El autoproclamado emperador Napoleón, de acuerdo con el Tratado de Fontainebleau de 27/10/1807, entra con su ejército, en la fecha, en territorio español con el pretexto de invadir Portugal, que se había negado a secundar el bloqueo contra Inglaterra, siendo su intención extender el proyecto revolucionario a toda Europa, incluyendo España. Cuando en enero de 1808 se produce la entrada de tropas francesas en España no existe ninguna sospecha de agresión, ya que todos están convencidos de las buenas intenciones del aliado.