A pesar de que el rey ALFONSO XII ha invitado a los carlistas a abandonar las armas para «disfrutar las ventajas todas que gozasteis bajo el cetro de mi madre», y a pesar de las presiones de los liberales fueristas, la última guerra carlista finaliza sin abrazo. Las fuerzas alfonsinas conquistan la capital carlista, Estella. Montejurra (Monte/Euskadi) es escenario, en la fecha, de una sonada derrota carlista en el Norte.
PAÍS VASCO (Hasta España de las Autonomías) (...... - 11/1/1980)
Total de piezas: 301
CARLOS VII, cruza de nuevo la frontera francesa mientras pronuncia aquel famoso ¡Volveré para salvar a España!.
La derrota carlista en el norte obliga a CARLOS VII, en la fecha, a cruzar de nuevo la frontera francesa por el puente de Arnegui, tras pronunciar aquel famoso ¡Volveré para salvar a España! que jamás habrá de cumplirse. En el campo de batalla la victoria realista pone fin a la tercera y última guerra carlista. ALFONSO XII se gana el sobrenombre de El Pacificador con el que pasará a la Historia.
Entre 5/1876 y 8/1878 el diario La paz publica en sus páginas la plana mayor del fuerismo vasco-navarro.
Las condiciones de ocupación militar en que se encuentran las provincias vascas al final de la carlistada hacen ver a las Diputaciones forales la conveniencia de editar en Madrid el órgano de prensa encargado de las defensa de los Fueros. Cumplirá dicho cometido entre 5/1876 y 8/1878 el diario «La paz». En sus páginas figura la plana mayor del fuerismo vasco-navarro.
Tras la derrota de las tropas carlistas, son abolidas las leyes que rigen la vida de Vizcaya, o sea, los Fueros.
Gernika ha sido durante siglos el lugar de reunión de los pueblos de Vizcaya. Antiguamente, cada anteiglesia enviaba a su representante a debatir los problemas comunes del Señorío. Estas asambleas, llamadas Juntas Generales de Vizcaya, se celebraban, desde la Edad Media, primero en el exterior, junto al árbol de Gernika, después en el interior de la ermita de Sta. Mª La Antigua, al lado del árbol, y a partir de mediados del siglo XIX, en la nueva Iglesia-Parlamento construida de acuerdo con las necesidades de la institución. Estas Juntas Generales, perduran hasta la fecha, momento en que son abolidas, por la derrota de las tropas carlistas, las leyes que rigen la vida de Vizcaya, es decir, los Fueros. Si la conservación de Fueros deriva del Convenio de Vergara y los carlistas han roto el pacto declarando la guerra, nada obliga a un gobierno victorioso en esta materia. Así lo entiende buena parte de la opinión que al grito de «¡Abajo los Fueros!» ven que es el momento de acabar con los privilegios vascongados. El régimen foral es sustituido por Diputaciones forestales.
En las provincias vascas va tomando forma una posición que inicia la trayectoria que desde el fuerismo conduce al nacionalismo.
Conforme se consolida, paso a paso, la imposición de la política de CÁNOVAS sobre la resistencia de las Juntas Generales de las tres provincias vascas, hasta la entrada en vigor de las disposiciones sobre percepción fiscal y servicio militar, la paz irá deslizándose de la controversia coyuntural a la definición de una \»política vascongada\» que reconoce la inutilidad de las gestiones en Madrid, invoca al \»patriotismo\» del \»pueblo vasco-navarro\» y rechaza sin reservas a \»los partidos políticos de aquende el Ebro\». Va tomando forma así, a partir de la fecha, una posición que inicia la trayectoria que desde el fuerismo conduce al nacionalismo: una vez comprobada la marginación (cuando no el rechazo) que los partidos políticos españoles manifiestan respecto a los intereses del País Vasco, sólo queda la salida de adoptar una línea política propia a través de un partido que asuma los intereses del país.
La Junta de Obras del puerto de Bilbao se ocupa en transformar el puerto en una amplia zona industrial.
En 1877, la Junta de Obras del puerto de Bilbao se ocupa en transformar el puerto en una amplia zona industrial a lo largo de la ría del Nervión. Dos rompeolas, una embocadura más ancha, dragas, diques y diversos muelles para el atraque de los buques mercantes de la época darán a la ciudad la puerta marítima que viene reclamando su naciente esplendor industrial y financiero.
El primer Concierto Económico, concreta la nueva foralidad de las Provincias vascas y Navarra.
El RD de 28 de febrero de 1878, considerado como el primer Concierto Económico, concreta la nueva foralidad. En virtud del concierto, las diputaciones entregan una cantidad determinada para el sostenimiento del Estado y se encargan de la gestión fiscal en sus territorios. El pago anual se denomina cupo y la aportación que se efectúa corresponde a la participación vasca en las competencias no transferidas que desarrolla el Estado como Defensa, relaciones exteriores, Casa Real, etc. El concierto (denominado Convenio en Navarra) estará vigente ininiterrumpidamente en Álava y Navarra. Guipúzcoa y Vizcaya serán privadas de este régimen por Franco y no lo recuperarán hasta la restauración de la democracia. En el preámbulo de ese decreto, CÁNOVAS lo justifica: se trata de respetar una vieja costumbre como premio a la lealtad al trono y patriotismo de los liberales vascongados. Se justifica, pues, esta fórmula más por raíces históricas que por razones económicas. (El concierto que es renovado en cuatro ocasiones, 1887, 1894, 1906 y 1925, seguirá vigente al comienzo de la guerra civil de 1936. En 1981 se restaurará el concierto por veinte años y en el 2002 se prolongará con carácter indefinido.
En el País Vasco se han levantado en la segunda parte de este siglo, diversos altos hornos que les permite estar a la cabeza de la siderurgia.
En el País Vasco se han levantado en la segunda parte de este siglo, diversos altos hornos que permiten a la siderurgia vasca, a partir de 1880, ponerse a la cabeza de la producción española.
Luis Arana transmite sus ideas sobre los vascos a su hermano SABINO, que las absorbe con pasión.
Por estos años se discute bastante en torno al carácter racial de los vascos y a la lengua vascuence, aunque no existe casi nada parecido a un espíritu nacionalista, y el propio Luis Arana, hermano de SABINO, carecía de la energía o de la convicción suficientes para levantar la bandera. Pero en la primavera de 1882, el domingo de Resurrección, según se cuenta, en el curso de unas conversaciones en el jardín de la casa familiar de Abando, Luis transmitió sus ideas a SABINO, que las absorbió con auténtica pasión. Uno de los argumentos más poderosos será precisamente éste: lo «vasco», provísto de fuertes valores morales está siendo pervertido por la llegada de lo «español», que carece de ellos; el retorno a las fuentes primitivas de Euskalerría saneará las costumbres. Estaba apareciendo, como en toda Europa, un proletariado urbano que se necesitaba para la producción pero al que no se quería. Los no naturales fueron llamados «maketos».
En España, despuntan los movimientos regionalistas, de los que brotarán los diversos nacionalismos.
Alimentados en el descontento generado por la política de la Restauración, despuntan a finales de siglo los movimientos regionalistas, de los que brotan los nacionalismos catalán, vasco y gallego. Nacidos por las mismas fechas, los tres manejan una imagen idealizada de las historias de sus regiones -el esplendor de Catalunya medieval, la soberanía vasca perdida con los fueros, la igualdad de la sociedad celta- y verán en el centralismo el causante de todos los males de España.

