerra. En la capital de España hay muchos simpatizantes de los sublevados que tratan, desde el interior de la ciudad, de desestabilizar la situación y facilitar la entrada de las tropas franquistas. El general MOLA dice entonces una frase, que luego será repetida por Franco, referente a una «quinta columna», término que se hará célebre y será utilizado a partir de entonces para referirse a algo muy específico. MOLA dice que Madrid está rodeado por cuatro columnas militares, más una quinta columna que se encuentra en el interior de la capital y que asaltará la misma desde dentro. Se denominará quintacolumnistas, desde entonces, a los partidarios del bando franquista que se encuentran escondidos en territorio republicano y trabajaban para los sublevados.
Madrid es asediado. Largo Caballero toma la decisión de trasladar el Gobierno de la República a Valencia.
La población de Madrid, decidida y enardecida, está convencida de que los franquistas no pasarán. Pero Largo CABALLERO mejor informado y menos confiado, considera que poco es lo que se puede hacer desde el interior de una ciudad asediada, por lo que el 6 de noviembre, toma la decisión de trasladar el Gobierno de la República a Valencia. Rápidamente los principales ministros y funcionarios comienzan el traslado. La decisión no tiene igual acogida en todos los sectores; la CNT, por ejemplo, es muy crítica con la medida por considerar que supone dejar abandonado Madrid a su suerte y que afectará de forma importante a la moral de los combatientes republicanos. El gobierno republicano que se ha desplazado a Valencia ha dejado encargado al general MIAJA la defensa de la capital. MIAJA está auxiliado por una Junta de Defensa en la que predominan los comunistas. La capital de España resistirá hasta el final de la guerra.
Comienza la batalla de Madrid: La capital sufre duros bombardeos de aviones alemanes e italianos.
Comienza la batalla de Madrid: Los ataques de los sublevados en el suroeste de Madrid son rechazados, pero la capital sufre duros bombardeos de aviones alemanes e italianos, que se repetirán en días posteriores del mes de noviembre. Unos diez mil edificios resultan destruidos. El prestigio militar de la Junta de Defensa crece con rapidez, dando muestras de un gran coraje en unos momentos en que la situación en la capital madrileña es muy grave, con el enemigo a las puertas de la ciudad. Militares como el general Miaja, el general Pozas y el teniente coronel Rojo adquirirán gran renombre por su gran labor en momentos tan delicados. El prestigio de la junta queda también convalidado por su disposición en el orden de abastecimiento y evacuación de mujeres y niños. El frente quedará estancado, alargando la guerra dos años y medio.
El gobierno republicano de Madrid se traslada a Valencia debido a la situación crítica que se vive en la capital.
En noviembre del 36 el gobierno republicano se traslada a Valencia debido a la situación crítica y al riesgo de que la capital caiga en manos de los sublevados, creándose en Madrid la Junta de Defensa presidida por el general Miaja e integrada por representantes políticos y sindicales republicanos. Esta Junta sustituye al gobierno y al ayuntamiento, y se encarga de la defensa de la ciudad y de diversos aspectos de la vida ciudadana.
Franco y Mola deciden suspender el ataque a Madrid. El frente se consolida en la ribera del Manzanares.
El día 23 de noviembre, ante la feroz resistencia encontrada y tras cambiar de mano varias veces los edificios universitarios, FRANCO y MOLA, muy desmoralizados, acuerdan suspender el ataque, quedando consolidado el frente en la ribera del Manzanares con un pequeño entrante en la Ciudad Universitaria. Deciden, en consecuencia, dirigir las acciones militares hacia otros puntos del territorio nacional que aún son republicanos. La República ha hecho realidad el eslogan «¡No pasarán!», pero evidentemente Madrid no ha sido ni será la «tumba del fascismo», sino que se verá sometida durante dos años y medio al intenso fuego de la artillería emplazada en la Casa de Campo, mientras su población sufre toda clase de penalidades.
Muchos escritores vienen a Madrid, la mayoría como corresponsales de guerra, como es el caso de Ernest Hemingway.
Las noticias de lo que estaba sucediendo en Madrid generaron un importante movimiento internacional de apoyo. Los principales periódicos del mundo tenían corresponsales, y los ojos del mundo entero estaban puestos en la capital. Organizaciones no gubernamentales de muchos países del mundo, prestaron apoyo material e incluso humano al pueblo de Madrid. Muchos escritores vinieron, la mayoría como corresponsales de guerra, como es el caso de Ernest Hemingway, John Dos Passos o Antoine de Saint-Exupery, pero también otros intelectuales y organizaciones, como Naciones Unidas. En Madrid tuvo lugar durante la Guerra el II Congreso de Escritores para la Defensa de la Cultura.

