El «Sionismo» como expresión es creado en 1886, por Nathan Birnbaum; tiene como finalidad la reconstrucción de una patria nacional judía en Palestina y se organiza como movimiento judío en el último decenio del siglo XIX. Tiene dos fuentes fundamentales: la primera de carácter permanente, salida de las profundidades místicas del judaísmo, y la segunda, nueva y activa, de tipo político, nacida de los cambios y alteraciones producidos en la Europa de fines del siglo XIX, junto con la formulación de una nueva conciencia nacional judía.

El sionismo surge como respuesta nacionalista al antisemitismo europeo. El antisemitismo ha hecho que a finales del siglo XIX, muchos judíos se replanteen la cuestión de su identidad colectiva. Impresionado por la condena del capitán judío francés Dreyfus, a cuyo juicio en París por presunto espionaje a favor de Alemania asiste como corrresponsal de prensa, Theodor HERZL (1860-1904), escritor judío, nacido en Budapest y establecido en Viena, experimenta lo que él mismo define cono su conversión al judaísmo. La conclusión de HERZL ha sido que la asimilación de los judíos en las naciones europeas está condenado al fracaso.

Tras conseguir la adhesión de algunas personalidades eminentes del mundo judío y contar con el apoyo popular, Theodor HERZL, reúne, en la fecha, en Basilea (Suiza) un congreso (el primer congreso sionista) en el que participan delegados sionistas de toda Europa. Este congreso marca el nacimiento del sionismo al aprobar tres puntos fundamentales: la propaganda para la inmigración judía en Palestina, el compromiso para la fundación de un Estado soberano e independiente y la petición al gobierno turco de la cesión de una parte del territorio. Herzl morirá a los 44 años de edad, agotado por el trabajo, la nostalgia y la enfermedad: «En Basilea -dirá- he fundado el Estado judío. Si lo dijera en voz alta, estallaría una carcajada general. Pero dentro de cinco años, de cincuenta seguramente, todos los admitirán». A partir de este año se inicia una corriente migratoria hacia Palestina nutrida sobre todo de judíos orientales rusos y polacos. (Cincuenta años y ocho meses después del congreso de Basilea será fundado el Estado de Israel.)

El ministro ruso del Interior Viácheslav Konstantínovich Plehve está encargado de reprimir toda disidencia liberal, y así lo hace, y con extrema crueldad. Se esfuerza en rusificar a los elementos no rusos del país, como los fineses y los armenios. También es un furibundo antisemita, y su política se concreta en un espantoso pogromo en la ciudad rusa de Kishiniov, en el extremo Suroeste, en abril de 1903. Son asesinados 49 judíos y varios centenares resultan heridos. De hecho tienen lugar varios pogromos antisemitas en el sur de Rusia.

Del 26 de agosto al 7 de septiembre de 1903 aparece en el periódico de San Petersburgo Znamya (La Bandera) la primera edición de «Los Protocolos de los sabios de Sión», bajo el título de Programa para la conquista del Mundo por los judíos. El panfleto encaja como un guante en el medio ya que el mismo está dirigido por P. A. Krushevan, un furibundo antisemita que ha sido un personaje clave en el desencadenamiento del pogromo de Kishiniov. Krushevan afirma que la obra es la traducción de un documento original aparecido en Francia. Estos «Protocolos de los sabios de Sión», se transformarán en el foco de creencias y acciones antisemitas en los cuarenta años subsiguientes. A lo largo de estos años se realizarán diversas ediciones de estos «Protocolos» en diversas ciudades de Europa.

En 1904 trabajan ya en Palestina unos 40.000 judíos.

Muere Theodor HERZL, fundador del sionismo moderno. Se producen en seguida violentas disensiones entre los sionistas, quienes se dividen en «políticos», interesados en conseguir antes que nada una carta del sultán, y en «prácticos». Estos últimos, sin abandonar el aspecto político, son partidarios de una rápida colonización masiva de Palestina. Karl Kraus, un judío vienés, le satirizará ferozmente en «Una corona para Sión».

ROOSEVELT nombra a Straus ministro de comercio y trabajo. Es el primer representante de la minoría judía que obtiene un cargo en el gobierno de los Estados Unidos.

En Palestina, los judíos sobrepasan los 60.000, tras la segunda «aliyá» (subida a Sión) provocada por los progromos rusos posteriores al Domingo sangriento de 1905, mezclados con 550.000 árabes. Y si bien la población judía no sobrepasa el 14% del total, compone el grupo más poderoso y definido de la región. Están bien organizados por el Sionismo y sus agencias, tienen un bagaje tecnológico y cultural muy superior a la población nativa y disponen de mayores medios económicos y del empuje de su ideología del retorno a Sión. Asimismo, gozan de la protección turca, fuente de muchos privilegios, pues Estambul se beneficia de las inversiones sionistas en Palestina y, a la vez, juegan la carta judía contra los primeros movimientos nacionalista árabes.

Los \»prácticos\» del movimiento sionista, fundan en 1908 una agencia sionista en Jaffa y consiguen crear un Fondo Nacional Judio para la compra de tierras.